martes, 27 de diciembre de 2011

Retos para 2012.

2012 se presenta políticamente muy interesante. Es obvio que nos encontramos ante un extenso abanico de asuntos muy apetecibles de abordar, imposible de exponer ni siquiera sucintamente en una entrada de blog. Son muchos temas sobre los que vamos a trabajar sin descanso, pero quiero destacar tres, ahora que se cierra el año y es conveniente pensar durante algunos días en cuestiones distintas de la acción parlamentaria (para oxigenar la mente y volver con nuevos bríos): la superación de la crisis económica, el fin de ETA y la modificación del entramado institucional vasco. Nada va a hacer que nos alejemos de otro tipo de cuestiones supuestamente menores pero, puestos a priorizar, creo que estos son los tres asuntos sobre los que deberemos trabajar más y mejor.


La superación de la crisis económica exige la reforma del Estado Autonómico, la superación de la crisis política e institucional que la ha agravado y abogar por una Europa política y sin fronteras interiores, impulsando una política fiscal común para la zona Euro que acompañe una política económica unitaria. La superación de la crisis económica exige eliminar gasto supérfluo, priorizar mejor gasto e inversiones, reformar el mercado de trabajo y reformar el sistema financiero. La superación de la crisis económica nos exige que no abandonemos a los ciudadanos con menos recursos y en peor situación económica: la salida de la crisis a costa de los más desfavorecidos no sería tal sino justo lo contrario. La salida de la crisis exige que estemos muy atentos dónde se recorta y quienes son los paganos de dichos recortes y, por tanto, deberemos denunciar todos los ajustes que insistan en recortar a los que menos tienen. La salida de la crisis exigirá de los representantes políticos que sigamos marcando líneas rojas: Educación pública, sanidad y prestaciones sociales.


El fin de ETA no se ha producido aún pero espero que pueda finalmente alcanzarse. Dependerá exclusivamente de los demócratas. Deberemos hacer oídos sordos a los cantos de sirena de los malhechores y acólitos y deberá producirse obligatoriamente con vencedores y vencidos. El fin de ETA deberá basarse en la dignidad de la sociedad democrática, en la defensa de nuestras instituciones y en la memoria de las víctimas del terrorismo. El fin de ETA implicar acabar con su proyecto político totalitario, contrario al Estado de Derecho y al pluralismo político. Para que sea tal, no deberá haber impunidad, ni amensia, ni amnistías, ni indultos, ni enjuagues antidemocráticos, ni medidas de gracia ni relato construido a partir de las mentiras del nacionalismo violento. UPyD no tiene más que mantener el discurso que ha sostenido siempre en este asunto.


Y la modificación del entramado institucional vasco: es ciertamente absurdo que una comunidad como la vasca de apenas dos millones de habitantes tenga nada más y nada menos que cuatro parlamentos y tres haciendas forales. Es un disparate que tengamos tres políticas tributarias distintas, una para cada territorio histórico (mientras hablamos de unificar la política fiscal en Europa). Es un esperpento que no tengamos a día de hoy un plan conjunto de lucha contra el fraude fiscal. Aquí seguiremos estando solos, porque sólo nosotros proponemos la modificación radical de la sacrosanta ley de territorios históricos para suprimir las diputaciones forales, esos reinos de taifas que impiden la modernización de la arquitectura institucional del País Vasco. Aquí tendremos enfrente a los foralismos exarcerbados de PP y PNV y el miedo reverencial y la inacción política de los socialistas vascos: lo mismo llevan en su programa político la modificación de la LTH, esa vaca sagrada, que votan en contra de su inclusión para su reforma en el calendario legislativo del Gobierno Vasco.


Ya digo: hay todo un abanico de asuntos pendientes de gran importancia cuya resolución incidará directamente en el común de los ciudadanos: desde la necesaria racionalización del sector público vasco hasta la política lingüística, pasando por la gestión sanitaria, la gestión cultural, el adoctrinamiento ideológico en el sistema educativo, la política de vivienda o la política energética. Todos son y seguirán siendo asuntos importantes. De todos ellos nos dedicaremos con tesón y sin descanso. Pero, puestos a señalar unos pocos, señalo tres: la salida justa de esta crisis brutal, la lucha por la libertad y la acción políticamente incorrecta consistente en defender la racionalización del disparatado entramado institucional que padecemos.

Sean felices.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Para derrotar a ETA.

El pasado día 20 de octubre, ETA hizo público un comunicado. En dicho comunicado, la banda anunció, según sus propias palabras, “el cese definitivo de la actividad armada”. Además de este anuncio concreto, la banda terrorista reclama “una solución integral al conflicto” y literalmente dice lo siguiente: “Estamos ante una oportunidad histórica para dar una solución justa y democrática al secular conflicto político”. Y afirma además que “el reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular deben prevalecer sobre la imposición”. A pesar del optimismo que este comunicado ha provocado en algunos partidos políticos, cosa que comprendemos sólo en parte, lo cierto es que el texto está plagado de expresiones que no son otra cosa que apología del terrorismo y todo él en su conjunto termina siendo un insulto a la democracia y al conjunto de los ciudadanos (también es cierto que es difícil esperar algo diferente de los terroristas). Afirma que “la lucha de largos años ha creado esta oportunidad” (gracias al terrorismo finaliza el terrorismo) y a pesar de que anuncia “el cese definitivo” de su actividad terrorista, lo cierto es que termina haciendo un llamamiento a los gobiernos de España y Francia “para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superación de la confrontación armada”. Esta afirmación nos hace afirmar que ETA pretende continuar chantajeando con su existencia a la sociedad democrática.

Lo cierto en todo caso a día de hoy es que ETA no ha anunciado su disolución, no ha entregado las armas, no ha reconocido el daño causado y no ha mostrado ninguna intención de colaborar con la Justicia... a fin de que se pudieran aclarar los más de 300 crímenes que siguen sin estar resueltos.

Desde entonces, se han sucedido las declaraciones de diferentes dirigentes y representantes políticos. También desde entonces, miembros destacados de la llamada “izquierda abertzale” han venido a confirmar lo que el propio comunicado etarra plantea: algo así como que los demócratas debemos cumplir una serie de exigencias de distinto tipo para “hacer la paz irreversible”, entre ellas lo que algunos denominan “la resolución del conflicto político”, algo que nosotros consideramos democráticamente inadmisible, más si tenemos en cuenta que se nos vendió el comunicado etarra como unilateral y definitivo.

El mundo de la “izquierda abertzale” dependiente de ETA trata de hacer variar las decisiones políticas legítimas de los representantes políticos. ETA y su mundo pretenden que los demócratas hablemos de lo que sólo a ellos interesa. Los acólitos de los terroristas pretenden marcar la agenda de la vida política vasca y española. Mientras tanto, y para seguir pretendiendo condicionar las decisiones de los representantes legítimos de los ciudadanos, ETA no se disuelve.

Por otro lado, el pasado día 20 de noviembre, el Partido Popular ganaba por mayoría absoluta las elecciones generales, por lo que de modo inminente será elegido un nuevo presidente de gobierno y un nuevo Ejecutivo. A partir de ese momento se abrirá una nueva etapa, en la que el Lehendakari y el nuevo Presidente del Gobierno de España deberán mantener un contacto fluido y de deseable colaboración institucional, sin obviar cuáles son las competencias de cada cual: es el Gobierno de España quien debe liderar la lucha contraterrorista.

El Lehendakari ha mostrado su disposición a entablar una próxima reunión con el próximo presidente del gobierno, algo que consideramos muy razonable y necesario, en la que el Lehendakari pretende plantear una especie de “hoja de ruta” para los próximos meses. El Lehendakari, abducido, ha hablado de política penitenciaria y de “construcción de la convivencia futura en Euskadi”.

Yo le quiero decir al Lehendakari que debemos actuar de manera inteligente para lograr que la derrota operativa de la banda terrorista no se convierta en el triunfo político de ETA. Para esto debemos acertar en las decisiones que tomemos. Es una responsabilidad de los demócratas. Debemos hablar de lo que a nosotros nos interesa. No debemos caer en las trampas del nacionalismo radical, que siempre pretende que hablemos de lo que a ellos les interesa. Debemos además decir la verdad a los ciudadanos, siempre y en todo lugar.

Conocemos las reivindicaciones del PNV, de Bildu e incluso del Partido Socialista: quieren que el Partido Popular flexibilice la política penitenciaria (del PP no sabemos gran cosa). Eso que se llama el “Colectivo de Presos Políticos Vascos” considera nada más y nada menos que debe ser “respetado” el “carácter político” de los presos de ETA porque, afirman, son “una consecuencia directa e innegable del conflicto político, al igual que de la resolución”. Además de anunciar su petición de traslado, reclaman la excarcelación de los presos enfermos y los que han cumplido las tres cuartas partes de la condena, así como la supresión de la doctrina Parot, olvidando que en España existe separación de poderes.

El señor Egibar aseguró recientemente que el Gobierno de Mariano Rajoy deberá adoptar de manera inminente medidas penitenciarias “de acompañamiento” al proceso de paz para lograr que este camino “sea irreversible”… dejando de este modo caer que la decisión de ETA no lo es y que dependerá de lo que haga el gobierno. Son afirmaciones muy graves. Por su parte, el señor Txarli Prieto, del PSE, afirmó, si los periódicos no mienten, que “el lehendakari ya tiene una petición de encuentro con Mariano Rajoy para hablar de este aspecto que nos preocupa y estamos viendo líneas de solución a la política penitenciaria”.

Nosotros, señor Lehendakari, tenemos que hablar de lo que a nosotros nos interesa. Nosotros tenemos que tomar las decisiones que a nosotros nos interesa tomar. No podemos caer en las trampas del nacionalismo más radical. No podemos dejarnos presionar. Usted manifestó su predisposición favorable al acercamiento de los presos. Usted habló de un plan para la construcción de la convivencia futura en Euskadi, como si no tuviéramos ya una Constitución que garantiza esa convivencia. Los etarras tienen esa habilidad: hacer que sus reivindicaciones se conviertan en un objetivo de sus adversarios.

Y así, los presos de ETA piden el acercamiento colectivo a Euskadi. Pero es que el acercamiento no es un derecho de los presos, según reiteradas sentencias judiciales: no es lo mismo un criterio orientativo que un mandato. No hay tales derechos, y mucho menos colectivos. El acercamiento o cualquier beneficio penitenciario habrán de ser solicitados de manera individual y no es un derecho de los presos sino una gracia de la Administración penitenciaria para los reclusos que cumplan determinados requisitos, requisitos que se establecen en el artículo 90º del Código Penal: haber cumplido tres cuartas partes de su condena, haber satisfecho la responsabilidad civil derivada de sus delitos. En el caso de los terroristas, colaborar además activamente con las autoridades, “declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas” y petición expresa de perdón a sus víctimas. Estas cosas conviene dejarlas claras. Nada de lo que piden les corresponde. Haber cumplido tres cuartas partes de la condena es un requisito más para acceder a beneficios, no una garantía de excarcelación, como tanto han insistido en ETA y aledaños.

