domingo, 28 de noviembre de 2010

La (relativa) victoria de ETA.

Este viernes pasado tuve la ocasión de escuchar en el Hotel Londres de San Sebastián a mi admirado Aurelio Arteta quien, acompañado por Covite, presentó su nuevo libro: "Mal consentido. La complicidad del espectador indiferente". En el turno de las preguntas y respuestas, hubo quien planteó que ETA ya nos ha vencido a la sociedad democrática... ante lo que el protagonista del evento más bien asintió y sin demasiados matices. ¿En qué sentido nos ha ganado ETA la batalla? ¿Qué es lo que ha logrado tras 50 años de terrorismo? ¿No es acaso verdad sin embargo que, al menos militarmente, ETA parece más bien en las últimas? ¿Podemos negar que el rechazo social actual, tras décadas de silencios y espectadores indiferentes, es mayor que nunca? Por mi parte, lo que pienso es que el nacionalismo vasco piensa que ETA ya ha hecho lo suficiente para beneficiar a sus intereses. Que no hay nueces que recoger porque están todas en la cesta. ETA está amortizada. El triunfo de ETA (subjetivo, parcial, relativo... todo lo que se quiera) consiste básicamente en que los partidos que no eran nacionalistas han terminado asumiendo el lenguaje nacionalista, la simbología nacionalista y parte del proyecto político nacionalista. Basta con escucharles. Para muestra, la política lingüística que socialistas y populares vascos hoy día impulsan: exactamente la misma que la impulsada por los nacionalistas. Y con el chantaje paralelo, inmutable al paso de los años: a todo aquel que osa cuestionarla... se le acusa de antivasco. Por tanto, si hay victoria de ETA (subjetiva, parcial, relativa,... todo lo que se quiera) es ésta. Sabemos a ciencia cierta que, además del daño causado, han dejado la sociedad que han dejado. Una sociedad distinta. Y que, sin su distorsionadora y violenta presencia, seríamos otros.

lunes, 22 de noviembre de 2010

EiTB y los contratos mercantiles.

La semana pasada compareció en la comisión de control de EiTB el ex director general del ente, actual dirigente jeltzale en Bizkaia y parlamentario en Vitoria Andoni Ortuzar, para explicar las irregularidades detectadas en varios contratos mercantiles durante su mandato de 2001 a 2008. Además de él, estaban citados también el ex director de ETB, el ex director de Radio Euskadi y la ex directora de Euskadi Irratia, esta última a petición nuestra, pero ninguno de estos acudió, cosa que se nos comunicó quince minutos antes de empezar la comisión. Esta falta de respeto demuestra muy claramente lo que determinados políticos y dirigentes nacionalistas entienden por servicio público, concepto más cercano para ellos al corralito propio y la defensa de sus intereses sectarios que a la prestación de un servicio a los ciudadanos. Así ha sido históricamente y así sigue siendo.

Dicho esto como introducción, la comparecencia de Ortuzar tenía un objetivo fundamental: que explicara las razones por las cuales decidió, en 2001, convertir en falsos autónomos a empleados de la casa que tenían un contrato de obra, en lugar de transformarles este contrato de obra en un contrato indefinido, como la legalidad laboral y la ética empresarial aconsejan y exigen. Las razones por las cuales echó mano de contratos mercantiles en lugar de convocar una oferta pública de empleo tras convertir sus contratos en indefinidos. Las razones por las cuales pensó que la legalidad vigente es obligatoria para el común de los ciudadanos pero no para los que dirigen el cotarro. En lugar de reconocer su evidente error e irregularidad, dijo que se mostraba plenamente orgulloso del asunto y despreció tanto los informes de la Inspección de Trabajo como las recomendaciones y exigencias de la Seguridad Social.

La regularización ahora de todos estos trabajadores, alrededor de 150, supondrá a EiTB y, por tanto, al conjunto de los ciudadanos vascos, un coste adicional de casi 7 millones de euros en el presente ejercicio y siguientes, lo cual supondrá una nueva losa para el maltrecho ente público, corroido por dentro por los nacionalistas y sin liderazgo socialista, ni en su imagen exterior ni en su acción política diaria.

Estos son los comportamientos que deben eliminarse de la Administración Pública Vasca: aquellos comportamientos que desprecian los derechos laborales de los empleados públicos, que obvian la objetividad, la transparencia, la publicidad, la concurrencia y el acceso igualitario de los ciudadanos a los puestos de trabajo públicos, que anteponen intereses partidarios a los intereses generales, que evidencian una especie de superioridad de todo tipo sobre el resto de los mortales y una impunidad a prueba de comparecencia, convocatoria electoral o tribunal vasco de cuentas públicas. Ésta es una de las razones por las que queremos estar: para que no estén quienes no respetan a los ciudadanos que representan.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Solidaridad y crítica política.

