sábado, 28 de febrero de 2009

QUÉ QUEREMOS.


Nosotros queremos una Euskadi representada por políticos distintos, que no sólo hablen sino que también escuchen, que piensen en el conjunto de los ciudadanos y en su bienestar en lugar de en eternizar su conflicto inventado con España y en sus ensoñaciones patrióticas que pisotean al individuo soberano.

Nosotros queremos una Euskadi donde los conflictos políticos, presentes en todas las sociedades modernas, se resuelvan razonadamente en el Parlamento, lugar donde reside la soberanía popular, no en segundas o terceras mesas a espaldas de la gente, no en reuniones clandestinas ni en encuentros secretos.

Nosotros queremos una Euskadi sin telarañas, cuyas ventanas puedan finalmente abrirse y sus alfombras levantarse, abierta al mundo, cohesionada con el resto de España, solidaria con ella, que arrime el hombro y exporte cultura y conocimientos en lugar de tantos odios artificialmente fomentados.

Nosotros queremos un País Vasco que incremente su inversión en Sanidad Pública, para que Osakidetza recupere su prestigio perdido y mejore sus servicios, de modo que nos igualemos primero a la media nacional y, con el tiempo, a los mejores servicios europeos.

Nosotros queremos una Euskadi que priorice la educación pública y la aleje de los adoctrinamientos ideológicos de ahora, que la libere de la propaganda nacionalista, una educación pública sin dirigismos partidistas, que fomente el espíritu crítico y el respeto a los derechos humanos, que no fabrique mentes perversas ni odios inventados sino jóvenes con el futuro en sus manos.

Nosotros queremos en Euskadi unos medios públicos de comunicación independientes, sin manipulación informativa, objetivos y serios, sin palabras prohibidas y sin sectarismos, de los que nos podamos sentir orgullosos y en los que nos podamos ver representados.

Nosotros queremos un País Vasco sin privilegios, donde la gestión de lo público deje de ser el negocio de unos pocos y pase a ser la gestión del conjunto de la comunidad, sin enchufes ni amiguismos, donde el carnet de identidad valga más que el carnet "del partido".

Nosotros queremos una sociedad sin mordazas, no normalizada sino normal, cada cual con su proyecto de vida y su ideología, cada cual libre, independiente y autónomo, sin la coraza del pensamiento único, sin la losa del nacionalismo, sin la obligación de aparentar ser aquello que no somos, sin que nos llamen sucursalistas o alienígenas en nuestra propia tierra.

Nosotros queremos una Euskadi unida, no tanto en paz porque no estamos en guerra sino sin violencia, es decir, con sus ciudadanos y proyectos políticos democráticos en pie de igualdad, donde no existan más armas que la palabra y la argumentación razonada, donde todo quepa dentro de la ley y nada fuera de ella.

Nosotros no queremos una Euskadi dividida en nacionalistas y no nacionalistas, sino constituida por ciudadanos, no la queremos convertida en una especie de tribu de obedientes y todos iguales, en un pueblo en marcha, en una masa uniforme al servicio de la patria, en un rebaño de cualidades semejantes, sino formada por ciudadanos distintos e incluso divergentes, diversos, cada cual con su bandera preferida o sin bandera, cada cual con sus creencias religiosas o sin ellas, cada cual utilizando libremente el idioma que prefiera.

Nosotros queremos una Euskadi moderna, cosmopolita y plural, una Euskadi que no levante fronteras sino que las derribe.

jueves, 26 de febrero de 2009

Más sobre la crisis.

