jueves, 30 de diciembre de 2010

Javier Cercas sobre la transición.

"Aunque no tuviera la alegría del derrumbe instantáneo de un régimen de espantos, la ruptura con el franquismo fue una ruptura genuina. Para conseguirla la izquierda hizo muchas concesiones, pero hacer política consiste en hacer concesiones, porque consiste en ceder en lo accesorio para no ceder en lo esencial; la izquierda cedió en lo accesorio, pero los franquistas cedieron en lo esencial, porque el franquismo desapareció y ellos tuvieron que renunciar al poder absoluto que habían detentado durante casi medio siglo. Es cierto que no se hizo del todo justicia, que no se restauró la legitimidad republicana conculcada por el franquismo ni se juzgó a los responsables de la dictadura ni se resarció a fondo y de inmediato a sus víctimas, pero también es cierto que a cambio de ello se construyó una democracia que hubiese sido imposible construir si el objetivo prioritario no hubiese sido fabricar el futuro sino enmendar el pasado: el 23 de febrero de 1981, cuando parecía que el sistema de libertades ya no peligraba tras cuatro años de gobierno democrático, el ejército intentó un golpe de estado que a punto estuvo de triunfar, así que es fácil imaginar cuánto tiempo hubiera durado la democracia si cuatro años antes, cuando apenas arrancaba, un gobierno hubiera decidido hacer del todo justicia, aunque pereciera el mundo. Es cierto también que el poder político y económico no cambió de manos de un día para otro -cosa que probablemente tampoco hubiera ocurrido si en vez de una ruptura pactada con el franquismo se hubiera producido una ruptura frontal-, pero es evidente que enseguida empezó a someterse a las restricciones impuestas por el nuevo régimen, lo que al cabo de cinco años produjo la llegada de la izquierda al gobierno y desde mucho antes el inicio de la reorganización profunda del poder económico. Por lo demás, afirmar que el sistema político surgido de aquellos años no es una democracia perfecta es incurrir en una perogrullada: tal vez exista la dictadura perfecta -todas aspiran a serlo, de algún modo todas sienten que lo son-, pero no existe la democracia perfecta, porque lo que define a una democracia de verdad es su carácter flexible, abierto, maleable -es decir, permanentemente mejorable-, de forma que la única democracia perfecta es la que es perfectible hasta el infinito. La democracia española no lo es, pero es una democracia de verdad, peor que algunas y mejor que muchas, y en cualquier caso, por cierto, más sólida y más profunda que la frágil democracia que derribó por la fuerza el general Franco. Todo eso fue en grandísima parte un triunfo del antifranquismo, un triunfo de la oposición democrática, un triunfo de la izquierda, que obligó a los franquistas a entender que el franquismo no tenía otro futuro que su extinción total. Suárez lo entendió enseguida y obró en consecuencia; todo eso que le debemos; todo eso y, en grandísima parte, también lo obvio: el período más largo de libertad de que ha gozado España en su historia. No otra cosa han sido los últimos treinta años. Negarlo es negar la realidad, el vicio inveterado de cierta izquierda a la que continúa incomodando la democracia y de ciertos intelectuales cuya dificultad para emanciparse de la abstracción y el absoluto impide conectar las ideas con la experiencia. En fin, el franquismo fue una mala historia, pero el final de aquella historia no ha sido malo. Pudo haberlo sido: la prueba es que a mediados de los setenta muchos de los más lúcidos analistas extranjeros auguraban una salida catastrófica de la dictadura; quizá la mejor prueba es el 23 de febrero. Pudo haberlo sido, pero no lo fue, y no veo ninguna razón para que quienes por edad no intervenimos en aquella historia no debamos celebrarlo; tampoco para pensar que, de haber tenido edad para intervenir, nosotros hubiésemos cometido menos errores que los que cometieron nuestros padres".

martes, 28 de diciembre de 2010

Un gobierno mediocre.

