miércoles, 30 de noviembre de 2011

Euskadi y Cuba.

Este próximo viernes preguntaremos al Lehendakari si el Gobierno Vasco tiene pensado seguir financiando a la asociación castrista Euskadi-Cuba. Obviamente, con los impuestos que pagamos los ciudadanos vascos. Euskadi-Cuba se define a sí misma como una "asociación de amistad y solidaridad política con Cuba". Desarrolla acciones en diferentes campos, "teniendo como eje central el apoyo incondicional a la Revolución cubana y la defensa de su programa de desarrollo social". Se fundó en 1989 y, obviamente, no habla de derechos humanos y libertad.


Según información recibida en el Parlamento Vasco a iniciativa de UPyD, la asociación ha venido recibiendo del Gobierno Vasco cuantiosas ayudas económicas durante los últimos once años, es decir, desde el año 2000. Concretamente, el Ejecutivo vasco ha otorgado la friolera de 6.380.472 euros a esta entidad, asociación que combina proyectos de desarrollo en el país caribeño con propaganda del régimen castrista. Sin olvidar nunca su eje central: el apoyo incondicional a la Revolución cubana.


Cuenta con una difusión añadida desde 2007, cuando impulsó su propio medio de comunicación, Cubainformación. Este medio ha recibido del Fondo de Cooperación para el Desarrollo que gestiona Lakua un montante de 665.885 euros, dividido en tres partidas: la primera de ellas, de 208.000 euros; la segunda, de 228.601 euros; y una tercera, de 229.366 euros. Esta última orden fue firmada por la consejera actual de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, el pasado día 30 de diciembre.


Una de las últimas iniciativas ha sido vilipendiar y pretender desprestigiar a la opositora bloggera Yoani Sánchez, por las acusaciones habituales de los enemigos de la libertad: trabajar para el capitalismo esclavista, el gobierno de EEUU... y sandeces semejantes.


Lo cierto es que desde que se ha conocido que este próximo viernes plantearemos esta pregunta al Lehendakari, me han entrevistado incluso desde Miami. La iniciativa ha tenido bastante repercusión. Espero que sirva como granito de arena para luchar por la libertad en la isla caribeña. Escucharemos atentamente la respuesta del Lehendakari.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Gracias, ciudadanos.

UPyD, cuatro años después de su creación, alcanza en el conjunto de España 1.130.000 votos. Multiplica por cinco su número de escaños (conseguimos 5... ¡y qué 5!). Se convierte en la tercera fuerza en Madrid, se consolida en todas las capitales de provincia y crece en todos los lugares. También en Euskadi, donde duplicamos los resultados obtenidos en las pasadas elecciones generales de 2008, superando los 20.000 votos y acercándonos al resultado histórico de las elecciones autonómicas al Parlamento Vasco de 2009. Conseguimos más de 10.000 votos más que en 2008, mientras el PSE pierde respecto a esa cita decenas de miles de votos y el edulcorado PP de Basagoiti... sube apenas mil. Por cierto, las afirmaciones de la dirección del partido conservador en Euskadi rechinan en exceso: "UPyD nos ha robado 10.000 votos", dijeron anoche: ¿de verdad siguen sin aceptar que el voto es de los ciudadanos?".



Más allá de los datos numéricos que evidencian nuestro espectacular crecimiento y, de paso, lo diabólico de esta ley electoral (obtenemos más de 100.000 votos más que CiU y un tercio de sus escaños), lo significativo e importante del asunto es el análisis político que debe hacerse y que se resume en lo siguiente: las ideas de UPyD se encuentran plenamente vigentes y son indispensables para salir de las crisis política y económica que vivimos los ciudadanos españoles. Es decir, nuestro discurso directo y claro, rompedor en muchos asuntos, políticamente incorrecto, alternativo, valiente y sincero cala día a día en una multitud creciente de ciudadanos rebeldes y comprometidos. Esta es la conclusión a la que llego yo, horas después de una noche inolvidable. Y también en Euskadi, donde presiento que podemos desde ya liderar el discurso constitucionalista, alejado de buenismos y discursos florales. Así que sí: es necesario un partido político que se enfrente descarnadamente a la partitocracia y a la corrupción, que defienda la modificación de la ley electoral, la reforma del Estado Autonómico, la despolitización de la Justicia, la profesionalización de las cajas de ahorros, la eliminación del Concierto Económico y el Convenio navarro, la igualdad ciudadana y la devolución de determinadas competencias para servir mejor a los ciudadanos. Entre otros asuntos. Por tanto, sí, sin duda: nuestro discurso cala. Y seguiremos creciendo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Votar UPyD para cambiar las cosas.

