domingo, 29 de marzo de 2009

QUE NOS QUITEN LO BAILADO.

Lo mejor del fin de semana en Madrid fue, aparte la suite y el resultado de la reunión del Consejo Político, la conversación mantenida la madrugada del viernes al sábado con Carlos y Nacho. De este último no tengo en absoluto conciencia de haberlo visto antes de la cena japonesa de esa misma noche... y resulta que es miembro del Consejo de Dirección del partido y, como demostró esa velada y al día siguiente, una extraordinaria persona con sólidos conocimientos organizativos y políticos. Así que, puesto que no tengo en absoluto conciencia de habérmelo cruzado antes en mi camino, su aparición fue un nuevo descubrimiento en mi ya larga lista de descubrimientos humanos desde la creación del partido, una suerte de revelación magnífica. Insisto: conocer a este tipo de individuos, más que ninguna otra cosa, es el mayor privilegio de pertenecer a este grupo humano conformado tras unas siglas con objetivos políticos.

Más allá de cenas japonesas de las que una sale siempre sin saber cuánto y exactamente qué ha cenado, la conversación nocturna en la barra del bar ya clausurado fue una inmensa filosofada de temática variada: aborto, izquierda y derecha, capitalismo y derechos humanos, socialdemocracia. Todo lo más que puedo decir es que salí indemne de los golpes recibidos (de momento no percibo efectos secundarios), y eso que me encontraba en franca minoría frente a dos sabios muy abusones. Se me acusó injustamente de copar demasiado los tiempos, como si un bar fuera una sede parlamentaria, olvidando por cierto que yo tenía que multiplicarme para rebatir primero a uno y luego a otro, y además con la copa vacía y la mente colapsada por el humo. No puse mi cargo a disposición del binomio frentista de chiripa. Al menos espero que la celada me sirva de entrenamiento para lo que me insisten me espera en Vitoria, aunque dudo mucho que los debates allí sean tan entretenidos y los discrepantes tan... duros de mollera.

Pero no, finalmente no llegó la sangre al río y la conversación terminó como transcurrió: entre risas rodeadas de inteligentes observaciones... especialmente las mías. Se me olvidó explicarles algo que únicamente recordé por la mañana: las dos tradiciones políticas españolas beben de dos aguas-binomio: la disyuntiva entre democracia-igualdad y democracia-libertad. Como todas. Pero esto carece de importancia porque el abanico ideológico es amplísimo y no existen las purezas. Lo que sí creo existió en algún momento histórico es el liberalismo económico y el laissez faire-laissez passer, por mucho que ambos se subieran por las paredes. Creo sinceramente que terminamos coincidiendo en lo fundamental, salvo en la comparativa EEUU-EUROPA, momento extático donde Carlos amagó con escabullirse a su alcoba.

Fuera bromas, lo dicho: compartir tiempo y espacio con personas humana e intelectualmente valiosas es lo mejor de esta experiencia. Cuando el partido desaparezca en el siglo que sea, diremos entre gritos de júbilo: ¡que nos quiten lo bailado!

jueves, 26 de marzo de 2009

DESVARÍOS CONCEPTUALES (II).

NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA.
En Euskadi, dícese del proceso fomentado por las más altas instancias gubernamentales para que los anormales castellanohablantes hagamos el favor de convertirnos en monolingües en euskera. O algo así. Su objetivo final es lograr perfilar la nación cultural vasca, para luego constituirnos más facilonamente en estado independiente. Tanto el euskera como los ciudadanos nos convertimos, durante el proceso de cocción, en meros medios para lograr tal fin. La diversidad lingüística les importa un bledo a muchos de sus ideólogos, por eso inventaron el batúa (y conste en acta que soy favorable al batúa pues, como proyecto de lengua común de los euskaldunes, sirvió para derribar fronteras lingüísticas - qué cosas).

NORMALIZACIÓN POLÍTICA.
En Euskadi, proceso a través del cual todos los ciudadanos habremos asumido el ideario nacionalista. Como corolario final, todos seremos nacionalistas y defenderemos sus tesis y principios, independientemente del sentido que tengan en este mundo globalizado. Una vez lograda tamaña gesta, seremos normales y, lo que es más importante, dormiremos más tranquilos.

(continuaré)

miércoles, 25 de marzo de 2009

DESVARÍOS CONCEPTUALES.