En todo caso, yo lo que le quiero decir es que no podemos olvidar qué es para nosotros lo realmente importante: lo importante para nosotros no es caer una y otra vez en los debates que nos plantea la “izquierda abertzale” sino tener la fortaleza suficiente para defender sobre todo el Estado de Derecho, la libertad y la tolerancia. La cuestión fundamental es el derecho a la diferencia y a la capacidad de pensar… con el Estado de derecho como su única garantía.

Y esto es lo que debe usted defender y lo que deberá defender desde ya mismo Mariano Rajoy y lo que deberemos defender todas las formaciones políticas democráticas: el Estado de Derecho y la legalidad vigente. Por eso nuestra tarea, más que liarnos en discusiones que sólo a ellos les interesa, es exigir a ETA que se disuelva incondicionalmente y para siempre, que entregue las armas, que reconozca el daño causado y que colabore con la Justicia, al objeto de aclarar los crímenes que siguen ser estar resueltos.

Defender nuestro Estado de Derecho y nuestras instituciones, precisamente aquello que ETA ha pretendido destruir durante décadas. Y defender inequívocamente un final de ETA sin medidas de gracia, sin impunidad, con vencedores y vencidos, sin enjuagues ni pactos antidemocráticos, sin chantajes, sin mentiras, con justicia, con verdad y con memoria.

Y el único horizonte que tienen los presos es cumplir las penas y tratar de acceder a beneficios penitenciarios de manera individualizada, para lo que deberán al menos pedir perdón, reconocer el daño causado y colaborar con la Justicia. No queremos venganza ni humillaciones, pero sí Justicia con mayúsculas. Nosotros, a diferencia del PP, no creemos que la Justicia deba ser generosa: la Justicia debe ser justa.

Consideramos, además, que mucho más importante que lo que diga la banda es lo que digamos y hagamos los demócratas. Debemos ocuparnos de los que a nosotros nos interesa, obviando los debates que los proetarras y acólitos pretenden colarnos, marcando nosotros los tiempos, llevando nuestra propia agenda. Lo importante es que caminemos juntos para derrotar definitivamente a ETA, cosa que todavía no ha ocurrido: debemos derrotar su proyecto político totalitario.

Espero que todo esto le diga a Rajoy la próxima vez que le vea. Espero que en torno a esto se pongan ustedes de acuerdo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Una de taifas sanitarias.

Como a estas alturas ya sabréis, el presidente de la Rioja, Pedro Sanz, del Partido Popular, decidió el pasado día 9 de setiembre que los hospitales de su pretendida Taifa dejaran de prestar atención sanitaria primaria y especializada a los centenares de vascos que venían recibiéndola, siendo principalmente los perjudicados los habitantes de la Rioja alavesa que viven a menos de quince minutos de Logroño, que eran quienes venían haciendo uso del Hospital San Pedro de la capital riojana.


No puede entenderse que un ciudadano español viva a diez minutos de un hospital del Sistema Nacional de Salud... y no pueda utilizarlo, por mucho que la disparatada deriva del Estado Autonómico vaya poniendo sobre la mesa situaciones tan rocambolescas y absurdas como esta última. Me da que la gente no termina de acostumbrarse a tanto despropósito acumulado y, por mucho que les hablen de la España diversa y plural, no terminan de aceptar que tales conceptos (plural y diversa) tengan que significar obligatoriamente que aceptemos un país parcelado en territorios y cada día con más altas fronteras interiores. En absoluto.


Ya lo dijimos de manera muy contundente, tanto desde la Rioja como desde Euskadi: la actitud de la Confederación Riojana de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) o Partido Popular riojano ha sido claramente insolidaria, localista y chulesca. El señor Sanz, presidente autonómico, ha utilizado como rehenes a los alaveses para presionar y desgastar al Gobierno Vasco. Se ha comportado como un dirigente independentista, a medio camino entre el mesianismo ibarretxiano y un sultán de medio pelo. Ha perjudicado gravemente a conciudadanos, ha creado alarma social, ha puesto en riesgo la salud de mucha gente.


Sin embargo, más allá de los calificativos que este hombre y su partido merezcan, no podemos dejar de analizar el sistema en su conjunto, el Estado Autonómico, la distribución competencial, el Sistema Nacional de Salud y todo aquello que permite a día de hoy que un presidente autonómico tome una decisión de esta naturaleza y ni el presidente del Gobierno, en paradero desconocido, ni la ministra de Sanidad (¿alguien sabe algo de ella?) ni el consejero vasco de Sanidad puedan hacer otra cosa que llorar amargamente.


Mientras algunos se lamentan o patalean, debemos tomar las decisiones necesarias para que estos conflictos no se reproduzcan en el futuro (se han producido otros en otros lugares) y para que la prestación sanitaria de los ciudadanos no dependa de una decisión unilateral del presidente regional de turno, por muy cedista que sea. El conflicto riojano-alavés se solventará (espero) pero vendrán otros. El sistema creado por PPSOE falla y, por lo tanto, deben introducirse las modificaciones que se necesiten, para lograr cuanto antes recuperar la cohesión y la equidad del Sistema Nacional de Salud. Por ejemplo, mediante la creación de una Tarjeta Sanitaria Única, promesa incumplida del Partido Popular y sobre la que alguna cosa dijo el señor Rubalcaba hace unos cuantos meses y muy de pasada. Obviamente, en el Parlamento Vasco nadie, salvo un servidor, osó plantear tal cosa (es demasiado razonable).


Según el artículo 69 de la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, el Consejo Interterritorial es "el órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de salud, entre ellos y con la Administración del Estado, que tiene como finalidad promover la cohesión del Sistema Nacional de Salud a través de la garantía efectiva de los derechos de los ciudadanos en todo el territorio del Estado". Suena bien pero es obvio que algo muy de fondo falla. Los conflictos de esta índole se repiten en distintos lugares del territorio nacional. Hay que revisar el sistema en su conjunto. No puede ser que no tengamos a día de hoy ni siquiera una Tarjeta Sanitaria Nacional y no puede ser que ciudadanos españoles sean tratados como extranjeros en su propio país. Hemos creado 17 reinos de Taifas Sanitarios. Falla el sistema en su conjunto y fallan clamorosamente los grandes partidos políticos que impulsaron la deriva del sistema.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Euskadi y Cuba.

Este próximo viernes preguntaremos al Lehendakari si el Gobierno Vasco tiene pensado seguir financiando a la asociación castrista Euskadi-Cuba. Obviamente, con los impuestos que pagamos los ciudadanos vascos. Euskadi-Cuba se define a sí misma como una "asociación de amistad y solidaridad política con Cuba". Desarrolla acciones en diferentes campos, "teniendo como eje central el apoyo incondicional a la Revolución cubana y la defensa de su programa de desarrollo social". Se fundó en 1989 y, obviamente, no habla de derechos humanos y libertad.


Según información recibida en el Parlamento Vasco a iniciativa de UPyD, la asociación ha venido recibiendo del Gobierno Vasco cuantiosas ayudas económicas durante los últimos once años, es decir, desde el año 2000. Concretamente, el Ejecutivo vasco ha otorgado la friolera de 6.380.472 euros a esta entidad, asociación que combina proyectos de desarrollo en el país caribeño con propaganda del régimen castrista. Sin olvidar nunca su eje central: el apoyo incondicional a la Revolución cubana.


Cuenta con una difusión añadida desde 2007, cuando impulsó su propio medio de comunicación, Cubainformación. Este medio ha recibido del Fondo de Cooperación para el Desarrollo que gestiona Lakua un montante de 665.885 euros, dividido en tres partidas: la primera de ellas, de 208.000 euros; la segunda, de 228.601 euros; y una tercera, de 229.366 euros. Esta última orden fue firmada por la consejera actual de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, el pasado día 30 de diciembre.


Una de las últimas iniciativas ha sido vilipendiar y pretender desprestigiar a la opositora bloggera Yoani Sánchez, por las acusaciones habituales de los enemigos de la libertad: trabajar para el capitalismo esclavista, el gobierno de EEUU... y sandeces semejantes.


Lo cierto es que desde que se ha conocido que este próximo viernes plantearemos esta pregunta al Lehendakari, me han entrevistado incluso desde Miami. La iniciativa ha tenido bastante repercusión. Espero que sirva como granito de arena para luchar por la libertad en la isla caribeña. Escucharemos atentamente la respuesta del Lehendakari.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Gracias, ciudadanos.

UPyD, cuatro años después de su creación, alcanza en el conjunto de España 1.130.000 votos. Multiplica por cinco su número de escaños (conseguimos 5... ¡y qué 5!). Se convierte en la tercera fuerza en Madrid, se consolida en todas las capitales de provincia y crece en todos los lugares. También en Euskadi, donde duplicamos los resultados obtenidos en las pasadas elecciones generales de 2008, superando los 20.000 votos y acercándonos al resultado histórico de las elecciones autonómicas al Parlamento Vasco de 2009. Conseguimos más de 10.000 votos más que en 2008, mientras el PSE pierde respecto a esa cita decenas de miles de votos y el edulcorado PP de Basagoiti... sube apenas mil. Por cierto, las afirmaciones de la dirección del partido conservador en Euskadi rechinan en exceso: "UPyD nos ha robado 10.000 votos", dijeron anoche: ¿de verdad siguen sin aceptar que el voto es de los ciudadanos?".



Más allá de los datos numéricos que evidencian nuestro espectacular crecimiento y, de paso, lo diabólico de esta ley electoral (obtenemos más de 100.000 votos más que CiU y un tercio de sus escaños), lo significativo e importante del asunto es el análisis político que debe hacerse y que se resume en lo siguiente: las ideas de UPyD se encuentran plenamente vigentes y son indispensables para salir de las crisis política y económica que vivimos los ciudadanos españoles. Es decir, nuestro discurso directo y claro, rompedor en muchos asuntos, políticamente incorrecto, alternativo, valiente y sincero cala día a día en una multitud creciente de ciudadanos rebeldes y comprometidos. Esta es la conclusión a la que llego yo, horas después de una noche inolvidable. Y también en Euskadi, donde presiento que podemos desde ya liderar el discurso constitucionalista, alejado de buenismos y discursos florales. Así que sí: es necesario un partido político que se enfrente descarnadamente a la partitocracia y a la corrupción, que defienda la modificación de la ley electoral, la reforma del Estado Autonómico, la despolitización de la Justicia, la profesionalización de las cajas de ahorros, la eliminación del Concierto Económico y el Convenio navarro, la igualdad ciudadana y la devolución de determinadas competencias para servir mejor a los ciudadanos. Entre otros asuntos. Por tanto, sí, sin duda: nuestro discurso cala. Y seguiremos creciendo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Votar UPyD para cambiar las cosas.

Horas antes de ejercer nuestro derecho democrático al voto, quiero dirigirme al conjunto de los ciudadanos para explicarles qué quiere UPyD y cuáles son sus propuestas.

Somos la alternativa a la partitocracia (aquello que Fidalgo denominó con acierto el mayor proceso de privatización habido en nuestro país en los últimos 30 años: es decir, la ocupación por parte de los partidos políticos de todos los espacios de la sociedad: hoy día, los grandes partidos viejos están presentes en las Cajas de Ahorros, en los Medios de Comunicación y en la Justicia). Nosotros hablamos claro: queremos acabar con esta insoportable PARTITOCRACIA.