Está a punto de finalizar un año durante el cual hemos padecido en Euskadi un gobierno ciertamente mediocre. Un gobierno mejor que todos los nacionalistas anteriores... pero un gobierno que no ha colmado en absoluto las expectativas de UPyD. Más bien, las expectativas de un servidor, puesto que es cierto que otros militantes más experimentados, menos ingenuos y más escarmentados avisaron a este navegante. Si echamos la vista atrás, ahora que nos piden que hagamos balance, observamos una Euskadi pilotada por los ritmos que impone el PNV. Veamos: los nacionalistas son los que negociaron y pactaron con el Gobierno Central el fraude de la transferencia de las políticas activas de empleo: nuestro lehendakari sólo tuvo que firmarla, en los términos nacionalistas impuestos por los jeltzales; los nacionalistas son los que negociarán, pactarán y marcarán el ritmo de las transferencias pendientes para dar cumplimiento al Estatuto de Gernika: nuestro lehendakari sólo tendrá que firmarlas... y ni siquiera podrá elegir la fecha, puesto que las prioridades las marcará Urkullu; el PNV ha sido el partido que ha permitido a los socialistas españoles bajar el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones y subir el IVA, tres de las decisiones que más han afectado a la vida de los ciudadanos vascos, junto con la aprobación de unos presupuestos generales malos de solemnidad; el PNV es el que mantiene el control interno de la EiTB, evitando o al menos postergando el cambio prometido (¿fraudulentamente?) en el ente público, que ni siquiera ha podido evitar entrevistar a un portavoz de la cosa terrorista; el PNV es el que, con su unísona y permanente presión, ha evitado que socialistas y populares vascos se hayan atrevida a cortar, de raíz, las subvenciones milenarias a las ikastolas francesas; los jeltzales han sido los que han hecho que el gobierno del cambio haya evitado modificar la política lingüística aplicada durante años en el País Vasco... acusando a socialistas y populares, preventivamente, de odiar el euskera, españolizar las Vascongadas y establecer casi el estado de sitio. Tanto asustan que Basagoiti fue corriendo a Euskaltzaindia a solicitar su certificado de vasco. No saben nada. Los nacionalistas vascos han sido los que, estando acomodados dentro, han proscrito la racionalización de la administración empresarial vasca, tinglado que chupa nuestros dineros para repartirlos entre los que regentaron el poder durante años; los nacionalistas vascos son quienes, con la ayuda del PP, posponen el indispensable debate sobre la eficacia y la eficiencia de las diputaciones forales y el que evita que podamos meter mano a la ley de territorios históricos, al objeto de modernizar Euskadi y presentarnos al menos dignamente en el siglo XXI. Un gobierno que ha incumplido su calendario legislativo, su pacto escrito con el Partido Popular (con el acuerdo de ambos para incumplirlo) y su programa de gobierno. Sólo parece salvarse su política de tolerancia cero contra el terrorismo. Y ni siquiera eso nos consuela del todo (y en absoluto compensa sus errores), puesto que además el PSE evitó disolver los ayuntamientos gobernados por ANV y puesto que además se reunión con Batasuna, encuentro del que, una vez conocido y convenientemente publicitado por diversos medios, nunca más se supo. Conclusión: el año 2011 toca trabajar.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Constitucionalistas sin argumentos.

En Radio Euskadi se producen todas las noches debates ciertamente interesantes... por calificarlos de alguna manera. Las opiniones de Martxelo Otamendi, sin ir más lejos, suelen ser siempre muy enriquecedoras. Ejem. El otro día se produjo un pseudodebate de esos habituales por estos lares. Uno de los habituales contertulios, cuyo nombre desconozco pero obviamente vasco, navarro, nacionalista vasco, defensor de las esencias vascas y del buen rollo, trató de equiparar el nacionalismo vasco con el nacionalismo español, dos tendencias ideológicas que se contraponen (y se equilibran, y se justifican, y se santifican) y del que ninguna formación política puede salirse. Ya lo saben, lo habitual aquí, el país de los abducidos mentales: los socialistas y los populares vascos representan el nacionalismo español. El sin igual Gorka Landáburu, con su facilidad de palabra y sus concordancias verbales, brincó, indignado ante despropósito semejante: "El Partido Socialista de Euskadi y el Partido Popular del País Vasco no son partidos españoles. Un respeto. Son partidos vascos. El Partido Socialista de Euskadi existe en Euskadi desde antes del PNV y el Partido Popular... visitó el otro día Euskaltzaindia". Como lo oyen. De verdad, este despropósito argumental debemos desmontarlo a la mayor brevedad posible, para evitar seguir dando grima. No es normal tanta incapacidad poblando nuestras televisiones y radios. No es admisible que a los que argumentan y saben de lo que hablan apenas se les lea y los tertulianos que desbarran más que hablan sean nuestras guías espirituales, pensadores del conflicto político, lumbreras de lo que será nuestro futuro. No es ni siquiera sano (porque impide el sueño y fomenta la vigilia) que a los constitucionalistas vascos supuestamente nos representen los Gatasca, Aizpeolea y Landáburu de turno, contraargumentando la nada frente al impertérrito, seguro de sí mismo y convincente nacionalismo vasco. Vienen tiempos duros, creo yo, pero sabrosos para los que amamos el debate político. Porque en cuanto se acabe ETA vamos a tener que batallar argumentalmente con el nacionalismo vasco... y pueden hacernos pedazos si los que supuestamente no son nacionalistas siguen haciendo el ridículo allí por donde opinan. O los supuestamente más cualificados. No puede ser que todo lo más que digamos en nuestras radios sea pedir perdón, dar un paso atrás y consolarnos en nuestra desgracia de ser poco o nada vascos y no tratar al euskera mejor que a nuestra familia. No puede ser que no haya nadie por ahí que diga lo que realmente pensamos y lo haga sin complejos, razonable y convincentemente. No puede ser que un supuesto constitucionalista vasco (¡qué diablos, no quedan de esos en Euskadi!) responda con tanto despropósito ante un argumento tan habitual del nacionalismo. El Partido Socialista de Euskadi y el Partido Popular del País Vasco, señor despistado Landáburu, son partidos españoles... o deberían serlo. E igualmente vascos. Aunque no sean nacionalistas o no visiten Euskaltzaindia.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Sí existen las ikastolas francesas.