Ni todos se van a salvar en esta crisis, ni todos tienen la misma responsabilidad en la crisis, ni ésta ha llegado casualmente. No extraña a UPyD que los “grandes” partidos, con responsabilidad de gobierno, tanto en el Gobierno español como en el Gobierno vasco, pasen de puntillas por la crisis, y se limiten a declarar que van a cumplir con la ley y en consecuencia pagar el desempleo a los parados (versión Gobierno español), o que estarán muy atentos para cumplir la normativa de los ERE´s (versión Gobierno vasco). Escaso bagaje, en todo caso, para considerar que se está haciendo algo efectivo desde los poderes públicos para superar la crisis. Frente a las propuestas tan ineficaces e ineficientes como las planteadas por el Gobierno español (del Gobierno vasco nada se sabe en la crisis) desde Unión Progreso y Democracia planteamos:
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En primer lugar, la estabilización financiera, de manera que se sanee el sistema crediticio para que refleje lo antes posible la desvalorización de sus activos, permitiendo así que se recupere la confianza en las entidades financieras.
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En segundo término, el impulso de las inversiones públicas en infraestructuras, susceptibles de incidir positivamente sobre la productividad del sector privado.
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En tercer lugar, el estímulo de la competitividad microeconómica mediante la realización de reformas estructurales referidas al mercado de trabajo, la formación del capital humano (educación), el marco regulador y de supervisión de los mercados, el aumento de la competencia, la unidad del mercado nacional y los incentivos a la innovación y la internacionalización.
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Y finalmente, la reasignación intersectorial de los recursos mediante el traslado de los capitales invertidos en el sector inmobiliario y otras actividades sobredimensionadas hacia los sectores industriales y de servicios.
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Lo que de ninguna de las maneras se debe de hacer es mentir a la ciudadanía, no se puede decir lo contrario de lo que se piensa, con intención de engañar, y eso es lo que está haciendo el Gobierno Vasco: la situación de crisis económica en el País Vasco no es mejor que en el resto de España, los últimos datos de la Seguridad Social nos indican que en Vizcaya, en el último semestre las empresas con trabajadores, han disminuido en más de 850, y peor aún es la situación de los trabajadores afiliados a la Seguridad Social, cuya cifra en Vizcaya, en el último semestre, ha disminuido en más de 10.000. Estos son los datos reales, cada vez tenemos menos empresas y muchos menos trabajadores cotizando, y si es discutible quien o quienes son los causantes de esta crisis, lo que no es discutible es quien tiene que poner medidas para solucionarla, y no es otro que el Gobierno Vasco, un tripartito autista, que solo se preocupa de cuestiones metafísicas y deja abandonados a los ciudadanos. Un Gobierno Vasco que es urgente cambiar, sin contemplaciones ni complejos.Sin embargo, lo más relevante, en el momento actual, es que con la actual organización territorial del Estado es prácticamente inviable el desarrollo de una política para la salida de la crisis, pues el Estado no dispone de los recursos suficientes y se ve impelido a malgastarlos en dar satisfacción a los intereses espurios de los gobiernos regionales, en especial de aquellos que, ostentados por coaliciones nacionalistas, intercambian reconocimientos competenciales o dotaciones presupuestarias por su apoyo político en el Parlamento de la Nación.

¿QUÉ QUEREMOS?

Nosotros queremos una Euskadi representada por políticos distintos, que no sólo hablen sino que también escuchen, que piensen en el conjunto de los ciudadanos y en su bienestar en lugar de en eternizar su conflicto inventado con España y en sus ensoñaciones patrióticas que pisotean al individuo soberano.

Nosotros queremos una Euskadi donde los conflictos políticos, presentes en todas las sociedades modernas, se resuelvan razonadamente en el Parlamento, lugar donde reside la soberanía popular, no en segundas o terceras mesas a espaldas de la gente, no en reuniones clandestinas ni en encuentros secretos.

Nosotros queremos una Euskadi sin telarañas, cuyas ventanas puedan finalmente abrirse y sus alfombras levantarse, abierta al mundo, cohesionada con el resto de España, solidaria con ella, que arrime el hombro y exporte cultura y conocimientos en lugar de tantos odios artificialmente fomentados.

Nosotros queremos un País Vasco que incremente su inversión en Sanidad Pública, para que Osakidetza recupere su prestigio perdido y mejore sus servicios, de modo que nos igualemos primero a la media nacional y, con el tiempo, a los mejores servicios europeos.

Nosotros queremos una Euskadi que priorice la educación pública y la aleje de los adoctrinamientos ideológicos de ahora, que la libere de la propaganda nacionalista, una educación pública sin dirigismos partidistas, que fomente el espíritu crítico y el respeto a los derechos humanos, que no fabrique mentes perversas ni odios inventados sino jóvenes con el futuro en sus manos.

Nosotros queremos en Euskadi unos medios públicos de comunicación independientes, sin manipulación informativa, objetivos y serios, sin palabras prohibidas y sin sectarismos, de los que nos podamos sentir orgullosos y en los que nos podamos ver representados.