TRANSVERSAL.
En Euskadi, dícese del gobierno formado por distintas formaciones políticas, tras la celebración de unas elecciones democráticas. Se exige el cumplimiento de al menos uno de los siguientes requisitos: que de dicho gobierno forme parte el Partido Nacionalista Vasco (PNV) o que de dicho gobierno forme parte el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Este gobierno, llamado transversal, podría estar formado por una sola formación política, en cuyo caso debería cumplir al menos uno de los siguientes requisitos: que dicho partido político sea, o bien el Partido Nacionalista Vasco, o bien el Partido Nacionalista Vasco. Lo contrario se da cuando este partido político no forma parte de él, en cuyo caso estaríamos hablando de un gobierno FRENTISTA.

FRENTISTA.
En Euskadi, dícese del gobierno que no es transversal, es decir, del cual no forma parte el PNV. En este caso, nos encontraríamos ante un gobierno FRENTISTA. Bastaría, por tanto, con el cumplimiento de este único requisito para que un gobierno pudiera denominarse de este modo, independientemente de las políticas pactadas y de su acción de gobierno. Esta definición no se discute.

PACTO ANTINATURA (o FRENTE).
En Euskadi, es el pacto de dos o más partidos no considerados como partidos nacionalistas y por tanto, partidos políticos no del todo vascos. ¿Quién o quiénes deciden que un partido vasco no es nacionalista? Cualquier que muestre atención o bien, los partidos nacionalistas. ¿Quién o quiénes deciden que un partido vasco no es vasco? Los partidos nacionalistas. Bastaría el cumplimiento de un requisito para que un partido político y sus miembros sean considerados no tan vascos como los demás y, por tanto, antivascos. ¿Cuál es este requisito? El que no quieran lograr la independencia de Euskadi. Es decir, si alguien no quiere lograr la independencia de Euskadi, no es vasco o no al menos del todo vasco. En conclusión, no se le hace entrega del certificado vasco. Ignoramos el lugar u oficina tributaria donde se entrega este certificado, pero dicen que existe. Existe una situación intermedia para no ser del todo vasco pero tampoco un alienígena, un sucursalista o un extranjero. ¿Cuál es esta situación intermedia? Ser vasquista.

PARTIDO POLÍTICO VASCO.
Antes de pasar al siguiente orden del día o definición, aclaro este concepto, por si no ha quedado claro. Un partido o las personas que lo integren o voten no serán considerados vascos en función de si se crearon, nacieron o tienen sede en Euskadi, sino en función de sus ideas políticas. Por el mismo motivo, alguien puede ser tan vasco como el que más si es nacionalista (o no lo niega): hay riojanos muy riojanos que juegan en equipos donde únicamente pueden jugar jugadores vascos.

VASQUISMO.
En Euskadi, y en la mayoría de las regiones que rodean a esta Comunidad, dícese de un sentimiento que aflora en las personas, vascas o no, de corazón. No existe certificado como tal, al menos de momento, pero sus síntomas son evidentes: no ser tan listo como para querer la independencia de Euskadi (lugar ideal donde no existe paro ni mosquitos en verano) pero tampoco tan tonto como para renunciar a cuantas más competencias mejor, independientemente de su gestión. Se opone al ESPAÑOLISMO.

ESPAÑOLISMO.
En Euskadi, dícese de lo opuesto al sentimiento señalado más arriba. A diferencia del vasquismo, que trata de hacer de nuestra autonomía un país mejor, cuanto más españolismo, peor, pues es muestra evidente de imperialismo y centralismo político. Se trata de un sentimiento propio de seres inferiores. Y yo no conozco a ningún ser inferior, conste.

(continuaré)

sábado, 21 de marzo de 2009

NOSOTROS EN LA INVESTIDURA.

Se trata de la pregunta del millón, repetida machaconamente por todos los periodistas que se me aproximan: ¿habéis decidido ya cuál será vuestra postura el día de la investidura? Tanto se me ha repetido, que al ser un servidor algo ingenuo e inexperto (además de demasiado confiado), he llegado a extenderme quizás en demasía en la respuesta, tratando de aclarar cuanto fuera posible las razones últimas sobre las que decidiremos nuestro voto, obviando consejos que uno no debería en absoluto sortear: no sólo el más gorriaranista de que los periodistas preguntan cuanto quieren y nosotros respondemos lo que queremos sino algún otro no tan crudo, como que a los periodistas, sota-caballo-rey o, sujeto-verbo-predicado. Y no porque no sean capaces de entender, que lo son y muy brillantemente, sino que a más explicaciones, a más frases, a más argumentos ... más enredos, más posibilidad de equivocarse... y más materia prima de donde obtener... titulares.