Sobra decirlo, pero me he sentido habitualmente cercano a todo aquel que se ha sentido amenazado por ETA. Por ello, fue una de nuestras primeras iniciativas parlamentarias pedir al Parlamento Vasco que organizara un acto de justo homenaje a quienes se han encontrado y se encuentran en la primera línea de la defensa de la democracia: los ediles constitucionalistas. Y se celebró tal acto, tras una lluvia de críticas e insultos de los nacionalistas y, si mal no recuerdo, en ausencia de agradecimiento por parte de socialistas y populares. Tan sólo una joven socialista, representante de Zaitu (concejales vascos amenazados), se me acercó un día en Andoain para decirme: sigo tu trabajo, gracias, nos cuidas más que nuestro propio partido. Por tanto, queda claro: quien se encuentra perseguido, amenazado, vive escoltado o es víctima directa del terrorismo, tiene toda mi solidaridad humana... y política.
Dicho esto, no quiere ello decir que no pueda ejercer el intelecto para criticar determinadas posiciones de unos y de otros. Es decir, no estoy de acuerdo con todas las opiniones políticas de todas las víctimas del terrorismo y tampoco estoy de acuerdo con todas las propuestas que realicen todas las personas amenazadas por el terrorismo nacionalista. Pondré dos ejemplos, para evitar suspicacias: ni comparto el discurso incendiario del señor Alcaraz ni comparto las tesis del señor Eguiguren sobre el final de ETA. Lo digo porque percibo que hay cada día más gente que utiliza este tipo de cuestiones para justificar y confraternizar con cualquiera. Incondicionalmente. Como si las víctimas o los amenazados fuéramos una secta. Acabo de leer la entrevista que le han realizado a Borja Sémper en El País. Y estoy leyendo a quienes en facebook defienden a Jesús Eguiguren porque lleva escolta. Y he leido hoy mismo el bodrio de Aizpeolea en El País, servil y servicial al gobierno, recordándonos que el presidente del partido socialista en Euskadi lleva escolta como argumento de peso para que no sea cuestionado.
Si hay algo que a mi no me gustaría sería que me dieran la razón porque lleve escolta. O que se evitara criticarme por el mismo motivo. O que no se analizaran racionalmente mis propuestas, mis argumentos, mis exposiciones o mis razones. Que tuviera bula para proponer cualquier estropicio. Como si estas cosas nos convirtieran automáticamente en gente extraordinaria con un cociente intelectual superior al resto y unas ideas maravillosas. Porque es evidente que ni todas las víctimas del terrorismo tienen toda la razón ni todos los amenazados dicen cosas sensatas. De hecho, todos no piensan ni mucho menos lo mismo. Eso sí: merecen todo nuestro respeto. Pero una cosa no quita la otra. Y no deben mezclarse.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Inviable consenso.

Finalmente, no habrá declaración institucional que leer este próximo miércoles en el pleno extraordinario donde celebraremos el I Día de la Memoria. Y no la habrá, porque atendiendo a la realidad política vasca, era inviable que la hubiera, por cuanto que hay determinadas formaciones políticas vascas que pretenden mezclar lo que no puede ni debe en absoluto mezclarse. Y no habrá acuerdo por mucho que hagamos llamadas demagógicas al consenso, ampliemos plazos, nos reunamos en infinidad de ocasiones y alarguemos la Junta de Portavoces hasta el alba. Porque las diferencias no son de matiz sino de fondo, producto de una sociedad que trata de alcanzar la libertad definitiva pero que sigue estando enferma. Mientras unas formaciones políticas (Aralar y EA) pretendían que incluyéramos, en una misma declaración institucional, referencias al sufrimiento padecido por lo que ellos llaman "víctimas de las Fuerzas de Seguridad del Estado", "víctimas de otras violencias de motivación política" y "víctimas del terrorismo", otros decimos, y lo hicimos desde el inicio del debate, que es éticamente rechazable mezclar a éstas con aquellas otras, como si fuera lo mismo el sufrimiento del que recibió el impacto de una pelota de goma que el sufrimiento que el terrorismo etarra, a manos llenas, ha infrigido a centenares de inocentes, y en plena democracia. Lo dije al comienzo de la Junta de Portavoces: "podemos realizar todos los esfuerzos que ustedes deseen, pero es inviable el deseable acuerdo, porque Aralar y EA pretenden algo que nosotros no vamos a aceptar en absoluto". Aún así lo intentamos, seguramente para poder decir después a los periodistas que hemos tratado de alcanzar el deseable consenso. Populares, socialistas y nacionalistas vascos callaban. Y Ezker Batua, rizando el rizo, adelantaba lo que ya sabíamos: deberían incluirse las víctimas de "otras violencias"... y también a las víctimas del franquismo. Hasta Joseba Egibar dijo que esto último no era conveniente. Por tanto, y en conclusión, no habrá declaración institucional pero sí declaración de presidencia, sin el apoyo unánime de la Cámara. Y allí estaremos vosotros y yo: para defender la dignidad de las víctimas, recordarlas y censurar la violencia atroz que sobre la sociedad ha ejercido el terrorismo.