Nosotros queremos un País Vasco sin privilegios, donde la gestión de lo público deje de ser el negocio de unos pocos y pase a ser la gestión del conjunto de la comunidad, sin enchufes ni amiguismos, donde el carnet de identidad valga más que el carnet "del partido".

Nosotros queremos una sociedad sin mordazas, no normalizada sino normal, cada cual con su proyecto de vida y su ideología, cada cual libre, independiente y autónomo, sin la coraza del pensamiento único, sin la losa del nacionalismo, sin la obligación de aparentar ser aquello que no somos, sin que nos llamen sucursalistas o alienígenas en nuestra propia tierra.

Nosotros queremos una Euskadi unida, no tanto en paz porque no estamos en guerra sino sin violencia, es decir, con sus ciudadanos y proyectos políticos democráticos en pie de igualdad, donde no existan más armas que la palabra y la argumentación razonada, donde todo quepa dentro de la ley y nada fuera de ella.

Nosotros no queremos una Euskadi dividida en nacionalistas y no nacionalistas, sino constituida por ciudadanos, no la queremos convertida en una especie de tribu de obedientes y todos iguales, en un pueblo en marcha, en una masa uniforme al servicio de la patria, en un rebaño de cualidades semejantes, sino formada por ciudadanos distintos e incluso divergentes, diversos, cada cual con su bandera preferida o sin bandera, cada cual con sus creencias religiosas o sin ellas, cada cual utilizando libremente el idioma que prefiera.

Nosotros queremos una Euskadi moderna, cosmopolita y plural, una Euskadi que no levante fronteras sino que las derribe.

miércoles, 25 de febrero de 2009

CRISIS ECONÓMICA y ENCHUFISMO.

Durante los últimos 30 años, las coaliciones de gobierno lideradas siempre por el PNV han conseguido imponer un régimen muy escasamente democrático basado, además de en la influencia siniestra del terrorismo, en la sobrefinanciación obtenida a través del cálculo tramposo del Cupo pagado al Estado por los servicios que éste presta en la CAV. Esta financiación adicional, lejos de haber servido para mejorar los servicios sociales a los que los ciudadanos vascos tenemos derecho, comenzando por la educación, la sanidad y la vivienda, en realidad ha servido para crear y sostener un opaco y denso tejido de organismos de toda índole que, con pretextos culturales o de otro tipo, sirven para dar ocupación a miles de militantes nacionalistas, crear empresas públicas y semipúblicas de finalidad desconocida o inútil, y subvencionar generosamente a los empresarios afines y a las entidades que forman la telaraña nacionalista.

Mientras la educación pierde calidad y se orienta a la formación doctrinal de abertzales “euskaldunizados”, mientras la sanidad empeora progresivamente, mientras la vivienda se convierte en un sueño inalcanzable para los jóvenes y los menos dotados económicamente, proliferan todo tipo de sociedades y entidades supuestamente culturales, embajadas internacionales de opereta y subvenciones incalculables para el llamado “mundo del euskera” y cosas semejantes.

Todo este abuso ha sido posible gracias a la prosperidad del conjunto de la economía española durante los últimos años, apoyada a su vez en una burbuja inmobiliaria y financiera que ha terminado por estallar. Mientras el dinero fácil abundaba gracias a un crédito barato insostenible, ha sido posible mantener la injusticia del Cupo con los demás contribuyentes españoles, pero también injusto y engañoso para los propios ciudadanos del País Vasco. Ahora que el modelo de desarrollo económico mantenido por los gobiernos de Aznar y de Zapatero ha terminado por precipitarse en una crisis sin precedentes, los gobiernos españoles van a tener mucho más difícil subvencionar a sus aliados del PNV con un dinero necesario para pagar subsidios sociales al creciente ejército de parados que su modelo caduco ha producido.

