jueves, 1 de mayo de 2008

LOS PROBLEMAS DEL PP.

Desde cierta perspectiva que da la distancia, creo ver bastante claramente la zigzagueante trayectoria del Partido Popular desde su paralizante derrota electoral de 2004, gráficamente recordada en aquel balcón de su sede, poblado de llorosos y fracasados dirigentes populares (así es la política), incrédulos ante lo ocurrido.
Desde entonces, los populares han arrastrado lastres que no han querido ni podido superar: los lastres personales de personajes como Zaplana y Acebes, incapaces de asumir el fracaso personal de sus posiciones y cuyo líder no quiso quitarlos de en medio, retrasando la necesaria renovación que la situación exigía; la quietud política que se apoderó de ellos, una vez comprobada la inesperada y sorprendente derrota electoral del 14-M; el seguidismo ridículo hacia las posiciones de la COPE y su defensa diaria y pesadísima de la fantasiosa teoría de la conspiración, en base a la cual se dejaron (impúnemente) caer sospechas gravísimas sobre el estado democrático y que tuvieron como resultado inmediato la desconfianza de unos cuantos millones de ciudadanos españoles, quienes se convencieron de que antes el peor PSOE que el PP de las exageraciones y las mentiras; el frente común con la Iglesia Católica y sus marchas casi fúnebres, contra las diversas familias que los reaccionarios no comprenden ni aceptan o en defensa de la familia tradicional, a la que nadie atacó nunca; las posiciones contradictorias frente al Estatut y los estatutos andaluz y valenciano, diciendo digo donde habían dicho diego y dilapidando, por tanto, su supuesta idea de ciudadanos libres e iguales y su defensa de la igualdad, tema menor cuando los votos acechan; la postura antiterrorista, correcta en el fondo pero teatrera y exagerada en las formas; y, ahora, a día de hoy, además de los personalismos belicosos, el problema de Educación para la Ciudadanía, asignatura que odian los más integristas y que los más moderados son incapaces de criticar con cierto nivel intelectual.
De hecho, la Confederación Católica de Padres (CONCAPA) y la Unión Democrática de Estudiantes (UDE) han enviado recientemente sendas cartas al presidente popular, Mariano Rajoy, para que su partido se aclare y adopte una postura igual (y contraria, claro) respecto de la asignatura que tanta urticaria les produce. Y es que las comunidades donde gobiernan tienen distintas posiciones ante la materia: Castilla y León y La Rioja han denegado el derecho a la objeción, Valencia y Murcia parecen dudar y el Madrid liberal de Esparanza Aguirre se muestra proclive a responder favorablemente a la objeción. Mientras tanto, son casi 30.000 las confundidas familias objetoras de la asignatura. Una asignatura existente en más de media Europa y cuyas bases UPyD defiende, como no podía ser de otra manera.
No es que quiera hacer leña del árbol caído, pero creo ver claro que el Partido Popular tiene un serio problema. Cuya resolución, ciertamente, no atisbo. Y ellos creo tampoco, por eso hablan cada vez más de nosotros y de la coherencia de Rosa Díez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hace gracia que hables de cherencia. Es cierto que Rosa es una persona coherente, pero tu?????????????
Deberias leer lo que escribes