Señor Anabitarte: sí existen las ikastolas francesas: son aquellas que se encuentran ubicadas en Francia, país situado al otro lado de los Pirineos. Euskaldun es quien “sabe y usa” el euskera, por ejemplo, un servidor. Las ikastolas no son, por tanto, euskaldunak, en sentido estricto aunque sí, desde luego, centros educativos privados donde se estudia íntegramente en euskera. Cuando hablo de ciudadanos vascos, me refiero a los ciudadanos de Euskadi, tanto a los nacionalistas como a quienes no lo son, y tanto a los euskaldunes como a los erdaldunes. La traducción de euskaldun como vasco crea confusión y equívoco, y creo que no es del todo correcta, pues hay vascos que no saben euskera. Euskotar sería el ciudadano vasco que no sabe euskera y euskaldun el que sí lo sabe. Como, por ejemplo, un servidor. Obviamente, por tanto, todos los ciudadanos vascos no son euskaldunes y tampoco todos los euskaldunes son vascos. Los navarros y los habitantes del sur de Francia pueden considerarse y sentirse vascos, no tengo ningún problema. Lo que sí tengo claro (y espero que también usted) es que nuestro gobierno es el Gobierno Vasco y es éste el competente para administrar nuestros dineros. Hay que saber distinguir los deseos de las realidades institucionales vigentes. Las ayudas a la cooperación y a la ayuda humanitaria son necesarias e imprescindibles para atender a los más débiles y necesitados, ciertamente... y no parece que los franceses (o vascofranceses, si lo prefiere) se encuentren en principio entre los más pobres del mundo. Ahora bien, y esto me sorprende: ¿considera usted a las ikastolas ONG? Y sí, apoyamos las ayudas a la euskaldunización en cualquier lugar del mundo. Nuestra iniciativa no toca para nada este asunto. Cosa distinta, como usted espero que comprenda, es inmiscuirnos en competencias que no nos corresponden, como financiar, no la euskaldunización, sino la educación reglada de un país extranjero. Para terminar: me recomienda una entrevista a Iñaki Perurena. Yo le recomiendo el discurso de Mario Vargas Llosa en la recepción del Nobel: no se pierda la parte en la que habla de los nacionalismos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre la reforma de las pensiones.

Suena ciertamente extraño escuchar a diestra y siniestra que es necesario (¡y urgente!) proceder a una reforma profunda del sistema español de pensiones aduciendo la precaria situación económica que padecemos. Creo que el proceso argumental debería ser justamente el contrario: deberemos mejorar la situación económica, hacer disminuir nuestra tasa de paro e incrementar nuestra productividad y eficiencia para seguir manteniendo el sistema público de pensiones que disfrutamos. Porque debe recordarse que el sistema español de pensiones tiene superávit desde hace años... a diferencia de países como Francia, con sistemas más necesitados de reformas profundas... y más urgentes. Y suena extraño el empeño socialista en tomar todas las medidas antisociales posibles, mandatados por los impacientes mercados internacionales, inclusive la medida de retrasar la edad de jubilación hasta los 67. Y suena extraño este empeño sin que se tengan otros empeños previos, a saber: mejorar los incentivos para retrasar voluntariamente la edad de jubilación, meter mano a las jubilaciones anticipadas y a las insostenibles jubilaciones parciales, objetivizar las invalideces y, quizás, incrementar el período de cálculo más allá de los últimos 15 años. Estas medidas serían más que suficientes para fortalecer y hacer sostenible un sistema público que algunos pretenden echar abajo (y sustituir por otro). Y, claro, suena ciertamente extraño que, como paso previo, no se eliminen los privilegios de los diputados nacionales.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Sobre las ikastolas francesas.