Así que la respuesta a la pregunta es... NO, no hemos decidido aún nuestro voto. Y las cosas no han cambiado casi nada (salvo que llegó la primavera) desde que salimos de la reunión mantenida con los cuatro miembros de la comisión negociadora del partido socialista, por lo que podríamos reproducir las explicaciones dadas por nuestra portavoz a la salida del encuentro.

Son cuatro los temas sobre los que hemos pedido concretar algo escrito, para que nuestro apoyo a la supuesta investidura del señor López no sea la entrega de un cheque en blanco o un ejercicio laico de fe, a saber: medidas para enfrentar la crisis económica, y que deberían estar relacionadas también con el ahorro de los millones de euros que el desmantelamiento del chiringuito nacionalista traería consigo; una nueva política lingüística, basada en el bilingüismo voluntario sobre el que el socialismo español no quiere ni entrar a debatir, por cierto, como a lo largo de esta semana hemos podido comprobar en el Congreso de los Diputados; una nueva política educativa limpia de contaminaciones ideológicas y que fomente la enseñanza pública y laica; y, finalmente, medidas de política antiterrorista, utilizando únicamente pero todos los mecanismos que el Estado de Derecho nos ofrece.

Pero quede claro que no se acaba ni la legislatura ni el mundo el día de la investidura. Temas a plantear habrá miles, propuestas, todas las que podamos, intervenciones, todas las necesarias. Nuestra labor parlamentaria con nuestro escañito va a ser histórica. Al tiempo.

jueves, 19 de marzo de 2009

FORO CLUB DE LOS IGUALES.

Este martes pasado tuve la fortuna de asistir como invitado-ponente al Foro Club de los Iguales, en Vitoria, creo que presidido o al menos liderado por Javier Otaola, quien tuvo a bien pensar en mí para participar en tan grato evento. Se trata de un foro que se reúne mensualmente desde hace unos cuantos años, a fin de escuchar al invitado de turno y, sobre todo, dialogar, conversar, filosofar y, si se puede, meter un poco el dedo en la llaga argumental de quien ose aceptar la invitación. Todo ello transcurre en torno a una mesa, mientras se cena y se comparte vino tinto, es decir: como transcurren muchas de las cosas buenas que tiene la vida.

Al Foro habían asistido antes personajes ilustres de la política vasca, como Joseba Arregi, Maite Pagazaurtundúa, Patxi López, Jaime Mayor Oreja o Javier Madrazo, además de periodistas como Antxón Urrusolo y distintos personajes sociales, como astronautas y otros profesionales de interés variado. Al mismo acuden habitualmente, como oyentes pero también como dialogantes y polemistas, además de Javier Otaola, distintos ex y actuales parlamentarios vascos como Joana Madrigal o Antonio Rivera, además de otros sabios más o menos mediáticos, profesionales variados como ingenieros y médicos, filósofos o escritores. De ideología diversa y adscripción política dudosa, dicho esto en el mejor sentido del término. Y algunos pocos nacionalistas, según me cuentan.

Así que se presentaron y me presenté: algo así como una respuesta sincera a la enojosa pregunta de qué hace una persona como tú en un lugar (la política vasca) como éste. Mi sinuosa pero nada plomiza trayectoria política, mi abandonada militancia de base socialista, mi compromiso en los movimientos sociales y pacifistas y mi elección como parlamentario vasco (de la ciudadanía de a pie al parlamento). Y ahí entró cada uno de los 20 comensales con sus punzantes preguntas, estupendas contraargumentaciones y provocaciones varias, todas ellas interesantísimas y dignas de haber sido grabadas. La verdad que fue un verdadero placer polemizar o asentir con personas de tan vasta cultura, tocar diversos temas de la actualidad política como la más que probable designación de Patxi López como lehendakari, nuestra postura el día de su investidura y nuestro futuro papel parlamentario, desde nuestro animoso y provocativo escaño. Fue un estupendo lujo debatir de los temas de siempre, como la eutanasia, el laicismo o el aborto, la izquierda y la derecha, los liberales y los socialdemócratas, la energía nuclear, y de los más recientes y tan españoles temas, como los nacionalismos disgregadores, el encaje de Euskadi en la Constitución Española, el Concierto Económico y el Cupo, la financiación autonómica y la organización territorial del Estado. Creo que me mantuve a la altura y cuando me acosaron, me defendí como gato panza arriba, sin sectarismos ni demagogia, sin perder el sentido del humor tan necesario y acertando a lanzarme al contraataque, cuando atisbé ciertas dudas en mis oponentes.

