viernes, 26 de diciembre de 2008

EMBAJADAS VASCAS.

En el año 1999, según aparece publicado en la prensa, el Gobierno vasco contaba con una única delegación en el exterior. Diez años después, su obsesión por situar al País Vasco en el mundo como estado independiente se ha traducido en una red de ocho embajadas (Bruselas, Madrid, considerada ésta dentro del mismo paquete, Chile, México, Argentina, Venezuela, Estados Unidos y Francia), suponiendo un gasto en política exterior para el año próximo de 14,1 millones de euros, partida incluida en los Presupuestos aprobados con el apoyo del PSE (esa alternativa). En total, el Ejecutivo vasco ha invertido en los últimos nueve años 27,6 millones de euros, y la previsión es que esa cantidad siga aumentando. Para el próximo año está prevista la apertura de una más (se barajan las posibilidades del Reino Unido o Alemania), a la que el Gobierno vasco ya ha destinado 1,2 millones de euros. Por otra parte, desde los 0,4 millones de euros que costaba la oficina de Bruselas en el año 2000, se ha pasado a los 6,3 millones presupuestados para este año.

4 comentarios:

Alberto D dijo...

Es una auténtica vergüenza

Benito Ortega dijo...

Pues sólo tenía conocimiento de esta tontería en cuanto al gobierno de Cataluña.

Los nacionalismos se copían y lo peor es que todas las comunidades autónomas aspiran a tener su parcela de "autodeterminación" y "hecho diferencial"..... en vez de fijarnos en LO QUE NOS UNE.

Arcadi Espada nos da una visión optimista de esto último que comento, hoy en El Mundo:
http://www.arcadiespada.es/category/el-mundocarta/

Nidiestronisiniestro dijo...

A mí lo que me parece grave es que se permita a ciertas CC.AA. gastar tanto dinero público en invadir una competencia exclusivatenon del Estado, como es la gestión de las relaciones internacionales.

FÍGARO dijo...

No invaden ninguna competencia estatal, porque no hacen nada. Son pesebres donde se ubican los últimos hijos del nacionalismo a los que no ha habido oportunidad de colocar en alguna empresa pública por aquí, o en alguna Diputación o Ayuntamiento. Su trabajo se reduce en acompañar a algún empresario o político nacionalista y presentarle a gente, llevarle en coche, reservarle restaurante, hacerle de chofer, y tratar de caerle bien a ver si le hace hueco en su empresa aquí.

Nada que ver con relaciones internacionales o con intereses públicos, ni del Estado ni de las Autonomías.

Eso sí, con tu dinero y con el mío.....