Se lo cuento de primera mano: la semana pasada solicitamos al Parlamento Vasco que instara al Gobierno Vasco a dar por finalizadas las ayudas que vienen recibiendo las ikastolas francesas de manos de los ciudadanos vascos. Populares y socialistas respondieron de manera contradictoria: se comprometieron a dar por finalizadas dichas ayudas en un próximo futuro... pero decidieron mantener la ayuda de 400.000 € anuales durante los próximos tres ejercicios, con el argumento de que los centros educativos privados franceses se enfrentan a una serie de compromisos económicos y financieros... que tenemos que pagar nosotros (centros que acaban de recibir más de dos millones de € del Gobierno de Aquitania, por cierto). Es ciertamente extraño que tengamos que ser los ciudadanos de Euskadi quienes tengamos que atender las necesidades financieras de centros educativos privados de un país extranjero, con la manida y sacrosanta excusa de la promoción y el impulso del euskera. Y es ciertamente extraño que esto siga ocurriendo cuando ya no gobiernan los nacionalistas. Los argumentos en política sólo sirven de manera relativa, pero seguiremos insistiendo: una cosa es la ayuda a la euskaldunización en cualquier lugar del mundo (cosa que apoyamos y a lo que se han destinado ingentes cantidades de dinero público en los últimos 25 años) y otra financiar la educación reglada de un país distinto al nuestro... y siendo además escuelas privadas. No es nuestra competencia. No es asunto nuestro. Populares y socialistas deberían dar una explicación.

domingo, 12 de diciembre de 2010

La lucha armada "ha tocado techo" (que no fondo).

El histórico ex dirigente de ETA Eugenio Etxebeste, "Antxon", acaba de mostrarse convencido de que la lucha armada "ha tocado techo" y no porque haya "fracasado", sino porque "ha aportado todo lo que tenía que aportar en un momento determinado". Es decir, lo que decíamos por estos lares hace escasos días: el terrorismo de ETA está amortizado, no hay nueces que recoger, éstas se encuentran todas en el cesto... y Euskadi es hoy distinta de lo que pudo ser si no hubiera existido ETA. Es elocuente, por tanto, que diga que la lucha armada "ha tocado techo" y no que haya tocado fondo. Es su particular (y repugnante) modo de mostrarse orgulloso de su trayectoria criminal. Han logrado abducir a gran parte de la sociedad, hacernos utilizar gran parte de su lenguaje y asumir muchos de sus peregrinos planteamientos: el conflicto vasco, la paz, la idea de las dos violencias contrapuestas, todas las ideas son respetables... amén de todas esas políticas aplicadas durante años por los nacionalistas y que el Gobierno actual evita modificar. Ése es su logro o su (relativa) victoria: habernos transformado. Y como sabe que la sociedad repugna mayoritariamente su violencia, dice ahora que "hoy nuestra arma está en la democracia". Y continúa afirmando la siguiente barbaridad: hoy la sociedad es "más madura" tras haber padecido 50 años de terrorismo. Sin embargo, al menos por nuestra parte, debemos abiertamente afirmar: el proyecto político de Batasuna, tal como lo hemos conocido, con o sin violencia de ETA, sigue siendo radicalmente antidemocrático.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Mañana, con David Ortega, en Bilbao.