Nosotros, UPyD, pensamos que esta es una buena oportunidad para terminar por la vía democrática con este privilegio que sólo beneficia a los nacionalistas, del mismo modo en que la crisis económica ofrece también la oportunidad de afrontar el necesario cambio de modelo económico, pasando del basado en el empleo de mala calidad y de la burbuja inmobiliaria y financiera, a otro basado en empresas innovadoras capaces de producir bienes de alto valor añadido y de ofrecer trabajo y empleo de buena calidad y duradero. Para que este cambio sea posible, es necesario renunciar a los privilegios que, como el Cupo vasco, no solo son injustos, sino que perjudican la igualdad de los ciudadanos en el propio País Vasco, estimulan el mal gobierno y la corrupción, engañan a la sociedad con la ficción de una prosperidad artificial y, por consiguiente, hacen más difícil y complicada la superación de la crisis económica en la que estamos metidos. Una crisis que es, en gran parte, consecuencia de un cambio de ciclo mundial, pero empeorada en el caso de España y de Euskadi por el empeño de los partidos gobernantes en negar la realidad, mentir y resistirse a adoptar medidas económicas y sociales bien orientadas porque éstas perjudican sus intereses conservadores. Por ejemplo, eliminar la sobrefinanciación obtenida por el PNV y demás nacionalistas, incluidos los partidos de ETA, de fondos públicos pagados por todos que van a parar al bolsillo de unos pocos. Terminar con el oscurantismo y la injusticia, optando por la transparencia y la justicia, resulta esencial para salir cuanto antes de una crisis económica empeorada por el mal gobierno en España y en Euskadi.

domingo, 22 de febrero de 2009

VIVIENDA PÚBLICA EN ALQUILER.

Sí, claro. Ahora Ezker Batua y EA vienen a decir lo mismo, pero no se han aplicado durante sus 8 años de presencia en el gobierno conservador del PNV. Ahora que estamos en campaña dicen cosas distintas a las que hicieron. En esto se parecen a los del PP, que iniciaron las políticas de discriminación lingüística en Galicia, y ahora avasallan a los miembros de la Plataforma por la Libertad de Elección Lingüística para salir en la foto, aunque sea a codazos. Como hicieron ayer mismo en Bilbao. Están muy nerviosos y más lo estarán mañana por la mañana, cuando lean en la prensa que un ex militante popular muy conocido en Vitoria pide el voto para nuestra joven formación, vistos el camino recorrido por este partido y sus presuntas corruptelas nacionales. Ello en el acto celebrado hoy mismo en Vitoria, con aforo cubierto y la gente entusiasmada.

Pues sí: nuestro programa electoral lo dice: proponemos una vivienda pública en alquiler, pensada en los más jóvenes y en quienes tienen menos recursos, especialmente perjudicados por una carestía inducida por los propios ayuntamientos para conseguir financiación.

Nosotros hablamos claro y no engañamos a nadie.

jueves, 19 de febrero de 2009

UPyD: más libertad, más igualdad.

Más libertad.
El problema número uno de los ciudadanos vascos sigue siendo la falta de libertad. Treinta años de hegemonía nacionalista son los responsables, porque el nacionalismo, violento o institucional, ha ido creciendo y acumulando poder aprovechando la falta de libertad de los que no lo somos. Exigimos que toda la actividad de las instituciones vascas, comenzando por Gobierno y Parlamento, se dirija sin más pérdida de tiempo ni excusas a recuperar las libertades de palabra, de acción y de asociación que el terrorismo nos ha arrebatado con la complacencia o pasividad de nuestras instituciones. Nos comprometemos a trabajar para que las instituciones vascas hagan de la recuperación de la libertad su máxima prioridad.


Más igualdad.
Asistimos al constante deterioro de la cobertura social, y al crecimiento de la desigualdad de las prestaciones sociales en función del ayuntamiento de residencia. Es necesario igualar las prestaciones sociales básicas en todos los municipios y territorios. Es indispensable una política de vivienda pública de alquiler pensada para los jóvenes, especialmente perjudicados, y para quienes tienen menos recursos.
La inversión en sanidad es menor que la media de las autonomías españolas, y está muy por debajo de la media europea. La consecuencia es el creciente deterioro de la calidad de la asistencia sanitaria, empeorado por la deficiente gestión del Gobierno Vasco. Nuestro objetivo es alcanzar el gasto medio de las demás comunidades autónomas españolas, para pasar después a conseguir la media europea de inversión en salud.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Con IBARROLA.




Qué lujo, ¿verdad?

Con Agustín y con su familia pasamos la tarde de ayer los cabezas de lista, Maleni, Lydia y servidor.

En una entorno maravilloso y con personas extraordinarias.

lunes, 16 de febrero de 2009

UPyD Y LA CRISIS.