Somos la alternativa al bipartidismo representado por PPSOE, esos grandes partidos viejos que no están dispuestos a tomar todas aquellas medidas que los ciudadanos necesitamos para vivir mejor y tener mejores servicios. Esos partidos viejos que no están dispuestos a mover un dedo en nada que perjudique sus intereses partidarios: ni quieren reformar el Estado Autonómico, ni quieren cambiar la ley electoral, ni quieren despolitizar las cajas de ahorros… ni quieren que la Justicia en España sea independiente del poder político. Nosotros hablamos claro: queremos acabar con este BIPARTIDISMO que impide la modernización de España.

Por tanto, alternativa a la partitocracia, alternativa al bipartidismo y alternativa también al nacionalismo, esa ideología tan antigua y tan reaccionaria.

Alternativa, por tanto, a los localismos, regionalismos y nacionalismos (y al vasquismo, por cierto, el hermano pobre del nacionalismo), “esa ideología o más bien religión - en palabras de Mario Vargas Llosa - provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral u ontológico la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento”.

Nosotros pedimos el voto para UPyD para defender estas ideas y para defender esta alternativa, con contundencia y sin complejos ni medias tintas. Y podemos hacerlo sin que se nos caiga la cara de vergüenza, porque a los hechos y al trabajo coherente podemos remitirnos.

Pedimos el voto para UPyD para impulsar estas reformas tan necesarias que PPSOE se niegan a impulsar porque perjudican sus intereses partidarios.

Pedimos el voto para reformar el Estado Autonómico, eliminar las diputaciones, fusionar municipios y reducir drásticamente los organismos públicos que sirven para colocar a los amigos de los partidos que en cada momento gobiernan.

Pedimos el voto para impulsar estas reformas profundas que sirvan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y para evitar recortes sociales, sean recortes socialistas o recortes de la derecha.

Pedimos el voto para UPyD para defender las listas desbloqueadas, la limitación de mandatos, la dación en pago, una ley de transparencia que impida la corrupción política, la devolución al Estado de las competencias de Sanidad y de Educación y una Europa de ciudadanos sin fronteras interiores, políticamente unida y conformada por Estados nacionales que no miren sólo por sus intereses.

Pedimos el voto para UPyD para reformar la Ley ELECTORAL… para que cada voto valga igual independientemente del lugar de España donde se emita.

Pedimos el voto para UPyD para garantizar el Estado del Bienestar, la Educación Pública, la Sanidad para todos, el gasto social, las ayudas sociales y la ley de dependencia.

Pedimos el voto para UPyD para que no haya más recortes, se aseguren las pensiones, se garantice el sueldo de los funcionarios, para que no paguen la crisis los ciudadanos con menos recursos o los más desfavorecidos. Y para reducir la brecha creciente entre los ciudadanos más ricos y los ciudadanos más pobres.

Pedimos el voto para UPyD para defender un país diverso y plural como es España pero, como nos escribía ayer mismo Fernando Savater, un país “formado por ciudadanos con derechos y deberes iguales, no un rompecabezas de territorios antagónicos y genealogías inventadas”.

Pedimos el voto para defender el interés general y los derechos ciudadanos frente a los derechos históricos, para anteponer las personas a los territorios y para acabar con todo tipo de privilegios.

Pedimos el voto para UPyD para conseguir un final de ETA sin impunidad, sin amnesia, sin indultos y sin medidas de gracia. Un final de ETA con memoria y justicia, un final de ETA con vencedores y vencidos.

Y para lograr todo esto apelamos al voto constructivo, al voto crítico, al voto valiente, al voto en positivo, al voto que se deposita para defender principios e ideas, al voto para defender propuestas razonadas y argumentadas. No queremos que la gente vote en contra de… ni queremos que la gente vote al menos malo o para que otro no salga elegido. No queremos que la gente vote con la nariz tapada.

Queremos que la gente VOTE con conocimiento de causa, de manera libre y autónoma, para sumar, en positivo, con optimismo y para cambiar las cosas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Votar a UPyD, por Fernando Savater.

Extracto de la carta de Fernando Savater que hoy mismo he recibido:


Votar a UPyD...


"… significa que apoyamos la superación del conflicto político, es decir, el reconocimiento del estado democrático español a cuyas instituciones y a cuya identidad plural han contribuido tantos vascos.

… significa que creemos en la victoria inequívoca de las instituciones democráticas sobre el terrorismo y, por tanto, afirmamos que el cese de la violencia etarra no debe suponer ninguna modificación en la normalidad parlamentaria sino confirmarla en libertad.

… significa que creemos en la justicia democrática y, por tanto, en que los delincuentes deben responder por sus delitos como acuerdan las leyes, más allá de peripecias políticas circunstanciales.

… significa que queremos una España formada por ciudadanos con derechos y deberes iguales, no un rompecabezas de territorios antagónicos y genealogías manipuladas".

miércoles, 2 de noviembre de 2011

UPyD, un partido progresista y reformista.

Al parecer, cuatro año después de haber nacido y tras multitud de iniciativas parlamentarias en el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo, el Parlamento Vasco, la Asamblea de Madrid y en multitud de ayuntamientos, hay quien sigue negándose a entender la evidencia: la evidencia palpable y demostrada de que UPyD es un partido progresista, reformista e inequívocamente nacional (que no nacionalista). Es ciertamente preocupante que haya todavía periodistas y medios de amplia tirada que nos definan, por desconocimiento o por pereza, como partido conservador... y es incluso desolador que tantos hacedores de opinión nos pregunten todavía hoy, para reducir el debate, por algo que no importa ya: si somos de derechas o de izquierdas.


Es obvio que somos un partido progresista y reformista. Es obvio que somos el partido más progresista y más reformista. Y a los hechos me remito: ¿cómo podría tildarse de "partido conservador" a quien ha propuesto y propone reformas radicales para el conjunto del país y sus instituciones, radicales en el sentido de que van a la raíz de los problemas? Parece obvio que un partido conservador difícilmente podría proponer tantas cosas rompedoras a la vez, tantas cosas políticamente incorrectas (para el conservador stablishment) y tantas cosas que atacan tanto el bipartidismo insoportable que padecemos y el statu quo vigente. A saber: la independencia del Poder Judicial respecto del poder político, la reforma en profundidad del Estado Autonómico, la eliminación de las diputaciones provinciales y también de las forales, la reforma de la ley electoral, la reforma del sistema fiscal actual, la reforma del mercado de trabajo para incluir un tipo de contrato indefinido único, la devolución al Estado de las competencias de Sanidad y Educación al Estado por parte de las CCAA, la unidad de mercado, la abolición del Concierto Económico y la supresión del Amejoramiento navarro, entre otras muchas ideas.


Por tanto, es obvio que somos un partido progresista, lo cual se opone a reaccionario o conservador. Transversal porque recogemos lo mejor de la derecha liberal y el pensamiento izquierdista preocupado por la igualdad y la justicia social. Y nacional porque pensamos en el interés general de los ciudadanos y en su igualdad, pero en absoluto nacionalista español, porque pretendemos una Europa política y sin fronteras interiores y trasladar a ella algunas de las competencias hoy nacionales, como fiscalidad o inmigración, entre otras. Cualquier cosa menos ir a Europa para defender nuestros exclusivos intereses nacionales.


Y toda esta acción política llevada ya a cabo con enorme entusiasmo y el compromiso de seguir haciéndolo con grupo parlamentario propio es lo que nos hace reivindicarnos como verdadera altenativa política para el 20N. Alternativa, por un lado, al conservadurismo actual de la izquierda y de la derecha, al bipartidismo reaccionario, al statu quo vigente, a la falta de soluciones nuevas que los problemas actuales exigen. Y, claro, como alternativa a los localismos, regionalismos y nacionalismos que crecen como la espuma a lo largo y ancho de España. Alternativa a los que anteponen la patria a los individuos, el territorio a los seres humanos y el terruño a los derechos ciudadanos.

lunes, 24 de octubre de 2011

Sobre el final de ETA.

El pasado jueves conocimos el último comunicado de la banda terrorista. En él, ETA anuncia lo que le pidió la Conferencia de Ayete que anunciara. A su vez, la Conferencia de Ayete le había pedido que anunciara lo que el mundo que rodea a los terroristas le había pedido a la Conferencia de Ayete que pidiera. Es decir, con este comunicado, ETA sigue un guión diseñado por ella misma, se trata, por tanto, del penúltimo acto de una obra de teatro... cuyo final sólo será digno si lo escribe la democracia.


Respecto al comunicado, sólo personas muy insensibles o muy distantes con el drama que hemos padecido, podrían sentirse plenamente satisfechas. Sólo personas muy equidistantes podrían no sentirse insultadas por semejante bazofia: "organización socialista revolucionaria de liberación nacional", "solución integral del conflicto", "secular conflicto político", "la lucha de largos años", "confrontación armada" o "el reconocimiento de Euskal Herria" son expresiones que deben repugnar a quien tenga un mínimo de sensibilidad y cultura democrática y demuestran, por cierto, que ETA sigue siendo una organización totalitaria que sigue sin entender la democracia, que sigue sin aceptar los más básicos principios democráticos, que sigue sin aceptar nuestras instituciones y que sigue siendo depositaria de un proyecto político de exclusión absolutamente antidemocrático. Un proyecto ante el cual debemos oponernos contundentemente.


Estos días he venido diciendo algo que quiero que se entienda bien: ETA ha perdido la "batalla militar" y ahora, los demócratas, debemos derrotar su proyecto totalitario. Obviamente, nada más lejos de aceptar que hayamos vivido en una guerra entre dos bandos enfrentados. Nada de eso: la realidad es que ha existido una banda terrorista que ha tratado de imponer su proyecto político al conjunto de la sociedad pacífica. Y, ante eso, no hay otro objetivo más loable que defender la democracia y las instituciones que la sustentan. Es decir y por decirlo quizás mejor: ETA ha sido derrotada operativamente y ahora debemos derrotar su proyecto totalitario.


Dicho esto, es obvio que su anuncio de cese definitivo de su "actividad armada" es claramente insuficiente y no supone su final. ETA debe disolverse, entregar las armas y los arsenales, reconocer el daño causado y colaborar con la Justicia. Hay quien dice que debe pedir perdón. En todo caso, este réquisito sería exigible para el caso de que pretendieran que la sociedad llegara a ser relativamente generosa. Tal cosa ni la planteo: como escribía recientemente Ruiz Soroa: ¿alguien pretende hacernos creer que esa gente merece nuestra generosidad? En absoluto.


Por tanto, lo que queda pendiente es hacerle ver al mundo de ETA que ni uno sólo de sus condicionantes queremos cumplir: ni la mesa de partidos políticos, ni el reconocimiento del inexistente derecho a la autodeterminación, ni mucho menos la impunidad o amnistia. Ni su pretensión de equiparar a víctimas con verdugos o reescribir la historia. Tal pretensión es un disparate inasumible. Y todo esto se lo transmitiremos en breve a nuestro lehendakari. Y que juntos deberíamos seguir defendiendo los pilares de nuestra democracia. Del proyecto totalitario de ETA.

viernes, 14 de octubre de 2011

¿Y quiénes son los responsables?

