sábado, 10 de marzo de 2012

Una ponencia para Batasuna.

Al Lehendakari se le ha ocurrido impulsar en el Parlamento Vasco una Ponencia para la Paz y la Convivencia. El nombre planteado para la misma es lo suficientemente embaucador como para que muchos hayan caído en las habituales trampas de lo políticamente correcto. Sin embargo, y dejando al margen las habituales perversiones del lenguaje que por estos lares se producen, paremos a pensarnos cuáles pueden ser las funciones de este foro, por muy parlamentario que sea. ¿A alguien se le ocurre alguna función que pueda desarrollar que no sea la de asumir la agenda de Batasuna? ¿Alguien puede explicarnos para qué otra cosa puede servir que para hablar de aquello que interesa a los ilegalizados que el otro día ocuparon vergonzosamente la sala de prensa del Parlamento Vasco?


Al Lehendakari habría que decirle que no hay que proponer cosas extraordinarias para lograr la derrota definitiva de ETA (que además acompaña diciendo que la banda ya ha sido derrotada). Que, como escribía recientemente Joseba Arregi, "no hay que caminar por caminos que discurran fuera de la normalidad democrática". Que hay veces que el liderazgo consiste sobre todo en actuar con sentido común, defender lo obvio y trabajar para fortalecer el Estado de Derecho. Que la convivencia es precisamente la defensa del Estado de Derecho y la consolidación de la paz la aceptación de nuestro marco jurídico y las reglas de la democracia. Que lo que debe hacerse es velar por el pluralismo político y la libertad de pensamiento. Acabar con el odio y la intolerancia. Proteger los derechos de la ciudadanía y el libre albedrío de las personas. Al Lehendakari habría que decirle desde la tribuna parlamentaria pero también desde fuera que no hay que abrir las puertas de la democracia a nadie porque las puertas están y han estado siempre abiertas: quien no ha entrado es porque voluntariamente se ha quedado fuera (y, por cierto, para atacarla). Por otro lado, y para terminar: si, como dicen no pocos ha acabado la violencia, dejemos de preguntarnos qué obligaciones tenemos con quienes hasta ayer la apoyaban.

martes, 6 de marzo de 2012

Las incoherencias del PP vasco.

Se sabe que el balance que hacemos desde UPyD de estos tres años de gobierno socialista es profundamente negativo: no ha cumplido el calendario legislativo, no ha cumplido su programa de gobierno y no ha cumplido el acuerdo de bases firmado con el Partido Popular, acuerdo que sirvió como justificación para el pacto que hizo posible que Patxi López fuera elegido lehendakari. Su gestión diaria es nefasta, no ha liderado y, desde luego, no ha impulsado los cambios políticos que Euskadi necesitaba y nececita. No se ha enfrentado argumentalmente al nacionalismo vasco y se ha caracterizado por el miedo, la cobardía y los complejos. Esto lo sabemos porque lo hemos explicado pormenorizadamente.


El PP viene desde el inicio de la legislatura tratando de vendernos la idea de que todo lo bueno que este gobierno impulsa es gracias a su apoyo y todo lo negativo es culpa de los socialistas. Y me parece una actitud bastante miserable, además de falsa. El PP vasco es corresponsable del fraude que ha supuesto este gobierno para los ciudadanos que creímos inicialmente en el cambio. La conclusión es clara: ambos se han cargado el constitucionalismo en Euskadi.


Observemos las incoherencias del PP vasco y su falta de pegada e incidencia política. El Partido Popular critica ahora el decreto de "víctimas policiales" que recientemente ha aprobado el gobierno. Sin embargo, si echamos la vista atrás, resulta que el PP vasco apoyó la iniciativa política que este decreto concreta.


Observemos la política lingüística: el PP no ha movido un dedo para corregir la política lingüística que este gobierno apenas ha tocado: ni en lo que se refiere a la libertad de elección de modelo lingüístico, ni en lo que se refiere al acceso igualitario (sin discriminación lingüística) a los puestos de trabajo de la administración. En el caso concreto de las multas lingüísticas, recientemente suprimidas espero que definitivamente, todas las iniciativas para ello partieron de UPyD, manteniéndose siempre el PP de brazos cruzados o mirando a las musarañas.