Lo primero que debemos decir: no tenemos la varita mágica para superar en un plis la situación de crisis que padecemos. Esto, para empezar. Que no nos tilden de demagogos ni de proponer medidas electoralistas. Lo segundo, una reflexión a modo de pregunta: ¿podemos confiar para salir de la crisis en los políticos que nos mintieron sobre su alcance e incluso sobre su existencia? La política suele a menudo ser cuestión de credibilidad, y estos no parece que la tengan a raudales. Así pues, en esto convergen ambos presidentes, tanto Zapatero como Ibarretxe: los dos nos mintieron sobre la situación económica que se avecinaba, incluso cuando todos los demás la sentían, tratándonos como pardillos y menores de edad, al objeto final de un puñado de votos.

Nosotros hemos reflexionado sobre el asunto y propuesto, para no aburrir en exceso, varias posibilidades que resumo: frente a las ideas populares de aprovechar la crisis para reducir impuestos y costes sociales y abaratar el despido, UPyD propone, antes que nada, un gran pacto de Estado, de modo que nos pongamos el conjunto de las fuerzas políticas de acuerdo en las causas de la crisis, sus características especiales y el modo de afrontarla. Pensando en el conjunto de los ciudadanos y en salir de ella cuanto antes, sin medidas paliativas sin largo recorrido. Se trata de coger el toro de los cuernos y transformar el modelo productivo.

Nuestras medidas: la estabilización financiera, la ampliación de los programas de inversiones públicas en infraestructuras de carácter económico, reformas estructurales referidas al mercado de trabajo, transformación del capital humano vía educación, aumento de la competencia, unidad del mercado nacional y el fomento de incentivos a la innovación a la internacionalización. Y, finalmente, la reasignación intersectorial de los recursos, mediante el traslado de los capitales invertidos en el sector inmobiliario y otras actividades sobredimensionadas hacia los sectores industriales y de servicios cuya demanda puede ser expansiva. Se trata, en definitiva, de tranformar y modernizar el modelo productivo.

domingo, 15 de febrero de 2009

PRIMERA CONDICIÓN.

Lo venimos repitiendo hasta la extenuación: no queremos consejerías sino un cambio profundo de políticas. Ésta es nuestra particular forma de “mojarnos” por el conjunto de los ciudadanos vascos: decir la verdad más allá de poses electorales y proponer aquello que de verdad defenderemos en el Parlamento Vasco, más allá de fotos demagógicas y populismo barato. Para empezar y como primera condición para que nuestros parlamentarios apoyen la investidura del candidato que sea: la disolución de los ayuntamientos gobernados por ANV, en base a la aplicación del artículo 64 de la Ley de Bases de Régimen Local. Clarito como el agua.

viernes, 13 de febrero de 2009

LOS REVOLUCIONARIOS.

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La libertad de los revolucionarios y de los idealistas, que llegan para levantar una voz independiente y defender unas ideas, en lugar de para lograr poltronas, coches oficiales y prebendas.
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miércoles, 11 de febrero de 2009

CIUDADANÍA vs IDENTIDAD.

He estado reflexionando acerca de un problema que existe en Euskadi desde que tengo memoria: la obsesión enfermiza de sus ciudadanos en ser más vascos que los demás... o al menos tanto como cualquier otro. Y no es algo que únicamente les ocurra a los nacionalistas, sino que se trata más bien de algo extendido como un virus por toda la sociedad. Incluso entre nosotros mismos es habitual reclamarnos muy vascos, vascos como el que más o vascos por los cuatro costados, como si este hecho fuera ya un bien en sí mismo, un corolario, como si de este modo pasáramos a formar parte automáticamente de una casta especial. O como si fuera un mérito de cada uno de nosotros. Orgullosos debemos estar del trabajo realizado, de las capacidades técnicas alcanzadas, de nuestra formación académica o de nuestro curriculum vital, así como de cualquier otro logro conseguido. Pero no de ser de este lugar o de cualquier otro, pues este hecho no dependió de nosotros, sino que fue algo aleatorio cuando ni siquiera existía nuestra voluntad. Yo mismo he venido analizando mi vasquidad, a través de mi nombre y de mis primeros ocho apellidos, tratando de atisbar rasgos que pudieran decirme algo al respecto. Sin embargo, me importa esto cada vez menos. Y finalmente descubrí un hecho científico probado: tenemos un ascendiente común, Luzy, ese australopitecus de 3 millones de años cuyos restos fueron encontrados en la actual Etiopía en 1974, justo el año que nací yo, casualidades de la vida. En fin, que mal que les pese a los nacionalistas, todos los hombres somos básicamente igualmente. Distintos o muy distintos, pero básicamente iguales. Así que, encontrándonos en el momento en que nos encontramos, no puede haber cosa más triste que reclamar el voto de nadie apelando a la vasquidad de los elegibles en lugar de a las ideas que se defienden, como si fuéramos una especie de tribu en peligro de extinción cuya herencia tuviéramos la mesiánica misión de hacer perdurar. Ya en su día, el señor Arzalluz, además de su habitual y muy "intelectual" distinción entre "ellos y nosotros" (esa suerte de eslogan ahistórico de los nacionalismos) bramó aquello de "no nos dejan ser lo que somos"... como si fuera posible ser voluntariamente algo distinto a lo que cada uno es. Es el eterno debate de la identidad.