Hace aproximadamente un año y medio, presentamos una iniciativa en el Parlamento Vasco para instar al Gobierno Vasco a incluir en el calendario legislativo la modificación de la Ley de Territorios Históricos, de modo que pueda producirse un debate sobre nuestro entramado institucional vasco y la distribución de competencias entre el Gobierno Vasco, las Diputaciones Forales y los municipios. De aquella moción nació la petición de solicitar un estudio acerca de las ineficiencias y duplicidades que genera nuestro disparatado modelo institucional. El PSE, sin ir más lejos (y lo cito porque alardea de ser partidario de la modificación de la LTH) nos pidió que esperásemos al estudio para, a la luz de sus conclusiones, plantear acciones más ambiciosas.

La semana pasada conocimos dicho informe. Concluye que las duplicidades generadas por la pluralidad de instituciones que prestan los mismos servicios nos suponen un coste a los ciudadanos vascos de unos 403 millones de euros anuales. El lehendakari aclaró que tal despilfarro podría ser mayor, porque no todas las instituciones habían colaborado en la realización de dicho informe. Pero añadió algo todavía más encandaloso: las ineficiencias podrían duplicar el coste generado por las duplicidades (en el informe se explica la diferencia entre "duplicidades" e "ineficiencias", no viene al caso alargarnos aquí con ello).

Es decir, el informe nos dice lo que ya sabíamos: que el entramado institucional vasco (cuatro parlamentos al margen del control del Parlamento Vasco, tres haciendas forales con competencias fiscales, diputaciones forales con amplias competencias, etc) es un disparate de enormes proporciones que, efectivamente, nos cuesta un ojo de la cara. Y, claro, me pregunto yo: ¿quiénes son los partidos políticos que se han repartido los gobiernos de las distintas instituciones vascas durante los años de la democracia? ¿Quiénes son los que han convertido en normal esta gestión derrochadora de los dineros públicos? ¿Quiénes se han negado a modernizar nuestro entramado? PNV, PSE y PP. Y, por tanto, ellos son los responsables de este dispendio. El PNV y el PP son foralistas recalcitrantes que niegan la necesidad de actualizar la LTH. Quizás sea incluso más grave lo del PSE, que dice no ser foralista pero luego se comporta como tal. Incoherencia que sólo tiene una excepción: su presidente Jesús Eguiguren dice que el entramado institucional vasco está bien como está.

martes, 4 de octubre de 2011

La despolitización de las cajas de ahorro.

Aunque los medios de comunicación al servicio del statu quo vigente han evitado a toda costa publicarlo, la postura de UPyD ayer en el Parlamento Vasco con motivo de la presentación del Proyecto de Ley de Cajas por parte del Consejero de Economía, Carlos Aguirre, fue diáfana: este proyecto no aboga por la despolitización de los órganos de gobierno de las cajas de ahorro y no aboga por una verdadera profesionalización de su gestión y toma de decisiones.

Es obvio que uno de los grandes males de la economía española ha sido la politización de las cajas de ahorro que, en lugar de llevar a cabo una gestión caracterizada por la racionalidad empresarial, optaron, en muchos casos, por proyectos o decisiones puramente partidarias y disparatadas. Tal modo de funcionamiento les llevó a tener mayores tasas de morosidad que los bancos y a un recorte mayor en la concesión de créditos. Las cajas de ahorro vascas, a pesar de que han estado mejor gestionadas y gozan de una gran solvencia, han tenido y tienen el mismo problema. Sin su politización su situación actual sería más saludable e incluso es seguro que ya se habrían fusionado.

A nuestro entender, y así lo dijimos ayer en la Comisión de Economía, los cambios impulsados en la legislación nacional y los que se proyectan en el Proyecto de Ley del Gobierno Vasco son claramente insuficientes. No se aboga por la despolitización de los órganos de gobierno de las cajas. Ciertamente, se introduce una serie de cambios en los criterios de representación en los órganos de gobierno, pero la excesiva politización se mantiene.

No es cuestión de explicar aquí el modelo que defiende UPyD (se encuentra disponible en la web nacional), pero sí que cabe insistir en que esta leve modificación que se plantea no va a impedir que sean personas directamente controladas por los partidos políticos quienes tomen decisiones importantes y tal cosa hará posible que sus decisiones de gestión respondan a criterios de partido. El objetivo debería ser erradicar de la toma de decisiones comportamientos relacionados con la organización, con los intereses o con la dinámica de los partidos políticos. La pretensión por parte de estos de elegir a los suyos y poder tener representación no tiene como objetivo mejorar la gestión sino condicionarla para introducir en la toma de decisiones criterios de partido. En conclusión, los partidos políticos que siguen defendiendo todavía ayer su presencia en los órganos de gobierno no están defendiendo lo público... sino lo suyo, cosa muy distinta.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sobre las "otras víctimas".

Ayer asistí en el Koldo Mitxelena de San Sebastián a la primera charla de las charlas organizadas por Gesto por la Paz para esta semana en Donostia, Vitoria y Bilbao. Apenas una treintena de personas. Ni un solo parlamentario vasco excepto servidor (el único que votó en contra de la iniciativa que abría la posibilidad de constituir una ponencia parlamentaria para estudiar estos asuntos). El asunto, "las víctimas de actuaciones indebidas del Estado en la lucha antiterrorista", tema muy en la agenda del Gobierno Vasco. Realicé la siguiente pregunta escrita al finalizar la interesante charla, cumpliendo esa moda absurda de impedir que la gente se exprese de viva voz: "Es obvio que hubo víctimas de grupos parapoliciales o de funcionarios públicos, esto nadie lo pone en duda pero, ¿no les parece que mezclar a estas víctimas con las víctimas del terrorismo (como hace la exposición de motivos de la iniciativa que constituyó la ponencia de las "otras víctimas" en el Parlamento Vasco, como se deduce de la pretensión de incluirlas en el Día de la Memoria y como se evidencia de la idea de darles cabida en el Centro de la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, etcétera) favorece la teoría del conflicto defendida históricamente por el nacionalismo vasco, favorece la mentira de que hubo o hay dos violencias simétricas enfrentadas por un supuesto conflicto político y favorece la pretensión de algunos de reescribir la historia?". Los dos ponentes, Galo Bilbao y Andrés, de apellido impronunciable, estuvieron espesos en la respuesta y lo hicieron además a la defensiva: "nosotros no queremos mezclar nada". Ya, lo que pasa es que yo no les he dicho que ustedes estén mezclando... sino si es buena idea mezclar... como algunos pretenden.

Total, como el debate político en abierto está en peligro de extinción y me impidieron razonar y explicar estas cosas, esperé al final del monólogo para acercarme a los ponentes y a la moderadora y abrir el debate abierto, sincero, contundente y enriquecedor. Con Galo, porque Andrés sólo nos miraba de reojo. A Galo le expliqué pormenorizadamente lo que nosotros pensamos: que hay quien pretende mezclar a unas víctimas con otras para vendernos la historia del conflicto político, de las dos violencias simétricas y de que tanto ETA como el Estado ejercieron dos violencias igualmente condenables que produjeron víctimas "en ambos bandos". Creo que me comprendió y en cierta forma me dio la razón. Hay que andar con ojo, que no nos líen más los que llevan haciéndolo muchos años, no porque sean más sino porque tienen menos miedos, menos complejos y mucho más rostro. Fue, como decía, una conversación enriquecedora. Terminé tomando un vino con los ponentes, con Maixabel Lasa y con el resto de gente de Gesto por la Paz que organizó el evento.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Una España unida (con perdón).

En el discurso oficial con que el Lehendakari, Patxi López, abría hace un mes el nuevo curso político, se mostró solemne al asegurar que su Gobierno asume la responsabilidad de garantizar la "unidad de Euskadi", sin que se fragmente en poderes territoriales "que funcionen a modo de reinos de taifas que se dan la espalda y se enfrentan entre sí". Es obvio que UPyD es favorable al planteamiento voluntarioso del Lehendakari: así lo planteamos a diario por activa y por pasiva y así lo seguiremos planteando en sede parlamentaria... casi en solitario. Pero más allá de argumentar nuevamente sobre la materia, al releer estas afirmaciones, se me ha ocurrido pensar qué se le llamaría a quien dijera exactamente lo siguiente: "debemos garantizar la unidad de España, sin que se fragmente en poderes territoriales que funcionen a modo de reinos de taifas que se den la espalda y se enfrenten entre sí". Haré la prueba próximamente en el Parlamento Vasco. Os contaré... pero no esperéis que me saquen a hombros. Ni siquiera los socialistas.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

OPE de Osakidetza y discriminación lingüística.

El pasado día 26 de octubre de 2009 se aprobó, en el Parlamento Vasco, el siguiente texto: "El Parlamento Vasco insta al Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco a realizar una valoración adecuada del conocimiento del euskera como mérito en las futuras OPE de Osakidetza, de forma que busque el equilibrio con la puntuación correspondiente a los méritos profesionales". Recibió los votos del Partido Popular, el Partido Socialista y UPyD, formación política que planteó y, por tanto, posibilitó el debate y el histórico acuerdo. Es, lo que recientemente la parlamentaria popular Laura Garrido, recordándolo, definía como "un acuerdo histórico" porque "nunca había habido en el Parlamento Vasco un acuerdo de estas características que hablara de buscar equilibrio entre la valoración del euskera y el resto de méritos y que garantizara el principio de igualdad de acceso a la función pública".


Ayer mismo volvimos a tratar el asunto en sede parlamentaria, con motivo de la comparecencia del consejero de Sanidad, señor Bengoa, a solicitud de Unión Progreso y Democracia. Se confirmó lo sabido: con motivo de la reciente OPE convocada por Osakidetza, se da nuevamente vía libre a la discriminación lingüística y a enormes injusticias contra ciudadanos vascos que no saben euskera. Como con los gobierno nacionalistas, se vuelve a dificultar la llegada de buenos profesionales de fuera de Euskadi y se lamina el principio de acceso en condiciones de igualdad a los puestos de trabajo de la Administración Vasca. Insisto en que hablamos de puestos de trabajo donde el euskera no se necesita para nada y hablamos de una sobrevaloración excesiva del euskera para puestos de trabajo perfilados (y donde el euskera es, en numerosos casos, innecesario). Hablamos de que el euskera volverá a ser determinante para acceder al empleo público y obstáculo insalvable para muchos ciudadanos. Y hablamos, en fin, de un socialismo vasco acomplejado e incapaz, no ya de cumplir lo que le exige el Parlamento Vasco, sino de finiquitar definitivamente la discriminación lingüística en el País Vasco e impulsar el cambio que se necesita.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Nuestra indignación, en las instituciones.

