martes, 17 de junio de 2008

GUANTÁNAMO.



La semana pasada tuvimos una buena noticia, al menos: el Supremo de EEUU volvió a revocar una ley promovida por George Bush para restringir (o eliminar, si por él fuera) los derechos de los "combatientes" encerrados como animales en la prisión de Guantánamo. El Tribunal Supremo determina que los detenidos extranjeros de la prisión ubicada en Cuba, tienen el derecho constitucional de poder (¡al menos!) cuestionar sus detenciones en los tribunales civiles norteamericanos, algo que, por cierto, podría retrasar, aún más, los procesos por crímenes de guerra que se llevan a cabo en la prisión militar. Los miembros del máximo órgano judicial estadounidense concluyeron que la Casa Blanca viola los derechos de aquellas personas detenidas (indefinidamente) y sin cargos aparentes en la prisión de la isla caribeña.

El juez Anthony Kennedy determina en el fallo que las leyes y la Constitución están diseñadas para sobrevivir y continuar en vigencia en épocas extraordinarias. Por tanto, los detenidos tiene una serie de derechos constitucionales que deben ser respetados. Los presuntos terroristas, si atisban aún una mínima autonomía en su torturado cerebro, podrán apelar su caso frente a un tribunal federal, donde un juez evaluará (más vale tarde que nunca) las razones para su encarcelamiento.

Por tanto, los tribunales llamados "de revisión del estatus de los combatientes" que la Casa Blanca había creado, para el Supremo no suponen un organismo justo que evite el encarcelamiento de inocentes. Bajo este sistema, de hecho, los prisioneros no tienen derecho a disponer siquiera de abogado, no pueden acceder a información secreta del proceso y se admiten como pruebas confesiones obtenidas bajo torturas.

El Supremo ya ha fallado en dos ocasiones anteriores contra el Gobierno de Bush: en 2004 y en 2006. En aquellos casos, el presidente americano, pudo llevar a cabo una serie de cambios en los procedimientos legales al objeto de impedir el acceso de los detenidos a los tribunales civiles.

A día de hoy, la vergonzosa prisión de Guantánamo, abierta a finales de 2001, cuenta con 270 hombres detenidos bajo supuesta sospecha de terrorismo o vínculos con Al-Qaida.

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