Lo que importa políticamente es que soy ciudadano de un país llamado España, que es el que tenemos en la actualidad, con cuyos restantes ciudadanos comparto la ciudadanía, ese conjunto de derechos y obligaciones que nos iguala. Lo que nos garantiza que seremos igualmente tratados. Si alguna vez no lo dije, lo escribo ahora: yo no pertenezco a ningún pueblo, ni milenario ni recién constituido, y lo que soy son básicamente mis ideas (y mis actos). Por estas ideas reclamaré el voto. No hay, por tanto, ninguna identidad que nos iguale, ningún mismo rol que compartamos como pueblo, ninguna función a desarrollar obligatoriamente, ninguna tradición que perpetuar necesariamente, ningún idioma que nos haga ser más o menos vascos... ningún grupo étnico, cultural o folclórico que nos diferencie políticamente del resto. Creo que ésta es una de las labores fundamentales de este partido: defender la ciudadanía común frente, no sólo el debate indentitario que nos asola sino también frente a la regionalitis que padece el conjunto del país, las patrias chicas, las tribus, los pueblos milenarios, las baronías territoriales y las identidades. En definitiva, frente a ese deseo irrefrenable de distinguirse voluntaria y artificialmente del resto, al objeto final de conseguir ventajas políticas y privilegios. Frente a los nacionalismos, debemos reclamar: que lo que nos pertenece a todos, podemos gestionarlo y decidirlo entre todos, buscando el bien común y fomentando la solidaridad.

El nacionalismo es una de las tres pestes que el escritor polaco Kapuzinski solía nombrar, junto con el racismo y el fundamentalismo religioso. Se trata de una ideología profundamente reaccionaria, que antopone la patria a los ciudadanos y que divide a las sociedades. Es un movimiento de raíces antidemocráticas y antimodernas que rechaza una de las más grandes conquistas de la libertad, que es la creación del individuo soberano, convirtiendo al individuo en una mera expresión de un colectivo. De esta forma, el nacionalismo convierte la pertenencia a la nación en un valor supremo de la vida política y terminan identificando su particular proyecto con el del conjunto de la nación, y dejan fuera de la comunidad política a quienes no lo comparten: de ahí que las descalificaciones nacionalistas consistan siempre finalmente en el "nosotros frente a ellos", en el de "los de aquí frente a los de fuera" o en "lo vasco" frente a lo que supuestamente es "menos vasco" (o menos alavés).

Nunca he llegado a entender tres cosas relacionadas con este debate: uno, la supuestamente bienintencionada idea de caminar juntos nacionalistas y no nacionalistas, ya que en el momento en que un nacionalista desee caminar (sin que sea una estrategia, sino de manera indefinida) con un no nacionalista, habrá dejado de serlo; dos, ese idea general de que un partido se modera más según se va acercando al ideario y modos nacionalistas; y, tres, que un partido pueda ser considerado progresista cuando defiende los guetos y las patrias chicas, la multiplicación de las fronteras y el artificial fomento de las diferencias.