La situación política se encuentra en un momento ciertamente preocupante (y a su vez apasionante). No sólo porque el país se encuentra en una encrucijada histórica debido a la ingente cantidad de reformas constitucionales que deberemos entre todos impulsar sino porque sobre la mesa se encuentran los grandes asuntos que UPyD quiso plantear desde su fundación (ahora hace cuatro años). La reforma de la ley electoral, la independencia del Poder Judicial, la reestructuración del modelo de Estado, la educación, la despolitización de las cajas de ahorros, la libertad lingüística, la revisión del Senado, la derrota de ETA, la eliminación de las diputaciones, la unificación de los municipios, una política fiscal unitaria y común, etcétera, son los asuntos que UPyD (y la tozudez de los hechos) han puesto sobre la mesa de las grandes discusiones políticas (las pequeñas se las dejamos a Pepiño Blanco y semejantes).
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Y respecto a Euskadi, ésta es la actividad planteada por UPyD en el Parlamento Vasco que trata de abarcar los grandes asuntos que afectan al conjunto de los ciudadanos: comparecencia de la consejera de Cultura para que explique las supuestas modificaciones realizadas por el Gobierno para modificar las relaciones de puestos de trabajo de la Administración, en lo que se refiere a perfiles lingüísticos; comparecencia de Txema Urkijo y Maixabel Lasa para que expliquen por qué dijeron que "la memoria de las víctimas debe ser inclusiva" y den cuenta además de la situación en la que se encuentra el llamado "Mapa de la Memoria"; comparecencia del consejero de Sanidad para que explique los motivos por los que no se han modificado un pelo las exigencias de euskera en la inminente OPE convocada por Osakidetza; la comparecencia de la consejera de Cultura para que dé cuenta de la situación de los becarios en el Museo Guggenheim; y comparecencia de SOS Bebés Robados, para que planteen en sede parlamentaria sus preocupaciones acerca de este verdadero drama.
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Además, tenemos pendientes de debate las siguientes proposiciones no de ley planteadas por UPyD: la relativa a la reapertura de negociaciones sobre el futuro del museo Chillida-Leku; la relativa a la transparencia y publicidad de los datos relativos a entidades del sector público y de las participadas por la Administración general de la CAV (y que PP y PSE han enmendado "convenientemente"); otra sobre el nombre oficial de las provincias vascas; la relativa al abandono del proyecto de ampliación del aeropuerto de San Sebastián; la relativa a la colocación de la bandera española en los ayuntamientos; una relativa a la creación del Centro de la Memoria de las víctimas del terrorismo (donde nacionalistas y socialistas quieren incluir a las "otras víctimas"); una más sobre el abandono del proyecto de soterramiento del tren de alta velocidad a su paso por Vitoria (y la broma de los 500 millones de €); otra sobre la celebración del Día de la Memoria (donde nacionalistas y socialistas quieren que estén presentes las "otras víctimas"); otra para la ilegalización de Bildu; y, finalmente, la registrada ayer mismo: iniciativa para recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio e impulsar un plan conjunto de lucha contra el fraude fiscal en el País Vasco. Además, a lo largo de los próximos días presentaremos dos propuestas más, una de las cuales puede tener mucha repercusión mediática (veremos).
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En fin, ésta es la manera que tenemos en UPyD de trabajar por y para los ciudadanos. Éste es el modo que utilizamos para alcanzar una sociedad más justa, igualitaria y libre. En el Parlamento Europeo, en el Congreso de los Diputados, en el Parlamento Vasco, en la Asamblea de Madrid... y en cada uno de los municipios donde tenemos representación institucional: actuando localmente... pero pensando antes en lo global. Con propuestas concretas, con argumentos y con mucho debate. Nuestra indignación trasladada a las instituciones para cambiar las cosas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Sobre la reforma constitucional exprés.

La reforma constitucional en marcha para fijar un límite al déficit público nos demuestra algunos extremos: por un lado, la Carta Magna no es un texto sagrado que no pueda ser modificado, tal como nos dijeron desde la derecha y la izquierda conservadoras durante años; por otro lado, cuando quieren, el PSOE y el PP son capaces de llegar a acuerdos, aunque sea para impulsarlos por la puerta de atrás, con nocturnidad y alevosía y negando a los grupos parlamentarios la participación política y a los ciudadanos el debate público, como en este caso. Se demuestra, por tanto, que todo es cuestión de voluntad política y el inmovilismo conservador no tiene más explicación que la falta de buenas ideas. Además, hay algo evidente que queda perfectamente reflejado tras esta reforma: están declarando públicamente que no se fían de ellos mismos, porque necesitan elevar a rango constitucional un principio que podría ser perfectamente garantizado por el gobierno de turno: en esto son como los ciudadanos, no se fían ni de unos ni de otros. Hay más cosas. A mi entender, al elevar este principio a rango constitucional se limita el debate político y el margen de maniobra de los gobiernos: estos tienen derecho incluso a equivocarse, serán luego los ciudadanos los que juzguen en las urnas. Habría que aclarar otra cuestión: la reforma pretende fijar un límite al déficit público, no al gasto, como algunos parecen repetir todos los días. El asunto tratado es, por tanto, una cuestión de gastos e ingresos, de estabilidad presupuestaria, de equilibrio en las cuentas, de buen gobierno, de responsabilidad política. Sin embargo, tal reforma es innecesaria e incluso supérflua para ello, no sólo porque el déficit (no sé si el 0,4 o el 1,2) es indispensable en algunos momentos económicos (sirve para enfrentarnos a retos ineludibles, como infraestructuras necesarias o inversiones educativas), sino también porque con los habituales procedimientos presupuestarios y más transparencia podía garantizarse lo que dicen que está garantizado ahora. En conclusión, se trata de una reforma innecesaria, mal gestionada y explicada, perpetrada con muy malas formas y que nos da en algo la razón: si no se modifica la Constitución para modernizar España es porque los dos grandes partidos carecen de voluntad política... y de buenas ideas.

martes, 2 de agosto de 2011

Recuperar el prestigio de la política.

Preguntaba hace un par de días en Twitter si los jóvenes hablan al menos de vez en cuando sobre política. Seguro que hay entre una amplia mayoría de silentes quienes libremente lo hacen, aunque intuyo que no son ni siquiera tantos como lo eran hace unos cuantos años. Yo lo recuerdo bastante bien: ya hace 15 años, había entre mis amigos quien me mandaba callar, pues la política intoxica las relaciones personales, altera las almas, crea intenso debate y ejercita el cerebro y la conciencia crítica... y estas son actividades maléficas e insalubres, al parecer, casi tanto como el humo del tabaco. Yo, obviamente, me negé siempre y allí mantuve conversaciones eternas con amigos incluso batasunos que justificaban lo injustificable, con la esperanza hueca de poder convencerles de que la violencia era indefendible y el mayor de los cánceres para la convivencia democrática. También dialogué a fondo con amigos más políticamente cercanos, familiares y profesores de Euskaltegi, sin complejos ni miedos a equivocarme.
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Ahora, 15 años más tarde, me pregunto si los jóvenes y no tan jóvenes osarán discutir de lo indiscutible y si se plantearán determinadas ideas para mejorar la sociedad, aunque sea torpemente. O si sólo desbarrarán de los políticos profesionales, ese deporte tan habitual y tan pernicioso hoy en día en nuestro país. Yo mismo, desde que soy parlamentario, lo he sufrido en mis propias carnes. Basta que alguien sepa de mi trabajo remunerado como parlamentario, para que crezcan como la espuma todos los prejuicios posibles, todas las barreras y hasta todos los menosprecios e insultos que uno ya conoce. Una pena. Yo trato de repetirles que soy un ciudadano normal... pero apenas es posible convencerles.
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Creo que ésta es una de las labores primordiales de Unión Progreso y Democracia. Tenemos que demostrar que la actividad política es una actividad noble, cuyo propósito debe ser impulsar los cambios legales (y los debates) que sean precisos para alcanzar una sociedad mejor, más igualitaria y más justa. Y hacerlo no tanto con palabras como con hechos, con el ejemplo y todos los días del año, sin complejos ni miedos. Una ingenuidad, quizás, pero algo real como la vida misma. En Twitter mantengo conversaciones inusitadas con casi todo tipo de gente y consigo entablar diálogo con personas que piensan muy diferente. Se extrañan, pero es normal para mí. Me temo que lleve por muchos años la losa de haber sido parlamentario vasco, al menos ante una gran parte de la sociedad decepcionada con los políticos. Para mí, sin embargo, será siempre motivo de orgullo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Para modernizar Euskadi.

Las recientes idas y venidas del Lehendakari para contactar, discutir y tratar de acordar con cada uno de los tres diputados generales una nueva política fiscal unitaria para el conjunto de Euskadi evidencia las incomodidades, las ineficiencias y las disfunciones que el entramado institucional del País Vasco provoca en el día a día de la política vasca. Baste un ejemplo que debería provocar perplejidad y asombro entre los ciudadanos: en Euskadi no existe un plan global de lucha contra el fraude fiscal porque, según se dice oficialmente y sin vergüenza, las diputaciones forales son muy "celosas" de sus competencias. Es decir, que el actual reparto competencial dentro del País Vasco (tres haciendas forales al margen del control del Parlamento Vasco, ahí es nada) es una losa evidente para impulsar la decidida lucha contra el fraude fiscal, uno de los grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad. Ni que decir tiene que plantear, no ya un solo plan de lucha contra el fraude en Euskadi, sino un plan que sea compartido con la hacienda del Estado, supone comprar todos los boletos para que puedan calificarte de antivasco, españolista, nacionalista español o representante político que habla en contra de los ciudadanos a los que representa. O, de manera todavía más obtusa, de ser "de derechas". Nos ha pasado y por esto lo cuento. Por estos lares, propuestas razonables son despachadas con toda suerte de adjetivos no precisamente amables, porque lo que aquí debe defenderse es el statu quo vigente, lo políticamente correcto, la ley de territorios históricos, el Estatuto de Gernika, la ley electoral vasca, el reparto actual de competencias y el principio generalmente aceptado de que quien no trata de sablear al Estado no es hijo de esta tierra. Así, cualquier crítica a estas cuestiones se salda con portazo... a pesar de que es evidente que la idea de que la reforma de todas estas leyes es urgente se abre paso y crece como la espuma. No nos nombrarán, pero es creciente el número de opinadores, analistas, columnistas y críticos que defienden abiertamente que estas reformas profundas y radicales deben ser defendidas cuanto antes. Radicales porque van a la raíz de muchos de nuestros problemas. Y nosotros vamos a hacerlo porque la actual situación política y los nuevos tiempos nos lo exigen: reforma profunda de la anacrónica y reaccionaria ley de territorios históricos, la modificación del Estatuto de Gernika, la devolución al Estado de las competencias de Sanidad y Educación, la superación del Concierto Económico y la reforma de la ley electoral. Ya lo hemos planteado durante estos dos primeros años de legislatura y volveremos a hacerlo. Veremos si la respuesta de los partidos políticos es la misma que en el pasado o deciden por fin enfrentarse a los problemas y tratar de solucionarlos.

miércoles, 20 de julio de 2011

Sobre la elección de los Consejos Territoriales.