Mañana tendremos el placer de compartir tiempo y espacio con nuestro querido compañero, y sin embargo amigo, David Ortega, candidato por UPyD a la alcaldía de Madrid. Tendremos el placer de poder conversar (y espero que discutir) con él y con quienes se acerquen al hotel Hesperia de Bilbao, a las 12 del mediodía, acerca de las necesidades de reformar, y en qué, y cuándo, y con qué mayorías, la actual Constitución Española, ese marco jurídico que nos permite convivir ciudadanos distintos y diversos. El pasado lunes, día 6, se cumplían 32 años de la aprobación de la Carta Magna... y nosotros planteamos discutir mañana sobre su necesaria reforma. Ortega, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos, con la moderación que le caracteriza y su capacidad de argumentar profundamente todo lo que plantea, nos señalará qué es aquello que debería reformarse, al objeto de configurar un marco de convivencia más moderno e igualitario, que nos permita observar el futuro con optimismo y detener los desmanes que durante estos 32 años se han producido, por el empuje de los localismos y otras drogas legales. Reforma electoral, cierre del modelo territorial mediante la atribución al Estado de un conjunto de competencias fundamentales, desaparición de las referencias a los derechos históricos, mejora y refuerzo de los derechos individuales o mejora de la división de poderes, entre otras, son las medidas sobre las que conversaremos. Además, tocaremos un proceso pernicioso y reciente impulsado por socialistas y populares: los Estatutos de Autonomía de última generación (espontánea), esos que exigen más competencias y rompen la unidad y la igualdad de los ciudadanos... para satisfacer las ansias territoriales del iluminado de turno. O la reivindicación de un Concierto Económico por parte de los partidos nacionalistas para Cataluña, al estilo del que, en Euskadi, tanto populares como socialistas defienden con uñas y dientes. Será un verdadero placer escucharle a David y veros a todos.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Vargas Llosa y los nacionalismos.

"Los nacionalistas, incluso los más pacíficos, son profundamente reaccionarios, porque rechazan en sus creencias una de las más grandes conquistas de la libertad, que es la creación del individuo soberano".

martes, 7 de diciembre de 2010

El populismo, descontrolado.

Llevo desde el viernes noche escuchando y leyendo todo tipo de improperios contra los controladores aéreos: vagos, sinvergüenzas, privilegiados, caraduras... y delincuentes (parecido lo que a los políticos se nos llama). Llevo cuatro días asistiendo avergonzado a la escalada de indignación popular y levantisca que clama al cielo contra las injusticias que nos asolan desde la huelga salvaje iniciada por los controladores, al desánimo, al drama vacacional... y a la propaganda gubernamental. Voy a ser claro, para que vean que esta vez también escribo lo que pienso: al Gobierno de España la jugada le ha salido redonda. Por un lado, pone en jaque a un colectivo molesto y, por otro lado, se da un baño de aclamación popular al anunciar que cortará cabezas, que es lo que la gente de a pie espera y pide impaciente. El último desvarío al que pude asistir fue ayer mismo, haciendo zapping: Belén Esteban y toda su tropa, con Paz Padilla como maestra de ceremonias y crecida por el nivelón intelectual de los asistentes, pedían su cabeza, su despido, su lapidación pública, su rescisión unilateral de todos los contratos para que paguen la tamaña injusticia acometida contra el derecho al descanso de los españoles de toda la vida. A la calle, a la intemperie, al paro sin derecho a la prestación por desempleo, sin indemnización y sin derecho a vivir nunca más bajo techo. Y claro: vagos, sinvergüenzas, privilegiados, caraduras... y delincuentes. A diferencia de nosotros, que nos jugamos la vida prestando el imprescindible servicio público de la telebasura. Y sin datos, sin argumentos, sin análisis riguroso, sin información veraz, sin contraponer ideas u opiniones. Qué asco, la verdad. Y qué pena que toda esa chusma no haya ni siqiuera leido el Decreto de las narices, ni interesado al menos por leerse las condiciones laborales de los controladores, ni haberse sentado a pensar qué extraño que el Gobierno haya aprobado el Decreto precisamente el día en que comienza el puente más largo del año o qué extraño que hayamos asistido al aplauso más prolongado del pueblo, levantado en armas, a la drástica respuesta del Gobierno y su estado de alarma. Es triste, porque, más allá de que la actitud de los controladores haya sido salvaje y haya provocado dramas personales, el país ha vuelto a dar la imagen que a un servidor menos le gusta, explicada perfectamente por la intelectual Paz Padilla: quien más quien menos ha sido afectado por una cancelación de vuelo... o ha visto que un familiar ha sido afectado. Está confirmado: aquí nadie mueve un dedo ni se indigna salvo que le toquen a uno y a su familia los placeres de los que disfruta.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La catadura moral del PNV.