Ciertamente, fue otro de esos días tan habitual en mi último año: mucho aprendizaje. Hubo intervenciones brillantes, dislates provocativos que nos llevaron a la carcajada, reflexiones filosóficas de alto alcance y afirmaciones que no se olvidan. Antonio Rivera, ese intelectual a quien tanto admiro, me estranguló casi al final de la velada, cuando las fuerzas flaqueaban, para obligarme a situar al partido en la izquierda o en la derecha, lugares ideológicos que insistió vehementemente aún existen. La dificultosa manera de traducir la transversalidad. Sí, claro, no hablamos de la izquierda decimonónica y los tiempos cambian, afirmó, pero la izquierda sigue siendo la igualdad, y vuestro partido puede perfectamente situarse (o no) en ella. Y Javier Otaola, ese filósofo de conocimientos políticos e históricos amplísimos, resituándonos permanentemente en el republicanismo francés y definiéndonos recalcitrantemente como jacobinos, como otros muchos de los comensales. "Tenéis toda la razón, pero ningún sentido", repitió varias veces, para añadir algo así como esto es España, donde todo el pescado está casi vendido y vuestro papel puede ser el de mosca cojonera, que tampoco está mal, pero poco más. En Francia sin embargo, decía, todos los partidos son UPyD.

Y terminaron los trabajos a las cero horas. Los amigos cofilosofantes se retiraron a sus correspondientes domicilios, llegando al final de una placentera e inolvidable velada: deben ser los privilegios de ser parlamentario vasco. Gracias, Javier Otaola y restantes contertulios. Y mi más sincera enhorabuena por seguir confiando con tanta naturalidad en el poder de la palabra.

domingo, 15 de marzo de 2009

PATRIAS.

"Le doy a la patria un valor accidental; no es esencia, sino circunstancia".

FRANCISCO AYALA.

viernes, 13 de marzo de 2009

UNA SOLA CIUDADANÍA.

"En una nación tan diversa como la nuestra, compuesta por casi todas las variedades de la familia humana, ante la ley no tendrían que existir ni pobres ni ricos, altos ni bajos, negros ni blancos, sino una única patria, una sola ciudadanía, los mismos derechos y un destino común para todos.

Un gobierno que no pueda asegurar al ciudadano más humilde su derecho a la vida, a la libertad y a la felicidad, debería ser reformado o derrocado de inmediato"

FREDERICK DOUGLAS, antiguo esclavo negro que llegó a ser reformador, conferenciante, escritor, consejero del presidente Abrahan Lincoln y candidato a la vicepresidencia de los EEUU por el partido de los derechos civiles en las elecciones de 1872.

lunes, 9 de marzo de 2009

ERNESTO Y LA CONFRONTACIÓN.