Este sábado 23 de julio elegimos nuevos Consejos Territoriales, también en el País Vasco. Aquí no hay color ni competencia, porque sólo se presenta una candidatura y además es la mejor de las posibles, con Nicolás de Miguel al frente de un gran equipo. Ciertamente, la elección de los diferentes Consejos Territoriales no es un asunto sin importancia para Unión Progreso y Democracia. Se trata, al fin y al cabo, de elegir las personas mejor preparadas para llevar a cabo y liderar un trabajo muy importante. Se trata de elegir al mejor equipo posible para que, trabajando codo con codo con el Consejo de Dirección, consigamos consolidar el partido en todos los lugares, posibilitando que crezca por la base y consiguiendo que se acerquen más ciudadanos indignados dispuestos a dar el callo. Lo último que UPyD necesita son 17 Consejos Territoriales diferenciados y plenamente autónomos, al estilo de los partidos tradicionales españoles. La conversión de las organizaciones españolas, y no sólo las políticas, en confederaciones territoriales singulares y autónomas, es uno de los grandes males que nos impiden siquiera ser optimistas y poder pensar que saldremos de esta crisis política y económica sin precedentes... al menos bajo el liderazgo de estos partidos políticos que ahora nos desgobiernan. La subordinación de ideas igualitarias y proyectos comunes a la baronía territorial de turno es actualmente un cáncer político más que evidente. De este modo se impide impulsar proyectos comunes, soluciones globales y políticas igualitarias para el conjunto de la sociedad española o europea. Se impide pensar en el interés general de los ciudadanos. Por tanto, es obvio que esta desmembración de los grandes partidos españoles es fatal para el común de los ciudadanos y para el propio proyecto político de esas organizaciones. En el caso de UPyD, sería definitivamente letal porque es precisamente una de las características genuinas y distintivas de nuestro proyecto y el traicionarlo significaría que fallaría en lo esencial. Estoy seguro que no ocurrirá y que se elegirán aquellos Consejos Territoriales dispuestos a no competir con la dirección nacional y conscientes del papel fundamental que deben jugar.

Es obvio, también, y tengo experiencia en ello, que quien ostenta un cargo público no puede ser coordinador ni dirigir un Consejo Territorial. Es literalmente imposible que ambos trabajos puedan hacerse bien porque además ambas tareas son lo suficientemente importantes como para no dedicarles toda la atención y todo el tiempo que exigen. No es posible ostentar un cargo público y dedicarse al partido político. Y, claro, quien ha sido elegido por los ciudadanos tiene una tarea fundamental y prioritaria que desarrollar: la de trabajar a fondo, todos los días del año, para llevar a esa institución los problemas de los ciudadanos a los que representa (todos) y tratar de plantear las soluciones más satisfactorias. A más dedicación, mejor trabajo. Lo sé por experiencia. A más horas de lectura, estudio, análisis... mejor trabajo. Y a esto debemos dedicarnos los cargos públicos de UPyD: a darlo todo durante los cuatro años para poder ser dignos representantes de los ciudadanos. Por esto estoy convencido y quiero insistir en ello en que no es posible ser cargo público y dedicarse también a coordinar o dirigir un Consejo Territorial. Es materialmente imposible y lo sé por experiencia.

Estas son las dos cosas que yo quería subrayar tres días antes de elegir a nuestros Consejos Territoriales. Hay gente muy valiosa dispuesta a trabajar mucho y bien por nuestra organización. Deberíamos decantarnos por quienes entienden lo fundamental de nuestro proyecto político (un proyecto común para el conjunto de los ciudadanos) y por quienes pueden realmente dedicar todo el tiempo que UPyD necesita, precisamente en estos momentos de zozobra política y económica. Suerte a todos.

lunes, 18 de julio de 2011

El escándalo de EB.

El pasado día 7 de julio se vivió un pleno dantesco en las Juntas Generales de Álava. Durante el debate para la elección del nuevo diputado general, el aspirante jeltzale Xabier Agirre lanzó unas acusaciones gravísimas a los negociadores de Ezker Batua, una vez se descartó el apoyo de las dos junteras de la coalición a su formación (que junto con los de Bildu podrían haberle aupado a lo más alto) y confirmado, por tanto, que el nuevo diputado general sería el popular Javier de Andrés, con sus propios votos y con los votos socialistas.

http://www.youtube.com/watch?v=08cJiM9QRAI

Más allá de los problemas identitarios de EB (mira por dónde), más allá de sus problemas internos, sus luchas de poder, sus familias políticas (nunca mejor dicho) y más allá de la capacidad de liderazgo del coordinador Mikel Arana, donde no nos metemos, el asunto de las vergonzosas negociaciones que tuvieron lugar no es, obviamente, un problema interno de la coalición autodenominada izquierdista, sino algo que trasciende la organización e interesa y afecta al conjunto de la sociedad. Es algo que debe ser aclarado hasta sus últimas consecuencias. Que haya un partido político que condicione su apoyo parlamentario a la colocación de parte de su afiliación en empresas públicas u organismos autónomos (saltándose la legalidad vigente) o a la concesión de un crédito bancario, es un escándalo de primer orden que no puede saldarse con una asamblea interna.

Podemos recordar cómo define el "tráfico de influencias" el artículo 428 del Código Penal: "El funcionario público o autoridad que influyere en otro funcionario público o autoridad prevaliéndose del ejercicio de las facultades de su cargo o de cualquier otra situación derivada de su relación personal o jerárquica con éste o con otro funcionario o autoridad para conseguir una resolución que le pueda generar directa o indirectamente un beneficio económico para sí o para un tercero..."; o cómo define el "cohecho activo" el artículo 424, que castiga "al que ofreciere o entregare dádiva o retribución de cualquier otra clase a una autoridad, funcionario público o persona que participe en el ejercicio de la función pública para que realice un acto contrario a los deberes inherentes a su cargo o un acto propio de su cargo, para que no relice o retrase el que debiera practicar, o en consideración a su cargo o función".

Es decir, que no debería ser descartable instar a la Fiscalía para que inicie una investigación, puesto que parece evidente que el ofrecimiento de EB al PNV podría ser constitutivo de un delito de tráfico de influencias y de cohecho activo. Especialmente repugnante es que los portavoces de la coalición hayan venido condicionando su apoyo al candidato Agirre al cumplimiento de objetivos programáticos no sólo legítimos sino muy nobles, como la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio, gravar más a los que más tienen, avanzar en la progresividad de la fiscalidad en Euskadi o modificar la ley electoral en Álava. Al parecer, detrás de todo eso existían intereses personales y espurios, que evidencian la degeneración de una parte de los políticos, que entienden la política, no como un servicio a los intereses de los ciudadanos, sino como un medio para beneficiarse económicamente. Tales actos evidencian también que en numerosísimas ocasiones la etiqueta "izquierda" no es más que una excusa barata para dar vía libre a determinados comportamientos pero que, en el fondo, no hay nada distinto. Tal actitud, en fin, nos perjudica y nos afecta y nos atañe a todos sin excepción. Por eso no es suficiente que las responsabilidades de esta vergüenza se aclaren en los órganos internos de Ezker Batua. La Fiscalía debería actuar.

miércoles, 6 de julio de 2011

Garitano y el euskera.

El señor Garitano no tiene la obligación legal de expresarse en castellano... como tampoco tiene un servidor la obligación de hacerlo en euskera. Por mi parte, el diputado general de Guipúzcoa debe poder expresarse en la lengua o lenguas que considere necesario, y puede optar también por hacerlo íntegra y exclusivamente en euskera. Tal actitud, puesto que sabe hablar en castellano, demuestra un inmenso desprecio por los periodistas que atienden sus ruedas de prensa y no son euskaldunes... y por la mayoría de los ciudadanos vascos, incluidos muchos de sus votantes, pero está en su derecho. Insisto: puede hacer lo que le dé la gana. Defendida su libertad individual, hay algo en lo que nadie ha insistido y que evidencia la paranoia en la que vivimos: hay ciudadanos en Euskadi que prefieren utilizar exclusivamente el euskera... aunque haya menos gente que le entienda y menos ciudadanos, por tanto, que reciban su mensaje. Esto es lo inaudito: que haya quien prefiera que haya menos gente que le entienda. Hay dirigentes políticos, ideologías y partidos políticos que anteponen los supuestos derechos de las lenguas a los de los ciudadanos y que, desde luego, muestran mucho más cariño hacia ellas que hacia muchos de sus conciudadanos. Ante esta paranoia colectiva, debemos reivindicar un principio básico: las lenguas son para comunicarse, utensilios al servicio de los hombres para unirnos y enfrentarnos a proyectos comunes. Hay representantes públicos que no llegan a entender algo tan básico. Y es inaudito pero sobre todo es triste.

viernes, 1 de julio de 2011

El negacionismo, ¿motivo de ilegalización?

Me lo comentó Andrés el lunes pasado: podría ser factible plantear una reforma legal para que el negacionismo sea motivo de ilegalización del partido político que lo inspire y fomente. Un hecho concreto: la insistencia con que las gentes de Batasuna hablan de "presos políticos", obviando el disparate que tal concepto, aplicado a los presos etarras, supone. Un preso político es el preso que está encarcelado por sus ideas políticas. Los presos de ETA están en la cárcel por la comisión de delitos perfectamente tipificados: asesinato, pertenencia a banda armada, tráfico de armas o lo que sea. Independientemente de las razones que les llevaron a delinquir (es obvio: imponernos su proyecto político), la vulneración de leyes concretas fue lo que les llevó a prisión. Decir que un preso etarra es un preso político es dar por supuesto que no hubo delito o que tal delito... estuvo justificado. Es dar por supuesto que no tienen culpa, que no cometieron infracción de la legalidad vigente, que están injustamente encarcelados y, en definitiva, que todo lo que hicieron estuvo bien hecho y el Estado no tiene razones para mantenerlos a buen recaudo. Por tanto, denominarlos "presos políticos" es negar el daño causado, la existencia del ejercicio del terrorismo y justificar los crímenes cometidos. Por tanto, este evidente negacionismo del terrorismo etarra que los batasunos fomentan mañana, tarde y noche podría y creo que debería incluirse como motivo de ilegalización de la formación política que impulse tal discurso, en este caso, Bildu.

miércoles, 22 de junio de 2011

Carta al Lehendakari sobre el 15-M.