Así que frente a los acomplejados, los maquillajes electorales, los candidatos tuneados, lo local y regional y provincial, frente a los nacionalistas y los pseudonacionalistas, las identidades, nuestra labor es aquella que todos dejaron de hacer: la de un partido nacional, que defienda lo que nos une y vertebre el Estado, lo que compartimos como ciudadanos, la de un partido progresista que evite debates identitarios y se guíe por ideas. Esto es lo primordial ahora: defender un Estado común e igualitario y unido en su pluralidad. Porque sólo un país unido puede garantizar la igualdad de todos los ciudadanos.

domingo, 8 de febrero de 2009

RESPUESTA AL SEÑOR OYARZABAL.

He oído decir al señor Oyarzabal, candidato popular por Álava, que un servidor (por no ser alavés) no está preparado para defender... la peculiaridad alavesa (frente a Vizcaya y Guipúzcoa, entiendo). Y sí, lo reconozco: ni estoy preparado... ni pretendo estarlo, pues no es esa la tarea que me espera. Del dislate del candidato popular se deducen dos cosas: en primer lugar, que está equivocado respecto a las funciones de un parlamentario vasco, que no son las de representar a ningún territorio sino defender al conjunto de los ciudadanos vascos, más allá incluso de los propios votantes y mucho más allá de las singularidades de cada provincia. Se ve que el PP pretende importar el modelo nacional que padecemos: las peleas entre territorios por encima del bienestar de los ciudadanos. Y lo segundo y peor: viene a decir el señor Oyarzabal que el lugar de nacimiento predispone unas determinadas ideas políticas, en lo que viene a ser una suerte de micronacionalismo identitario. A esto le respondo que cualquier afiliado alavés defendería lo mismo que yo: las ideas del partido en las que creemos. En fin, señores del PP, relajen sus nervios, comiencen cuanto antes a dar argumentos y disfruten de la campaña. El conjunto de los ciudadanos vascos se lo agradeceremos.

viernes, 6 de febrero de 2009

PRESENTACIÓN DE CANDIDATOS.

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"Ese país donde los actores y actrices claman justamente contra las matanzas de inocentes en la otra punta del mundo... pero callan o miran hacia otro lado ante el terrorismo doméstico que padecemos..."

lunes, 2 de febrero de 2009

EL AUTOBÚS DE UPyD.

Me ha llamado Lydia Brancas a eso de las 11 de la mañana: nuestra presencia en las elecciones vascas parece momentáneamente encontrarse en el aire, al menos mientras sigamos manteniendo sobre sus ruedas el autobús que hacemos mover por las diferentes localidades de Euskadi. Se trata de un autobus decorado para la ocasión que merece nuestra inminente presencia en el Parlamento Vasco, donde las fuerzas políticas elegidas democráticamente dialogan y negocian en virtud de las competencias que dicho Parlamento tiene (me gusta recordarlo). El objeto rodante no identificado ha sido avistado (o espiado, quién sabe) por elementos del Partido Popular en Bilbao, a los que ha faltado tiempo para denunciar tamaña presencia ante la Junta Electoral de Zona de Bilbao, no vaya a ser que sus menguantes escaños se acerquen peligrosamente a cero. La susodicha Junta, en virtud del artículo 71 que prohíbe la actividad publicitaria previa al inicio de la campaña electoral, nos ha dado orden de retirar el vehículo de la circulación, que además ha debido cometer la desfachatez de aparcar donde únicamente pueden hacerlo los autobuses públicos. Nosotros los upeydianos, asustadizos y faltos de experiencia, hemos tardado en reaccionar, pero ahora, más calmados, y después de hacer memoria, hemos caido en la cuenta que día, tarde y noche, por tierra, mar y aire (oseasé, radio, calles y televisión), los partidos tradicionales nos dan la soba con sus cursis y cutres anuncios, bastante más evidentes que el autobús de marras, que apenas lleva un par de días circulando y además no pide el voto, cumpliendo de este modo la ley. Así, escuchamos anuncios a todas las horas del día: Antonio Basagoiti y su foto de cuando era niño, Patxi Lehendakari y EB (esa fuerza que ha gobernado durante 8 años), criticando a los que nos gobiernan y clamando a favor de la república (una campaña muy autonómica), por no decir nada del inmenso mantel colgado en Sabin Etxea, que casi se ve desde el otro lado de la Vía Lactea. Al principio nos hemos asustado, al menos algunos, los más primigenios. Luego, nos hemos cabreado, casi todos. Y más tarde, cuando palpamos nuevamente semejante injusticia, hemos concluido: Qué cara más dura.