Horas antes de ejercer nuestro derecho democrático al voto, quiero dirigirme al conjunto de los ciudadanos para explicarles qué quiere UPyD y cuáles son sus propuestas.

Somos la alternativa a la partitocracia (aquello que Fidalgo denominó con acierto el mayor proceso de privatización habido en nuestro país en los últimos 30 años: es decir, la ocupación por parte de los partidos políticos de todos los espacios de la sociedad: hoy día, los grandes partidos viejos están presentes en las Cajas de Ahorros, en los Medios de Comunicación y en la Justicia). Nosotros hablamos claro: queremos acabar con esta insoportable PARTITOCRACIA.

Somos la alternativa al bipartidismo representado por PPSOE, esos grandes partidos viejos que no están dispuestos a tomar todas aquellas medidas que los ciudadanos necesitamos para vivir mejor y tener mejores servicios. Esos partidos viejos que no están dispuestos a mover un dedo en nada que perjudique sus intereses partidarios: ni quieren reformar el Estado Autonómico, ni quieren cambiar la ley electoral, ni quieren despolitizar las cajas de ahorros… ni quieren que la Justicia en España sea independiente del poder político. Nosotros hablamos claro: queremos acabar con este BIPARTIDISMO que impide la modernización de España.

Por tanto, alternativa a la partitocracia, alternativa al bipartidismo y alternativa también al nacionalismo, esa ideología tan antigua y tan reaccionaria.

Alternativa, por tanto, a los localismos, regionalismos y nacionalismos (y al vasquismo, por cierto, el hermano pobre del nacionalismo), “esa ideología o más bien religión - en palabras de Mario Vargas Llosa - provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral u ontológico la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento”.

Nosotros pedimos el voto para UPyD para defender estas ideas y para defender esta alternativa, con contundencia y sin complejos ni medias tintas. Y podemos hacerlo sin que se nos caiga la cara de vergüenza, porque a los hechos y al trabajo coherente podemos remitirnos.

Pedimos el voto para UPyD para impulsar estas reformas tan necesarias que PPSOE se niegan a impulsar porque perjudican sus intereses partidarios.

Pedimos el voto para reformar el Estado Autonómico, eliminar las diputaciones, fusionar municipios y reducir drásticamente los organismos públicos que sirven para colocar a los amigos de los partidos que en cada momento gobiernan.

Pedimos el voto para impulsar estas reformas profundas que sirvan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y para evitar recortes sociales, sean recortes socialistas o recortes de la derecha.

Pedimos el voto para UPyD para defender las listas desbloqueadas, la limitación de mandatos, la dación en pago, una ley de transparencia que impida la corrupción política, la devolución al Estado de las competencias de Sanidad y de Educación y una Europa de ciudadanos sin fronteras interiores, políticamente unida y conformada por Estados nacionales que no miren sólo por sus intereses.

Pedimos el voto para UPyD para reformar la Ley ELECTORAL… para que cada voto valga igual independientemente del lugar de España donde se emita.

Pedimos el voto para UPyD para garantizar el Estado del Bienestar, la Educación Pública, la Sanidad para todos, el gasto social, las ayudas sociales y la ley de dependencia.

Pedimos el voto para UPyD para que no haya más recortes, se aseguren las pensiones, se garantice el sueldo de los funcionarios, para que no paguen la crisis los ciudadanos con menos recursos o los más desfavorecidos. Y para reducir la brecha creciente entre los ciudadanos más ricos y los ciudadanos más pobres.

Pedimos el voto para UPyD para defender un país diverso y plural como es España pero, como nos escribía ayer mismo Fernando Savater, un país “formado por ciudadanos con derechos y deberes iguales, no un rompecabezas de territorios antagónicos y genealogías inventadas”.

Pedimos el voto para defender el interés general y los derechos ciudadanos frente a los derechos históricos, para anteponer las personas a los territorios y para acabar con todo tipo de privilegios.

Pedimos el voto para UPyD para conseguir un final de ETA sin impunidad, sin amnesia, sin indultos y sin medidas de gracia. Un final de ETA con memoria y justicia, un final de ETA con vencedores y vencidos.