Desde el pasado 15 de Mayo estamos asistiendo a un muy interesante movimiento ciudadano que, de manera espontánea, surgido en la red, ha salido a las calles de las principales ciudades españolas para exigir lo que resumidamente han venido en llamar “Democracia Real Ya”. Yo no tengo dudas de que nos encontramos ante un movimiento plural, protagonizado por personas diversas, de todas las edades aunque mayoritariamente jóvenes, con inquietudes sociales más o menos diferentes y que coinciden sobre todo en un estado de ánimo: están “indignados” ante la situación política, social y económica de España.
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Usted, señor Lehendakari, dijo entender la “indignación” de esta gente, por lo que lo que ahora cabe es saber exactamente con cuáles de las propuestas concretas del movimiento "Democracia Real Ya" coinciden Usted y su gobierno… y exactamente qué está dispuesto a hacer para hacerlas realidad. Al fin y al cabo, Usted ha considerado “positivo” el movimiento, como nosotros, y ha confiado en que sus reivindicaciones sirvan para “cambiar dentro del sistema todo lo que no funcione”.
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Lo cierto es que algunas de las propuestas más repetidas por los “indignados” son propuestas a las que el socialismo se ha opuesto siempre, es por esto que nos extraña que Usted los haya apoyado públicamente. Nos sorprende… pero nos alegra, ya que igual es un primer paso para que determinadas propuestas políticas tengan un mayor apoyo parlamentario. Tampoco olvidamos que Usted mismo pidió a sus propios compañeros de partido, durante la última campaña electoral, que se acerquen a colectivos sociales como los indignados del 15-M.
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Nosotros queremos que Usted nos aclare su posición, para saber si sus palabras eran marketing político… o si se debe a que el socialismo ha modificado su programa político. Creemos que es interesante que este movimiento ciudadano y, sobre todo, sus propuestas concretas, sean traídas a la sede parlamentaria para tratar de que tengan efecto y retraten a cada uno de los partidos políticos. Obviamente, habrá quien rechace la mayoría de sus propuestas… pero nos parecería mucho más grave que quien ha venido mostrándose cercano a sus postulados… las rechace igualmente. Al fin y al cabo, es en los parlamentos donde pueden tener traducción en decretos y leyes muchas de estas ideas. Nos parece positivo y es extraordinario que se defiendan en la calle… pero creo fundamental que tengan traducción en leyes y medidas políticas concretas.
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Este movimiento propone, señor Lehendakari, la reforma de la ley electoral, para que la traducción de votos en escaños sea más proporcional. Ustedes se han mostrado contrarios a esta reforma; las listas abiertas, a lo que el socialismo se opone. Tal propuesta fue llevada por un servidor al Parlamento Vasco y, si no recuerdo mal, me quedé solo… o casi; la dación en pago para cancelar hipotecas, propuesta a la que ustedes se han opuesto en todos los lugares; vivienda pública exclusivamente en alquiler, lo que ustedes consideran una idea irreal, peregrina e imposible de aplicar en la práctica; la abolición de la ley Sinde, que ustedes aprobaron con el apoyo del Partido Popular; oposición a la corrupción política, lo que me hace recordar que tanto ustedes como el Partido Popular han llevado en sus listas a imputados por corrupción en las últimas elecciones municipales y autonómicas; la independencia del poder judicial, de modo que los miembros del CGPJ, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional no sean elegidos por los partidos políticos como ocurre ahora gracias a ustedes. Y otras como la eliminación del senado, la eliminación de determinados privilegios a la clase política, la independencia de los medios de comunicación, de modo que puedan reflejar también las opiniones de las formaciones políticas minoritarias… aunque éstas se alejen de las opiniones de sus amos, la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio, a lo que ustedes se oponen porque ustedes lo eliminaron, la supresión de las SICAV, la jubilación a los 65 años y un largo etcétera.
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Tampoco podemos olvidar que este movimiento surge de un grupo de personas que en Twitter ideó aquello de #nolesvotes… refiriéndose a ustedes; que se refieren a ustedes y al Partido Popular como PPSOE; sus críticas al bipartidismo imperante; ni que piden mayor democracia interna en los partidos políticos.
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Nosotros queremos preguntarle señor Lehendakari con cuáles de todas estas ideas y propuestas está de acuerdo y qué pasos piensa dar para hacerlas posibles. No basta con, de palabra, mostrar su cercanía a este movimiento… sino de comprometerse con sus ideas. Con cuáles de estas ideas y propuestas que le he señalado arriba está usted de acuerdo y qué piensa hacer para llevarlas a cabo. Insisto: Usted dijo que la protesta “la tenemos que atender porque refleja un estado de ánimo y de opinión”… y dónde mejor que atenderla que en los parlamentos, también en el Parlamento Vasco.
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Usted, señor Lehendakari, afirmó que “tal vez ha llegado la hora de abrir un nuevo debate sobre la Ley Electoral en España”, dirigido a “mejorar la representación de las distintas opciones” políticas. Esta afirmación choca con la actitud del partido al que pertenece, el PSOE, el cual ha venido oponiéndose a tal reforma, por razones evidentes: la actual Ley Electoral beneficia el bipartidismo imperante y el statu quo vigente.
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En fin, señor Lehendakari, cuáles son sus propósitos para atender las reivindicaciones planteadas por los manifestantes y seguidores de “Democracia Real Ya”. Con cuáles de todas estas ideas y propuestas está Usted de acuerdo y qué pasos piensa dar para hacerlas posibles.
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Lo suponía: no hay compromiso.

lunes, 13 de junio de 2011

Basta con que mantengamos nuestro discurso.

Creo que ésta es la afirmación que más veces he escuchado desde el pasado día 22 de mayo: hemos vuelto a finales de los años 80, hemos retrocido 25 años. Y ésta ha sido la afirmación que he escuchado a miembros de UPyD pero también a votantes de otros partidos políticos o a apolíticos recalcitrantes. La situación en Euskadi, a día de hoy, y confirmado que tendremos un alcalde de Bildu en San Sebastián, es desoladora. Dos años después del cambio de gobierno en el País Vasco que supuestamente lograría un profundo cambio político tras treinta años de nacionalismo obligatorio... hemos vuelto a las cavernas. Es ya obvio que estos dos años han sido sobre todo una oportunidad perdida: al escaso convencimiento de los socialistas, a los miedos reverenciales que estos y los populares tienen al nacionalismo, a los complejos de quienes quieren ser admitidos en la secta y en lo políticamente correcto... se ha sumado un Zapatero obtuso, cortoplacista y nefasto, un Zapatero en estado puro, que ha tratado al PNV como si fuera Euskadi y al Lehendakari de Euskadi como si fuera... un estorbo. Desde que el Gobierno de España negocia con el PNV las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika... este Gobierno Vasco está muerto.



Dos años después, la Izquierda Abertzale auténtica ha recuperado y ampliado el poder perdido (Aralar ha sido duramente castigada, conviene recordarlo). Tiene, obviamente, a quien agradecérselo: no sólo a los miembros del Tribunal Constitucional que decidieron que debían volver a ser legales (sin haber condenado a ETA y sin haberle exigido que desaparezca incondicionalmente y portando su proyecto político), sino también a la práctica totalidad de los partidos vascos, que exigieron por activa y por pasiva la legalización de Sortu primero y después de Bildu, nos presentaron a sus miembros como demócratas convencidos y nos dijeron que su legalización era una oportunidad extraordinaria para alcanzar la paz. Podemos recordar la campaña de Jesús Eguiguren a tal efecto, presidente de los Socialistas Vascos, o la insistencia del Lehendakari en repetir machaconamente que no era en absoluto necesario condenar la historia criminal de ETA para poder ser legales. A nosotros nos habría gustado que Bildu no hubiera sido legalizada, que, una vez legalizada, no se le hubiera hecho la campaña que se le hizo desde todos los estratos de la sociedad (ay, los medios y miedos de comunicación) y que, una vez que lograron miles de votos, los demócratas se hubieran puesto de acuerdo para evitar que gobernasen donde no tenían mayoría absoluta. Deseos incumplidos que complican el paisaje. Tanto es así y tan abducida está esta sociedad vasca... que hasta los empresarios afirman oficialmente que no les preocupa que Garitano, ex editorialista de Egin, pueda ser elegido diputado general en Gipuzkoa. Es obvio que les preocupa y mucho... pero el miedo sigue siendo libre porque ETA, además, no ha desaparecido.



El panorama es, por tanto, desolador. No sólo los resultados electorales en sí mismos. También lo son los discursos avergonzados de la mayoría de los dirigentes y también muchas de sus extrañas actitudes: lo mismo hay quien se presenta a diputado general por Vizcaya (el socialista Jose Antonio Pastor) que dimite en cuanto comprueba que ha salido derrotado y afirma que tal cosa estaba decidido desde el principio (es decir, pensaba perder); lo mismo corre la lista socialista en San Sebastián y presentan candidato a alcalde a quien ocupaba el número 10 de la lista, insultando de este modo a los ciudadanos y, sobre todo, a sus votantes. Por tanto, no sólo los discursos sino también las actitudes son ciertamente preocupantes.



Es lo que tiene: mientras el PNV ataca por tierra, mar y aire, todos los días del año, a este Gobierno avergonzado... este Gobierno avergonzado se pone a la defensiva, trata de explicarse, disimula y trata de formar parte de la secta. Y pasa lo que pasó siempre: a la hora de elegir, mejor elegir el original, sobre todo si muestra un mayor convencimiento, no tiene dudas y tiene vía directa con La Moncloa. Es lo que tiene: mientras el nacionalismo nos vende sus víctimas de violaciones de derechos humanos y otros sufrimientos injustos producidos en un contexto de violencia de motivación política (y el PSE e incluso el PP se las compran), los supuestos constitucionalistas que nos desgobiernan no saben distinguir un Día de la Memoria de las víctimas del terrorismo de un Día de la desmemoria y el disimulo. Así es como nos comen el terreno. De tanto dar pasos atrás, hemos tocado fondo. Es por esto que es más necesaria que nunca una alternativa argumentada al nacionalismo y a los miedos reverenciales de los que se supone no son nacionalistas.



Mientras tanto, quien tiene sentimientos no puede sino sentirse muy dolido: Bildu, que no ha condenado la historia criminal de ETA, que se niega a exigir a la banda que desaparezca incondicionalmente, que defiende el proyecto político de la banda, que ya ha empezado su campaña para que aceptemos que los presos etarras son presos políticos, que nos argumentan que los familiares de los presos son también víctimas de la violencia, que insultan y amenazan en los primeros plenos municipales ... se ha convertido en el segundo partido político vasco. Ha arrasado en Gipuzkoa. Va a gobernar la Diputación Foral del territorio. Y tiene ya la alcaldía de San Sebastián... con un programa político que se basa en derrocar el orden constitucional, convocar refrendos hasta para cambiar la arena de la playa y en hablar de los presos de ETA todos los días del año.



Es obvio, ante esta envenenada situación, que es el momento de hablar más claro y alto que nunca. Es cierto que el momento actual no tiene nada que ver con el que disfrutábamos no hace ni un año. Ahora están crecidos los que estaban ilegalizados y los demócratas estamos más apesadumbrados que entonces. Pero vamos a levantar la cabeza. Los que nos hemos mantenido firmes en nuestros principios y no hemos cambiado de chaqueta ni querido parecer simpáticos lo tenemos más facil que el resto. Basta con que mantengamos nuestro discurso.

miércoles, 8 de junio de 2011

El G-8 en la Asamblea de Madrid.