A Ernesto Gasco, concejal socialista en el consistorio donostiarra y diputado en Madrid, le preguntaron por mi persona el martes pasado en Teledonosti, en el habitual encuentro que suele mantener con el popular Borja Sémper. Con ese talante que le caracteriza, reconoció conocerme y haber conversado conmigo la madrugada del día de las elecciones, para añadir: es buena persona, tiene discurso y es ... muy guapo. Y finalmente, la losa habitual que soporta UPyD: este país no necesita más confrontación. O sea, que están muy bien que existan los partidos nacionalistas con quienes debemos ser transversales pero no convienen más partidos que defiendan el Estado... no vaya a ser que nos hagan la competencia.
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Y es en este último punto de la "confrontación" donde, más allá de la manipulación de las palabras que padecemos, difiero de Ernesto: ésta y todas las sociedades necesitan mucha confrontación... de la democrática. Es decir, propuestas distintas que puedan plantearse en libertad, sin prejuicios ni clichés, para que la ciudadanía elija. Justo aquello de lo que carecemos. O sea, ideas políticas y alternativas diversas. ¿O es que van a proponernos ahora los socialistas vascos la paz social tan franquista? Porque, a ver: si ARALAR puede abiertamente defender un estado vasco independiente, el PNV la derogación de la ley de partidos y el PSE profundizar en el autogobierno... ¿por qué nosotros no podemos solicitar la instauración de listas abiertas y la limitación de mandatos, la independencia de la justicia o un cálculo justo del Cupo vasco? ¿Quién tiene miedo al debate político? ¿Qué pasa, que nosotros no podemos opinar, como lo hacen los demás? ¿Qué ocurre, que si decimos alto y claro que la EITB se encuentra al servicio del ideario nacionalista se nos tilda de extremistas pero cuando lo hace Patxi López resulta ser un hombre de Estado? ¿Qué pasa, que si somos nosotros los que denunciamos la quietud de la Ertzaintza lo hacemos porque pertenecemos a la extrema derecha pero si lo recuerdan los socialistas resulta que es un modo de defender nuestras propias instituciones?
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Y tengo más preguntas, ya puesto: ¿qué es más progresista y menos arcaico, proponer la derogación de los privilegios para garantizar una sociedad igualitaria o defenderlos por formar parte del sistema y ser algo "muy español", como alguno ha dicho sin recibir ninguna crítica por tamaña sandez? ¿Por qué si ser españolista es lo peor del mundo... hay tortas cuando se trata de reivindicar el vasquismo? ¿Por qué defender el modelo A ha pasado de ser incendiario cuando lo hicimos nosotros a formar parte, anteayer mismo, del discurso de López?
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Y una última: ¿qué es mejor, solicitar silencio, o garantizar y fomentar el libre debate político de ideas perfectamente respetables, respetuosas y democráticas?

sábado, 7 de marzo de 2009

UN GOBIERNO CONSTITUCIONALISTA.

La periodista del DEIA me preguntaba incluyendo supuesta y subliminalmente la respuesta: ¿por qué si habéis insistido durante toda la campaña en que el gobierno presidido por el lehendakari Ibarretxe es frentista, abogáis ahora por otro gobierno frentista, esta vez constitucionalista?

Me explico todo lo claro que puedo: los gobiernos liderados por el lehendakari Ibarretxe desde el funesto año de 1998 no fueron frentistas porque de él formaran parte determinas fuerzas políticas, hoy día confirmadas por cierto como indiscutiblemente nacionalistas, sino por la política o políticas que nos aplicaron durante estos diez añitos. Entendemos fueron claramente frentistas porque se dedicaron a construir una Euskadi al margen o incluso contra la mitad de la ciudadanía vasca, ésa que no es que no sea nacionalista sino más bien que se la trae al pairo las ensoñaciones patrióticas de los nacionalistas. Porque hicieron todo lo posible para lograr un estado independiente vasco, ejercer el antidemocrático derecho a la autodeterminación y ensanchar todo lo posible el abismo deseado con los restantes ciudadanos españoles. Porque no pensaron en el conjunto del país, sino sólo en sus deseos expansionistas (hacia Navarra) y separatistas (contra el ideal de ciudadanía). Porque extrangularon la libertad lingüística, convirtieron la EITB en un agente propagandista más y la estrechísima Educación pública fomentó cualquier cosa menos la soberanía del individuo. En fin, tantas cosas. Y todo ello con el apoyo de EB, esa cosa inentendible que lo mismo critica el neoliberalismo de sus socios como tilda de antidemocráticas las elecciones vascas. En esta formación deben pensar que vivimos en algún año previo al siglo pasado.

Nosotros no queremos un gobierno frentista, ni en Euskadi ni en ninguna parte del mundo. No lo queremos vengativo ni que vaya contra nadie. Lo queremos constitucionalista, para que se ponga manos a la obra en prestigiar las instituciones vascas como parte del Estado de Derecho español que dificultosamente disfrutamos, en lugar de vilipendiar el ordenamiento jurídico vigente. Para que se aplique en defender los derechos del conjunto de los ciudadanos, sin excepción de ningún tipo. Para que fomente aquello que nos une a los vascos y lo que igualmente nos une con los restantes ciudadanos españoles. Para que todos los ciudadanos disfruten de los mismos derechos y les sean exigidas las mismas obligaciones, sin privilegios de ningún tipo. Para que Euskadi pueda ser cuanto antes una sociedad normal, en absoluto un campo de batalla entre nacionalistas y no nacionalistas, sino terreno propicio para el libre debate democrático entre ciudadanos situados en pie de igualdad. Para que se fomente la unión frente al separatismo, el diálogo parlamentario frente al chantaje y el compromiso político frente a la vida contemplativa.

jueves, 5 de marzo de 2009

GRACIAS (y enhorabuena, claro).