Y para lograr todo esto apelamos al voto constructivo, al voto crítico, al voto valiente, al voto en positivo, al voto que se deposita para defender principios e ideas, al voto para defender propuestas razonadas y argumentadas. No queremos que la gente vote en contra de… ni queremos que la gente vote al menos malo o para que otro no salga elegido. No queremos que la gente vote con la nariz tapada.

Queremos que la gente VOTE con conocimiento de causa, de manera libre y autónoma, para sumar, en positivo, con optimismo y para cambiar las cosas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Votar a UPyD, por Fernando Savater.

Extracto de la carta de Fernando Savater que hoy mismo he recibido:


Votar a UPyD...


"… significa que apoyamos la superación del conflicto político, es decir, el reconocimiento del estado democrático español a cuyas instituciones y a cuya identidad plural han contribuido tantos vascos.

… significa que creemos en la victoria inequívoca de las instituciones democráticas sobre el terrorismo y, por tanto, afirmamos que el cese de la violencia etarra no debe suponer ninguna modificación en la normalidad parlamentaria sino confirmarla en libertad.

… significa que creemos en la justicia democrática y, por tanto, en que los delincuentes deben responder por sus delitos como acuerdan las leyes, más allá de peripecias políticas circunstanciales.

… significa que queremos una España formada por ciudadanos con derechos y deberes iguales, no un rompecabezas de territorios antagónicos y genealogías manipuladas".

miércoles, 2 de noviembre de 2011

UPyD, un partido progresista y reformista.

Al parecer, cuatro año después de haber nacido y tras multitud de iniciativas parlamentarias en el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo, el Parlamento Vasco, la Asamblea de Madrid y en multitud de ayuntamientos, hay quien sigue negándose a entender la evidencia: la evidencia palpable y demostrada de que UPyD es un partido progresista, reformista e inequívocamente nacional (que no nacionalista). Es ciertamente preocupante que haya todavía periodistas y medios de amplia tirada que nos definan, por desconocimiento o por pereza, como partido conservador... y es incluso desolador que tantos hacedores de opinión nos pregunten todavía hoy, para reducir el debate, por algo que no importa ya: si somos de derechas o de izquierdas.


Es obvio que somos un partido progresista y reformista. Es obvio que somos el partido más progresista y más reformista. Y a los hechos me remito: ¿cómo podría tildarse de "partido conservador" a quien ha propuesto y propone reformas radicales para el conjunto del país y sus instituciones, radicales en el sentido de que van a la raíz de los problemas? Parece obvio que un partido conservador difícilmente podría proponer tantas cosas rompedoras a la vez, tantas cosas políticamente incorrectas (para el conservador stablishment) y tantas cosas que atacan tanto el bipartidismo insoportable que padecemos y el statu quo vigente. A saber: la independencia del Poder Judicial respecto del poder político, la reforma en profundidad del Estado Autonómico, la eliminación de las diputaciones provinciales y también de las forales, la reforma de la ley electoral, la reforma del sistema fiscal actual, la reforma del mercado de trabajo para incluir un tipo de contrato indefinido único, la devolución al Estado de las competencias de Sanidad y Educación al Estado por parte de las CCAA, la unidad de mercado, la abolición del Concierto Económico y la supresión del Amejoramiento navarro, entre otras muchas ideas.


Por tanto, es obvio que somos un partido progresista, lo cual se opone a reaccionario o conservador. Transversal porque recogemos lo mejor de la derecha liberal y el pensamiento izquierdista preocupado por la igualdad y la justicia social. Y nacional porque pensamos en el interés general de los ciudadanos y en su igualdad, pero en absoluto nacionalista español, porque pretendemos una Europa política y sin fronteras interiores y trasladar a ella algunas de las competencias hoy nacionales, como fiscalidad o inmigración, entre otras. Cualquier cosa menos ir a Europa para defender nuestros exclusivos intereses nacionales.


Y toda esta acción política llevada ya a cabo con enorme entusiasmo y el compromiso de seguir haciéndolo con grupo parlamentario propio es lo que nos hace reivindicarnos como verdadera altenativa política para el 20N. Alternativa, por un lado, al conservadurismo actual de la izquierda y de la derecha, al bipartidismo reaccionario, al statu quo vigente, a la falta de soluciones nuevas que los problemas actuales exigen. Y, claro, como alternativa a los localismos, regionalismos y nacionalismos que crecen como la espuma a lo largo y ancho de España. Alternativa a los que anteponen la patria a los individuos, el territorio a los seres humanos y el terruño a los derechos ciudadanos.