Fue un verdadero placer asistir ayer a la constitución de la Asamblea de la Comunidad Autónoma de Madrid, junto con CMG, Rosa Díez, Álvaro Pombo, Nacho Prendes, Fernando Maura, Álvaro Anchuelo y David Ortega, entre otros, y poder verles tomar posesión de sus cargos y escaños a nuestros honorables y pletóricos ocho nuevos diputados, formando eso que ahora venimos en llamar el G-8. Al fin y al cabo, son 8 titanes que prometen poner patas arriba muchos de los debates que se desarrollen en el hemiciclo sito en Vallecas, en el mejor sentido del término. De hecho, vistos a los diputados desde arriba, era obvio que los magenta formaban una especie de mancha amenazante, distinta, políticamente incorrecta, perfectamente distinguible, independiente y muy animosa, presta a plantar cara y presentar alternativas viables y creíbles, que de eso se trata. Pues sí, fue un placer porque fue un día histórico y, como nos decía el mágico Álvaro Pombo, "son necesarias también estas sesiones tan aburridas y protocolarias para decir que estamos haciendo historia". Mientras se desarrollaban las inacabables votaciones para elegir a los miembros de la Mesa, allí iba Pombo, "como un león enjaulado", en palabras de Nacho Prendes, paseando por los pasillos nervioso como un chiquillo. Rosa me dijo que le daba cierta envidia, "nada menos que ocho diputados... mientras que nosotros somos uno", a lo que yo añadí que "con 8 como esos liberábamos Euskadi". En fin, un día histórico para Unión Progreso y Democracia.

miércoles, 1 de junio de 2011

Una sociedad enferma.

Aceptemos o pasemos por alto o demos momentáneamente por buena la legalidad de Bildu. Miremos para otro lado cuando nos pregunten por la independencia del Poder Judicial español. Obviemos lo obvio. Hagamos como que no sabemos que son los mismos defendiendo lo que siempre han defendido. Olvidemos por un momento que ETA sigue activa, a la espera de acontecimientos. Lo cierto es que, 50 años de terrorismo después, la llamada "izquierda abertzale", ese estrato social que ha venido justificando el asesinato de conciudadanos nuestros, ha recibido el apoyo y la colaboración entusiasta de dos partidos políticos democráticos (EA y Alternatiba), los cuales se han echado en brazos de su amado como en una película de amor. Lo cierto es que, 50 años de terrorismo después, Bildu, esa coalición impulsada por esa llamada "izquierda abertzale", recibió el apoyo decidido de nada más y nada menos que nuestro lehendakari socialista, que clamó incluso contra miembros de su partido para que se legalizara a quienes son demócratas y dignos de todo respeto. Y lo cierto es que, 50 años de terrorismo después (no concretemos episodios concretos para no dramatizar), ese proyecto político que se niega a condenar la historia criminal de ETA y a exigir su disolución incondicional... acaba de recibir más de 300.000 votos. Este proyecto político nos gobernará en Donosti, ciudad donde más inocentes han caido asesinados y gobernará la Diputación Foral de Gipuzkoa, recaudando nuestros impuestos. A grandes rasgos, y sin concretar más ni dramatizar el horror, éste es el dibujo de la Euskadi del siglo XXI. Una sociedad abducida y enferma. Lastrada por ETA y sin apenas capacidad de levantar cabeza para cambiar radicalmente las cosas. Nosotros, no obstante, lo intentaremos. Y me temo que lo haremos solos.

martes, 31 de mayo de 2011

Discriminación por razón de lengua en Osakidetza.

El viernes pasado, durante el pleno de control, y tras escuchar atentamente las explicaciones de Rafael Bengoa, Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, pedí su dimisión, por incumplir el acuerdo parlamentario del 26 de octubre de 2009 que, a iniciativa de UPyD, le instaba a realizar una valoración no discriminatoria del euskera en las OPEs futuras de Osakidetza. Como suponíamos, continúa también en este campo la huelga de brazos caidos de este gobierno, incapaz de hilvanar siquiera un discurso alternativo al nacionalismo. Ningún cambio reseñable, más de lo mismo, ni una sola revisión de la política lingüística. En la próxima OPE de Osakidetza, a celebrar en próximos meses, se continuará privilegiando descaradamente a los conocedores de la lengua vasca, valorando más este hecho que los propios conocimientos profesionales. Una injusticia que sólo los muy obtusos no ven. Quizás en próximas semanas podamos paralizar este despropósito, vía iniciativas parlamentarias. Por nuestra parte, lo intentaremos. Pero el problema va más allá de este hecho concreto: la desgracia es que el socialismo vasco es incapaz de ofrecer una alternativa real al nacionalismo, un modelo reconocible, un proyecto político distinto, en cada una de sus políticas. Por cierto, El Correo obvió nuestra solicitud de dimisión y puso en mi boca algo que yo no dije. Según este diario, critiqué que el consejero exija euskera, "cuando él no lo habla". No dije tal cosa, aunque sí hice una referencia final a su desconocimiento del euskera. Le pregunté cómo se sentiría él si le hubieran exigido conocer euskera para ejercer su cargo, cuando es evidente que no lo necesita. Obviamente, no contestó.

martes, 24 de mayo de 2011

Palabras (de ánimo) de Savater.

"Querido Gorka: comparto tu preocupación... aunque no sabría cómo aliviarla. Desde el principio me pareció ridículo convertir la sentencia del Constitucional en el centro del problema de Bildu. Lo grave son los votantes, no los jueces; y los votantes no desaparecen porque los jueces digan una cosa u otra. Nuestra tarea (difícil, porque yo me he dedicado toda mi vida a ella con muy mediocres resultados) es intentar defender que la postura progresista no es el nacionalismo ni su pariente pobre, el vasquismo, sino la reivindicación del Estado de Derecho español. Mucha gente no lo entiende en Euskadi... o no le interesa entenderlo. En cualquier caso, no es algo que se pueda imponer con sentencias judiciales sino que hay que reivindicarlo día a día en los espacios públicos... si nos dejan, ahora que la violencia coactiva parece haberse acabado. Las elecciones han demostrado algo terrible, en efecto, pero que ya sabíamos, lo queramos o no: el terrorismo goza de una tolerancia entre la ciudadanía -por llamarla así- vasca muy extendida. Mira el desastre de Aralar, castigados por los votantes independentistas por haberse separado de ETA cuando la banda terrorista aún no les había autorizado a ello. Se puede renunciar a la violencia –futura, claro- cuando ETA da permiso y lo cree conveniente; antes, es traición al pueblo. La tarea que tenemos ahora no es nada fácil: defender las instituciones del Estado frente a quienes quieren utilizarlas para acabar con ellas y multiplicar nuestra presencia social, cultural y política en un medio que no nos va a ser nada favorable, por el triunfalismo antisistema de unos y el oportunismo de otros. Cuando todo conspira para silenciarnos, no hay más remedio que hablar muy alto. En fin, no tengo mejores noticias que darte. Si crees que estas líneas tienen algún interés, puedes utilizarlas en la web. Ánimo y un fuerte abrazo. Tu amigo y compañero, Fernando Savater".

lunes, 16 de mayo de 2011

UPyD: el voto de los progresistas.

Escuché ayer al Lehendakari reclamar el voto para su partido como modo de hacer frente a los recortes sociales del Partido Popular. Aparte de que no son éstas unas elecciones generales, ni siquiera autonómicas, es ciertamente llamativo escuchar al señor López decir tal cosa, aunque uno comprende que en campaña y fuera de ella cada cual puede decir las sandeces que se le ocurran. Por esto la clase política tiene la credibilidad que actualmente tiene. Por mi parte, creo muy probable que un PP en el Gobierno Central impulse nuevos recortes sociales, reduzca prestaciones y acelere privatizaciones. Y es casi seguro que defenderá el copago sanitario, menospreciará la educación pública y propondrá reducir impuestos a los que más tienen y ganan. Y es seguro que no impulsará las medidas modernizadoras que Euskadi y España necesitan, como la racionalización del Estado Autonómico, la eliminación de las diputaciones, la unificación de municipios, un sistema fiscal más justo y progresivo, la recuperación del impuesto sobre el patrimonio o medidas favorables a la investigación y el desarrollo, la internacionalización de nuestras empresas o un mercado nacional con menos trabas que las que actualmente tiene. En todo caso, lo criticaremos cuando se produzca, si se produce, y donde se produzca, pues el PP ya gobierna en muchas Comunidades Autónomas. De momento, los lugares donde el PP gobierna en Euskadi son casi inexistentes.





A día de hoy, lo que sabemos es quiénes han sido los que han impulsado los más graves recortes sociales de nuestra democracia: el Partido Socialista. E identificamos perfectamente estos recortes: la bajada del sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones, la subida del IVA, el fin de la retroactividad en la ley de dependencia, la eliminación del impuesto sobre el patrimonio, la reforma laboral que facilita y abarata el despido y que no crea empleo o el retraso en la edad de jubilación, entre otras muchas. Y sabemos también quién ha apoyado estas medidas injustas, regresivas y antisociales en el Congreso de los Diputados: el PNV.





Es por esto que no cuela la llamada del Lehendakari a los progresistas de Euskadi, pues ellos los socialistas representan muy claramente el sector conservador que arrasa con el Estado del Bienestar y los derechos laborales. Es por esto que se necesita un partido realmente progresista en sus propuestas, radical en sus ideas en cuanto que van a la raíz de los problemas y revolucionario en el modo de transmitirlas: a pie de calle y en las redes sociales. Un partido político que defiende la eliminación de las diputaciones forales, la abolición del Concierto Económico, la eliminación de las barreras de todo tipo que dificultan en España la creación de empleo y la racionalización del Estado Autonómico. Por todo esto los progresistas de Euskadi tienen una referencia evidente y coherente en Unión Progreso y Democracia. Los conservadores son aquellos que pretenden que nada cambie, ni siquiera lo que nos lastra. Los progresistas los que proponen reformas políticas y económicas para salvaguardar el bienestar de los ciudadanos, atender más y mejor a los más débiles e impulsar más igualdad ciudadana. Es evidente que UPyD se encuentra entre estos segundos, por esto reclamamos desde la transversalidad política el voto de los progresistas.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Una fotografía humillante.

Lo segundo que ha hecho el etarra Errandonea nada más salir de la cárcel tras 25 años de condena ha sido mostrar una pancarta de apoyo a Bildu. Lo primero ha sido lo habitual: cantar el himno que reivindica una vida criminal a sus espaldas. El Lehendakari ha dicho que esta imagen le ha repugnado. Sin embargo, ¿por qué le repugna esta imagen al Lehendakari? Si, según él y su gobierno y su partido socialista de Euskadi, Bildu era la apuesta definitiva de la llamada "izquierda abertzale" por las vías políticas y democráticas... ¿qué tiene de repugnante que un etarra liberado solicite el voto para un partido perfectamente legal y democrático? Esto es algo ciertamente contradictorio y pone en evidencia que el Lehendakari y su gobierno y su partido socialista están jugando a dos bandas. Pero una imagen (y toda nuestra experiencia vital rodeados por los proetarras) vale más que todos los argumentos jurídicos del mundo.


Señor Lehendakari: a nosotros sí que nos parece que esta imagen del etarra no arrepentido pidiendo el voto para Bildu y reivindicando a ETA (fíjense en los colores de la pancarta) es repugnante. A nosotros sí nos parece ciertamente humillante para nuestro Estado de Derecho. A nosotros sí nos parece una burla para las víctimas del terrorismo y para cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad democrática y dos dedos de frente. Y nos parece todo esto porque es coherente con lo que venimos diciendo por activa y por pasiva: Bildu es una creación del mundo de Batasuna, Batasuna ha impulsado Bildu y en Bildu está Batasuna. Y Batasuna y su mundo, señor Lehendakari, y señores miembros del Tribunal Constitucional, no ha roto fehacientemente con ETA ni exigido su disolución incondicinal. Conviene recordárselo.