¿Recordáis las recientes quejas del PSE y del PP guipuzcoanos porque la diputación foral de Guipúzcoa destinó en sus últimos presupuestos 25.000 euros a una ikastola navarra? Pues bien: PSE y PP, a través de los presupuestos generales de la CAV, vienen destinando 450.000 euros anuales a las ikastolas francesas, es decir, ni siquiera para el impulso del euskera sino para la financiación de la educación reglada de un país extranjero... y no precisamente un país necesitado. Y este era asunto que tanto unos como otros criticaron durante años y que, una vez en el gobierno, siguen haciendo.


¿Y las "embajadas" vascas? Ahí siguen tres años después del cambio de gobierno. Precisamente se debatirá en breve una iniciativa nuestra para pedir su cierre. ¡El PP no ha dicho nada durante estos tres años! Ha evitado hacerlo. No ha querido cuestionarlo.


Parecido con la EiTB, cuyo línea editorial, por cierto, apenas ha cambiado. La televisión pública vasca, a día de hoy, sigue manteniendo sedes políticas abiertas en Bayona y en Pamplona, sin otro objetivo que tratar de trasladar la idea (nacionalista) de que franceses del sur de Francia, navarros y vascos formamos parte de una misma comunidad política. Razón por la cual los informativos del ente siguen contándonos lo que ocurre en Bayona, aunque no ocurra nada, y lo que se discute y debate en el Parlamento de Navarra... a menudo con más detalle que lo que ocurre en el propio Parlamento Vasco.


Esta es la realidad de los hechos. Y por todo esto (y muchas cosas más) seguimos diciendo que UPyD es la única alternativa constitucionalista en Euskadi. Ni unos (socialistas) ni otros (populares) han cumplido nada de lo que prometieron. Ambos han traicionado a sus propios votantes y la esperanza de un cambio político en Euskadi. Ninguno ha defendido una alternativa al nacionalismo vasco. UPyD ha estado sólo estos tres años defendiendo el constitucionalismo en Euskadi. Y seguiremos haciéndolo en el futuro, con una coherencia perfectamente contrastable y constatable. Basta con mirar la hemeroteca.

jueves, 1 de marzo de 2012

El cinismo de la "Izquierda Abertzale".

El domingo pasado conocimos la penúltima declaración de eso que llamamos la "Izquierda Abertzale". En el documento, la secta batasuna mostró su "profundo pesar" por que su "insensibilidad" ante los crímenes cometidos por ETA hubiera podido suponer una "humillación" adicional para las víctimas del terrorismo. Alguna asociación de víctimas acotó acertadamente los términos: "no han humillado a las víctimas, las han asesinado".


Además, cabe salir al paso de semejante muestra de cinismo e hipocresía, ahora que algunos pretenden no hacer frente a sus continuas mentiras: es de una enorme hipocresía y una extraordinaria muestra de cinismo expresar su "profundo pesar" por haber podido humillar a las víctimas del terrorismo y, a la vez, seguir sin exigir a la banda terrorista que desaparezca de manera incondicional y para siempre. Es un insulto al conjunto de los ciudadanos expresar su "profundo pesar" por haber podido humillar a las víctimas del terrorismo y, seguidamente, defender la impunidad de los terroristas. Es una vergüenza insoportable para los demócratas escuchar que expresan su "profundo pesar" por haber podido humillar a las víctimas del terrorismo y, sin embargo, justificarlas como producto de un conflicto político irresuelto. Es una bajeza moral y una muestra de su falta de arrepentimiento decir tal cosa y, dos días después, calificar a los asesinos de "presos políticos".


Lo de esta gente no ha sido insensibilidad sino colaboración necesaria. Hablemos tan claro como podamos: han sido colaboradores necesarios y cómplices de la banda terrorista y sus crímenes y todavía hoy lo son... puesto que ni piden su disolución incondicional ni condenan su criminal historia. Es obvio que el pesar de Batasuna es hipócrita porque no hay arrepentimiento. Difícilmente puede respetarse el dolor de las víctimas si no se condena la violencia de ETA y la propia historia de la banda, si no se exige a la organización que entregue las armas, que se disuelva y que pague como corresponde por sus crímenes.


Además, piden nada menos que una Comisión de la Verdad. Tal cosa no es necesaria en Euskadi y el resto de España (salvo para sacar a la luz todos los crímenes no resueltos y la financiación oculta). Sabemos lo que ha ocurrido en las últimas décadas: ha habido una banda terrorista que, de la mano de esta gente, ha tratado de imponer su proyecto totalitario a sangre y fuego contra la sociedad pacífica y democrática. Puesto que ellos mienten más que hablan y tergiversan el diccionario entero, mantengamos al menos nuestra dignidad y digamos las cosas claras. Aunque nos quedemos solos.