Pues sí, lo hemos conseguido con inmenso esfuerzo y dedicación casi sobrehumana (o alienígena incluso). Hemos logrado el objetivo tantas veces imaginado durante estos largos meses dejados atrás y tantas veces intuido como quimérico. Hemos alcanzado el sueño para el que pusimos todo nuestro empeño, toda nuestra dedicación y casi todas nuestras horas y fuerzas (y toda nuestra mala leche, para qué vamos a engañarnos).

Pues sí, nos encontramos finalmente representados en el Parlamento Vasco. Y en mi persona, nuestras ideas, nuestras políticas, nuestro ideario, nuestro manifiesto fundacional y nuestra manera distinta de hacer las cosas. Hemos vuelto a colarnos y obrar un milagro que no es tal, pues es más bien un logro producto de cada una de las actividades llevadas a cabo con tanta pasión y sin excepción de ninguna de ellas: las reuniones de los Comités Locales y Provinciales, de las Coordinadoras Territoriales, del Comité Político Nacional y de las de los demás órganos del partido, los programas políticos elaborados, las enmiendas, las quejas, los viajes, las discusionesy los malos y buenos rollos, las llamadas telefónicas casi eternas (y sus facturas), las pegadas de carteles, los textos escritos y las ideas hilvanadas , las dimisiones de personas que afortunadamente se quedaron, los problemas económicos y la impotencia ante el silencio mediático cuando no la tergiversación informativa, los ensobramientos masivos de ingentes cantidades de personas generosísimas, los madrugones, las webs como utensilio casi milagroso, los gritos en el desierto, el trabajo parlamentario de Rosa y todo el equipo, los voluntarios venidos de todos los lugares, los mítines y las celebraciones varias, los desayunos, almuerzos, comidas y cenas, los nuevos amigos, las conversaciones interesantísimas finiquitadas a altas horas de la madrugada (y otras no tan interesantes pero muy divertidas). Creo que nada sobró: ni todo lo anterior ni la monovolumen con sus voluntariosos amigos magenta, los apoderados, el autobús denunciado rotando solitario por las calles, las cuñas radiofónicas, las entrevistas, los manifiestos difundidos, la actividad política desarrollada, los paseos, los periódicos repartidos, los coches sonoros o las papeletas llevadas a todos los buzones posibles. Cada cosa ha sido estrictamente necesaria. Y sobre todo ha sido necesaria e indispensable la gente.

Es cierto: el triunfo es siempre sobre uno mismo. Y es por este motivo que ya lo habíamos alcanzado cuando el viernes a última hora de la noche levantamos el campamento y dimos por cerrado el chiringuito. O más exactamente a última hora de la tarde del domingo, cuando comenzamos a reunirnos cada cual donde pudo después de la extraordinaria labor de cada uno de los apoderados, en una jornada épica e inolvidable. Y ya habíamos triunfado también cuando contestamos con palabras a los insultos y con argumentos a las frases huecas que no dicen nada. Y ya habíamos triunfado al ser fieles a lo que nos propusimos, defendiendo coherentemente y sin ningún disimulo todo aquello en lo que creemos. ¿Puede haber algo mejor que esto?

Tengo claro que lo hemos logrado pero también que podríamos no haberlo logrado. Y de esta misma forma se presenta el futuro: alcanzaremos todo aquello que pretendamos sólo si llevamos adelante el trabajo necesario, como hasta ahora. Si permanecemos juntos, recobramos fuerzas y seguimos adelante. Si seguimos siendo fieles a nosotros mismos. Ésta es la tarea.

Y en fin, GRACIAS por todo A TODOS. A cada uno de los que sabe que su granito de arena ha sido indispensable para levantar este proyecto. O sea, A TODOS. Y enhorabuena.