Este pasado miércoles tuvimos la ocasión los diferentes grupos de la Cámara de dar nuestra opinión sobre el Informe emitido por el Gobierno Vasco acerca de las denominadas "otras víctimas", es decir, aquellas víctimas de motivación política producidas desde el año 1968 en Euskadi, en el contexto de violencia terrorista padecida por el conjunto de los ciudadanos. Concretamente, un informe sobre las personas que fueron víctimas de la violencia ilegítima del Estado. El Informe merece la pena ser leido y, aunque el nombre del mismo y una primera lectura superficial podría hacernos llevar las manos sobre nuestras cabezas, en general el Informe es correcto y en absoluto debería molestar a ninguna víctima del terrorismo. Por mi parte, insistí en que en modo alguno dicho Informe podría reivindicar la teoría de las dos violencias, la del Estado opresor y la contestataria de ETA, y que en modo alguno estas víctimas podrían "enfrentarse" a las de ETA, como justificándose unas con las otras. Y que en modo alguno dicho Informe podría cuestionar la democracia española y su Estado de Derecho. Creo que este Informe no hace nada de esto y, por tanto, es correcto.

Pero no era esto lo que os quería contar sino lo siguiente: como sabréis, de cada comisión parlamentaria formamos parte uno de los miembros del Grupo Mixto, esto es, el representante de Eusko Alkartasuna, el de Ezker Batua y yo mismo, de modo que cada cual tiene las suyas. No obstante, cuando se tratan asuntos informativos y, sobre todo, cuando no se somete nada a votación, uno puede ocupar la plaza del otro y han sido varias las ocasiones en que hemos tomado parte del debate varios o todos los miembros del Grupo Mixto, repartiéndonos equitativamente los tiempos. No hay problema salvo que algún partido político proteste, pero no recuerdo que nunca haya pasado esto.

El hecho es que, un minuto antes de dar comienzo la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco en la que la Dirección correspondiente del Gobierno Vasco iba a explicar el Informe... se me acercó el letrado para decirme: "lo siento, señor Maneiro, en virtud del artículo 42, la presidenta de la comisión, Mari Mar Blanco, no le dará la palabra. Normalmente no suele haber ningún problema, como sabe, pero en este caso... ha sido el Partido Nacionalista Vasco quien ha invocado expresamente el artículo para que usted no hable". Mi primera sensación fue de aceptación del Reglamento de la Cámara.

A continuación y en silencio, comencé a recordar determinadas cosas ocurridas en ese Parlamento y fuera del mismo desde que tengo uso de razón: la posición equidistante de los nacionalistas ante la violencia de ETA durante décadas, cuando no su halago expreso, indirecto o disimulado; las declaraciones de muchos de sus dirigentes reivindicando los objetivos políticos de ETA, a cuyos miembros denominaban habitualmente patriotas, presos políticos o hijos descarriados, y su diaria y pública comprensión política y humana del entramado proetarra; recordé el silencio vergonzoso del PNV cuando aceptó, y defendió cuando se multiplicaron las críticas, que Josu Ternera formara parte de la Comisión en la que yo mismo me encontraba en ese mismo momento vetado y en silencio; y recordé, finalmente, las protestas de ¡esta misma semana! por parte de los nacionalistas vascos cuando Mari Mar Blanco impidió que un grupo contra la tortura (Torturaren Aurkako Taldea) pudiera comparecer en la Comisión, a petición de Aralar... por ser parte de la autodenominada "izquierda abertzale".

Fue por todo ello que decidí ir a la guerra: al terminar su intervención el segundo representante del Grupo Mixto, pedí la palabra para preguntar a la presidenta quién era el grupo que impedía que UPyD diera su opinión sobre el Informe... a lo que siguieron una serie de explicaciones entrecortadas de Blanco y del letrado... y murmullos en la sala. Preguntó la presidenta si alguien tenía algún problema para que yo diera nuestra opinión sobre la materia. Nadie salvo el PNV que, de manera cobarde, recurrió al problema de tiempos si yo tomaba la palabra. Ningún grupo tenía inconveniente en que yo tomara la palabra. Todo lo contrario, querían que lo hiciera, pues era importante conocer la opinión de todos los ciudadanos representados en el Parlamento sobre un Informe de esa importancia. Carlos Urquijo, del PP, levantó la mano. Y también lo hizo Mikel Arana, de EB, quien zanjó el debate: "para no seguir discutiendo, yo le cedo la mitad de mi tiempo al señor Maneiro". Así, UPyD pudo hablar y dar su opinión sobre el Informe presentado en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Pese al intento de veto del portavoz jeltzale para asuntos de derechos humanos, en una operación antidemocrática que demuestra su catadura moral: lo mismo apoyan al jefe de ETA para que pueda ser miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento... como tratan de cerrar la boca a un partido democrático como el nuestro.